A continuación el texto completo del discurso de su Eminencia:

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

Las alabanzas sean para Dios, el Señor del universo, y la bendición y paz sea sobre el más grande mensajero, [Muhammad (PB)] el fidedigno y su familia purificada, y sobre los justos de entre sus compañeros y sobre todos los profetas y mensajeros de Dios.

Os doy la bienvenida a vosotros queridos huéspedes, a los jefes y miembros de las delegaciones representantes de los países del Movimiento de los No Alineados y en general a todos los participantes en esta gran cumbre internacional.

Nos hemos reunido aquí para que con la ayuda y orientación del Creador podamos continuar -según las exigencias y necesidades del mundo de hoy- con un movimiento que se fundó hace casi de seis décadas con la inteligencia y el conocimiento de las circunstancias y la valentía de algunos líderes políticos solidarios y responsables, y así poder darle nueva vida y energía.

Nuestros huéspedes han llegado procedentes de regiones lejanas y cercanas y pertenecen a distintas nacionalidades y razas, poseyendo creencias, culturas, aspectos históricos y hereditarios diferentes, pero como dijo Ahmad Sukarno -uno de los fundadores de este movimiento- en la célebre conferencia de Bandung en 1955: «El fundamento de la formación del Movimiento de los No Alineados no es la unidad geográfica ni racial ni religiosa, sino la unidad en la necesidad». En aquella época, los Estados miembros del Movimiento de los No Alineados necesitaban un vínculo que los protegiese del dominio de las redes hegemónicas, arrogantes e insaciables; hoy, continúa estando firme con el desarrollo y expansión de los instrumentos de dominio y opresión.

Quiero plantearos otra realidad:

El Islam nos ha enseñado que todos los seres humanos -a pesar de las diferencias étnicas, culturales y lingüísticas- poseen una naturaleza en común que les llama hacia la pureza, la justicia, la bondad, la solidaridad y la cooperación ante los sufrimientos de los demás. Y es esa misma naturaleza en común que si supera con salvedad los motivos desviadores, conduce a los seres humanos a la Unicidad y conocimiento de la sublime Esencia divina.

Esta brillante realidad posee tal capacidad que puede ser la base de apoyo para la creación de sociedades libres, dignas y gloriosas, y obtener así el desarrollo y la justicia juntos, arrojando rayos de espiritualidad sobre todas las actividades materiales y mundanas de la humanidad y preparándoles a los seres humanos un paraíso terrenal antes del paraíso del otro mundo que ha sido prometido por las religiones divinas. Esta misma realidad en común puede constituir la base para una cooperación fraternal entre naciones tan diferentes tanto en su apariencia física como en sus antecedentes históricos o geográficos.

Cuando la cooperación internacional se base en tal fundamento, los gobiernos no basarán ya las relaciones entre sí en el miedo, amenaza o la hegemonía ni en los intereses unilaterales o la intermediación de personas traidoras y vendidas, sino que las basarán en intereses sanos y comunes y mejor aún en los intereses de la humanidad entera y dejarán tranquila de las preocupaciones y problemas a su propia consciencia despierta y a la de sus pueblos.

Este orden idealista se encuentra en el punto opuesto al del sistema hegemónico que en los últimos siglos las potencias dominantes occidentales y hoy el gobierno déspota y agresor de Estados Unidos han liderado y lideran, defendiéndolo, propagándolo y divulgándolo.

Queridos huéspedes:

Hoy después de casi seis décadas siguen vivos los principales ideales del Movimiento de los No Alineados; ideales como la descolonización, independencia política, económica y cultural, el no tener «compromisos» con los polos de poder y promover la solidaridad y cooperación entre los países miembros. La realidad del mundo de hoy dista mucho de esos ideales, pero la voluntad colectiva y el esfuerzo global para superar las realidades y alcanzar los ideales -aunque con muchas dificultades- será esperanzador y fructífero.

Nosotros en el pasado hemos sido testigos del fracaso de las políticas de la época de la Guerra Fría y el unilateralismo resultante. El mundo ha aprendido esta experiencia histórica y está dirigiéndose hacia un nuevo orden internacional, y en ese sentido el Movimiento de los países No Alineados puede y debe desempeñar un nuevo rol. Este nuevo orden debe basarse en la participación conjunta y en la igualdad de derechos de todos los pueblos. En la actualidad, la unión y solidaridad entre nosotros -los Estados miembros de este Movimiento- es un requisito y una necesidad evidente para la formación de este nuevo orden.

Afortunadamente, la perspectiva de los acontecimientos mundiales nos promete un orden multilateral en el que los polos tradicionales de poder van a ser sustituidos por una serie de países, culturas y civilizaciones con distintas características económicas, políticas y sociales. Asimismo, hemos sido testigos de los extraordinarios sucesos de las últimas tres décadas que han demostrado claramente que el surgimiento de las nuevas potencias ha estado acompañado del debilitamiento de las potencias tradicionales. Este cambio gradual de poder les da a los países No Alineados la oportunidad de asumir un papel eficaz y digno en el escenario mundial y preparar así el terreno para una administración justa y verdaderamente participativa a nivel mundial. Nosotros los Estados miembros de este Movimiento hemos podido -a pesar de la diversidad de pensamientos y tendencias- conservar nuestra relación y cooperación durante mucho tiempo en el marco de nuestras causas comunes y este no es un logro simple ni pequeño. Esta unión y relación puede ser -indudablemente-un instrumento que contribuya a la transición hacia un orden justo y humanitario.

Las condiciones actuales del mundo constituyen una oportunidad, quizá irrepetible, para el Movimiento de los países No Alineados. Lo que estamos diciendo es que el cuarto de mando del mundo no debe estar dirigido por la dictadura de unos cuantos países occidentales. Hay que establecer y garantizar una participación democrática mundial en el terreno de la administración internacional. Esta es la necesidad de todas las naciones que directa o indirectamente han sido y continúan siendo perjudicadas por la agresión de algunos países arrogantes, opresores y hegemónicos.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas posee una estructura y un mecanismo ilógico, injusto y completamente anti democrático. Se trata de una clara dictadura, una situación obsoleta y caduca. Debido a esta estructura errónea, Estados Unidos y sus aliados han podido imponer al mundo sus deseos ilegítimos envueltos en conceptos nobles. Hablan de «derechos humanos» pero su intención es buscar los intereses de Occidente. Hablan de «democracia» y la reemplazan con la «intervención militar». Hablan de «lucha contra el terrorismo» y atacan con sus bombas y armas a la gente indefensa de las aldeas y ciudades; y es que para ellos la humanidad se divide en ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría; la vida de los seres humanos vale muy poco en Asia, África y América Latina y -por el contrario-valen mucho en Estados Unidos y en el Oeste de Europa. Se considera importante la seguridad de Estados Unidos y Europa e insignificante la del resto del mundo; si la tortura y el terror son cometidos por estadounidenses o sionistas o sus lacayos, será permitida y se puede obviar o tolerar por completo; no les incomoda en absoluto ni les hiere sus conciencias las cárceles clandestinas que tienen en varios continentes y donde se cometen los peores y más detestables crímenes contra los prisioneros indefensos que carecen de abogados y juicio; el bien y el mal son totalmente definidos selectiva y unilateralmente; les imponen a las naciones sus propios intereses bajo el mote de «normas internacionales» y a sus palabras autoritarias e ilegales les llaman «la Comunidad mundial». Con el uso de las redes mediáticas monopolizadas y organizadas disfrazan de verdad sus mentiras y de correcto, lo incorrecto y hacen pasar sus abusos y tiranía por «búsqueda de la justicia» y, en contraposición, califican de «mentira» cualquier dicho razonable que revele sus engaños y de «rebelión» a cualquier demanda justa.

Amigos: No se puede continuar con esta situación defectuosa y perniciosa. Todo el mundo está cansado de este mecanismo internacional incorrecto. El Movimiento de los 99 por ciento en Estados Unidos contra los cánones de poder y de riqueza en ese país y, las protestas generales en los países del Oeste de Europa contra las políticas económicas de sus gobiernos, constituyen indicios de que se ha colmado la paciencia y tolerancia de los pueblos debido a todas estas circunstancias... ¡Hay que remediar esta situación irracional!

El vínculo fuerte, lógico y global entre los Estados miembros del Movimiento de los No Alineados podrá tener profundos efectos en la búsqueda -y marcha por el camino- de la solución.

Honorables presentes:

La paz y la seguridad internacional están entre las cuestiones más importantes y prioritarias de nuestro mundo actual y el desmantelamiento del armamento de destrucción masiva y catastrófica es una necesidad urgente y una demanda global. En el mundo de hoy, la seguridad es un fenómeno común, en el que no hay distinción. Aquellos que acumulan en sus arsenales armas que atentan contra la humanidad no tienen derecho a considerarse ni mostrase a sí mismos como abanderados de la seguridad mundial. Eso, sin duda, no puede garantizarle la seguridad ni a ellos mismos. Hoy se ve, lamentablemente, que aquellos países que tienen la mayor cantidad de armamento nuclear no tienen voluntad seria y real para eliminar dichos artefactos mortales de su doctrina belicista. Para ellos, las armas nucleares son elementos que los protegen y les evitan las amenazas, además de constituir un indicador importante en la definición de su posición política e internacional. Esta idea es totalmente cuestionable y repudiable.

El arma nuclear no garantiza ni la seguridad, ni mucho menos consolida el poder político sino que -por el contrario- constituye una amenaza para ambas cuestiones. Con los acontecimientos de los años 90 quedó demostrado que la posesión de tales armamentos no pudo salvar ni siquiera a la ex Unión Soviética. En la actualidad también conocemos países que teniendo bombas atómicas están expuestos a olas de inseguridad letal.

La República Islámica de Irán considera que el uso de armas nucleares, químicas y otras similares, constituye un pecado mortal e imperdonable. Nosotros planteamos la consigna de un « Medio Oriente sin armas nucleares», insistimos en ello y lo reafirmamos. Esto no significa, por supuesto, renunciar al derecho del uso pacífico de la energía nuclear y a la producción de combustible nuclear. El uso pacífico de esta energía es, según las normas internacionales, un derecho para todos los países. Todos deben beneficiarse de esta energía sana a través de sus distintos usos vitales para su país y su pueblo y no depender de otros para ejercer este derecho. Algunos países occidentales que tienen armas nucleares y que han cometido dicho ilícito, quieren tener también el monopolio de la producción de combustible nuclear. Hoy en día, se está formando un movimiento sospechoso para monopolizar la producción y la venta de combustible nuclear en centros «internacionales», pero en realidad es para dejarlo permanente en las garras de unos cuantos países occidentales.

La sátira amarga de nuestros tiempos es que el gobierno estadounidense, que tiene la mayor cantidad de armas nucleares - además de otra clase de armamento de destrucción masiva- y es el único en haberlas usadas, quiere hoy levantar la bandera de la oposición a la proliferación de armas nucleares. Ellos que con sus socios occidentales equiparon al régimen usurpador sionista con armas nucleares, creando así una gran amenaza para esta región tan sensible. Empero, este mismo conjunto engañoso no tolera que los países independientes hagan uso pacífico de la energía nuclear, ni que produzcan combustible nuclear para el desarrollo de medicinas -y otros usos pacíficos de índole humanitaria- e incluso tratan de impedírselo por todos los medios a su alcance. Su falso pretexto es la «preocupación» por que se fabrique armamento nuclear. Ellos saben perfectamente que en el caso de la República Islámica de Irán, están mintiendo. Sin embargo, cuando la política carece de espiritualidad da lugar a la mentira. ¿Acaso aquel que en pleno siglo XXI recurre a amenazas nucleares sin ninguna clase de pudor, va a avergonzarse de decir mentiras?

Afirmo que la República Islámica de Irán jamás ha pretendido fabricar armas nucleares, y que nunca renunciará al derecho que tiene su pueblo de hacer uso pacífico de la energía nuclear. Nuestra consigna es: «Energía nuclear para todos y armas nucleares para nadie». Insistiremos en estas dos cuestiones y sabemos que terminar con el monopolio de la producción de combustible nuclear -de algunos países occidentales- en el marco del Tratado de No Proliferación [de Armas Nucleares], es beneficioso para todos los países independientes, entre ellos los países miembros del Movimiento de los No Alineados.

La experiencia de tres décadas de resistencia exitosa ante el despotismo y presiones generales de Estados Unidos y sus aliados, ha hecho que la República Islámica de Irán se convenza de que la resistencia de una nación unida y cuya determinación y voluntad se mantienen firme, puede superar toda clase de hostilidades y dificultades, y abrirse el honroso camino hacia sus nobles objetivos. Los grandes avances de nuestro país durante las dos últimas décadas es una realidad que está a la vista de todo el mundo, siendo reconocida incluso por observadores internacionales. Todo esto, se ha logrado en circunstancias de bloqueo, presiones económicas y la ofensiva mediática de las redes de Estados Unidos y el sionismo. Los bloqueos que los delirantes bravucones calificaban de paralizadores, no solo no nos paralizaron y no nos paralizarán, sino que le dieron mayor firmeza a nuestros pasos y elevaron nuestras aspiraciones.

Asimismo, nos dieron la certeza de que nuestros análisis y la capacidad interna de nuestra nación están en lo correcto. Hemos visto continuamente la ayuda divina en todos estos desafíos.

Distinguidos huéspedes:

Considero necesario hablar de una cuestión muy importante que a pesar de que incumbe a nuestra región, sus dimensiones han sobrepasado sus linderos, afectando durante décadas las políticas mundiales. Estoy hablando de la dolorosa cuestión de Palestina. Acontece que en la cuarta década del siglo XX, en una dolorosa conspiración liderada por Inglaterra, les quitaron -a fuerza de armas, masacres y engaños-un país independiente y con identidad propia llamado Palestina a sus habitantes y se lo entregaron a quienes habían emigrado -principalmente- de países europeos. Esta gran usurpación acompañada al principio con masacres de gente indefensa en las ciudades y aldeas, y expulsando a otros de sus casas hacia los países vecinos, ha continuado durante más de seis décadas, cometiéndose los mismos crímenes hasta el día de hoy. Esto constituye una de las más importantes cuestiones de la humanidad. Las autoridades políticas y militares del régimen usurpador sionista no se han abstenido, durante todo ese tiempo, incurriendo en cada crimen contra los palestinos, desde la matanza indiscriminada -que incluye niños totalmente indefensos- hasta despreciar y ultrajar la grandeza de esta nación e intentar destruirla e ingerirla en el asqueroso estómago del régimen sionista y atacar los campos de refugiados en la propia Palestina y en los países vecinos donde se amparan millones de personas sin tierra. Los nombres de Sabra, Chatila, Gana y Deir Yassin están registrados en la historia de nuestra región con la sangre del pueblo oprimido de Palestina. Hoy después de sesenta años continúan los mismos crímenes, su actitud hacia la gente que vive en los territorios ocupados es la de unos lobos sionistas hambrientos y devoradores. Cometen constantemente nuevos crímenes, hundiendo a la región en nuevas crisis. Son pocos los días en los que no hay noticias sobre el asesinato o lesiones sufridas por jóvenes palestinos o encarcelados por defender su patria y su grandeza, quienes no han hecho más que protestar contra la destrucción de sus casas, campos y huertos. El régimen sionista que con sus beligerancias catastróficas, matanza de gente indefensa y la organización del terrorismo de Estado en la región y el mundo, ha sido durante décadas fuente de guerras, atentados y maldad e iniquidad, osa calificar de terrorista al pueblo palestino que lucha y se ha levantado para defender y reclamar sus derechos. La red de medios de comunicación del sionismo y muchos otros medios occidentales y mercenarios repiten una y otra vez esta gran farsa, olvidando su compromiso ético, moral y social. Los líderes políticos que pretenden defender los derechos humanos también han cerrado sus ojos a tantos crímenes, protegiendo y apoyando desvergonzadamente a ese régimen catastrófico cual si fuesen sus abogados defensores.

Nosotros sostenemos que Palestina pertenece a los palestinos y continuar con su ocupación es una opresión desmedida e insoportable y uno de los principales peligros para la paz y seguridad mundial. Todas las fórmulas propuestas por los occidentales y sus aliados para «resolver la cuestión palestina» han sido erróneas y han fracasado y lo mismo acontecerá en el futuro. Nosotros hemos propuesto una solución justa y totalmente democrática que consiste en que todos los palestinos -entre musulmanes, cristianos y judíos, tanto los actuales residentes como los que fueron expulsados de sus tierras y preservando su identidad palestina se refugiaron en otros países- elijan la estructura y sistema político de ese país a través de un referéndum que tenga un mecanismo de control eficaz. Que todos los palestinos que durante años han tenido que soportar el dolor y sufrimiento de no vivir en sus propias casas vuelvan a su país y participen en ese referéndum y posteriormente contribuyan a la redacción de la Constitución y en las elecciones generales. Es así como se instaurará la paz. Quiero darles un consejo beneficioso a los políticos norteamericanos que siempre se han presentado como abogados defensores y protectores del régimen sionista: Ese régimen hasta ahora no os ha representado más que un fuerte dolor de cabeza; ha hecho que vuestro rostro sea una de las cosas más odiadas por los pueblos de la región que os ve como cómplices de sus crímenes. Los costos materiales y espirituales que a lo largo de estos años se le han impuesto al gobierno y al pueblo norteamericano son elevadísimos y probablemente lo serán aún más en el futuro si continuáis actuando de la misma manera. Pensad sobre la propuesta de la República Islámica de Irán y sobre este referéndum y con heroica decisión rescataos a vosotros mismos de ese nudo ciego en el que os encontráis en la actualidad. Sin duda, los pueblos de la región y todos los librepensadores del mundo recibirían con beneplácito esta actitud.

Distinguidos huéspedes:

Retomo mis palabras del comienzo. Las actuales circunstancias en el mundo son bastante delicadas, la humanidad está pasando por un momento histórico, de suma importancia. Se espera el nacimiento de un nuevo orden. El conjunto de los países No Alineados incluye las dos terceras partes de los miembros de la comunidad mundial y puede desempeñar un rol trascendental en la formación del futuro. La celebración de este gran evento en Teherán es, de por sí, un acontecimiento significativo que debe tenerse en cuenta. Nosotros los miembros de este Movimiento podremos, aunando nuestras amplias capacidades, recursos y posibilidades, desempeñar un rol histórico y permanente para salvar el mundo de la guerra, la inseguridad y la dominación.

Este objetivo solo se podrá lograr mediante la cooperación multilateral entre nosotros. Y es que no son pocos, entre nosotros, los países muy ricos o con influencia internacional. Los problemas podrán ser resueltos con la cooperación económica, mediática y con la transferencia de experiencias progresistas y sublimes. Debemos tener determinación y firme voluntad y mantenernos fieles a los objetivos. No hay que temerle al gruñido de las potencias opresoras ni satisfacernos con su sonrisa. Debemos saber que la voluntad divina y las leyes de la Creación nos apoyan; aprendamos del fracaso del bloque comunista -hace dos décadas- y del fracaso de las políticas de la liberal democracia occidental cuyas señales las podemos observar tanto en las calles de los países europeos como en las de Estados Unidos y en los nudos ciegos en que se encuentra la economía de dichos países. Por último, consideremos una gran oportunidad la caída de los dictadores lacayos de Estados Unidos y colaboradores del régimen sionista en el norte de África junto al despertar islámico en los países de la región. Nosotros podemos reflexionar sobre el aumento de la rentabilidad política del movimiento de los países No Alineados en la administración mundial; podemos -con el propósito de hacer cambios en esa administración, elaborar un documento histórico y garantizar sus instrumentos ejecutivos; podemos diseñar un movimiento que garantice la cooperación económica eficaz y defina las pautas de la relación cultural entre nosotros. La creación de una secretaría activa y motivadora para este Movimiento será sin duda una gran y efectiva ayuda en la consecución de sus objetivos.

Muchas gracias.