Durante el encuentro, ayatolá Jamenei se refirió al establecimiento de la República Islámica y el desarrollo de métodos complejos de propagación de las ideologías como dos características importantes de la era actual.

Además, agregó que los ulemas y los clérigos deben ser conscientes de las exigencias de la época y tomar en cuenta estas dos características para administrar justicia y hacer frente a la opresión, la corrupción y la sedición.

En este encuentro, ayatolá Jamenei se refirió a los clérigos como los pioneros del progreso, y reiteró: «Ayudar a las personas a distinguir entre lo lícito (halal) y lo ilícito (haram) no es el único deber del clero. Más bien, como herederos de los profetas, deberían levantarse contra todas las manifestaciones del mal y luchar contra aquellos que tratan de imponer sus deseos egoístas sobre otras naciones.»

Ayatolá Jamenei definió las características de la época actual y se refirió a la transformación de los métodos de propagación de las ideologías, además agregó que «hoy en día, las potencias arrogantes hacen uso de todos los medios modernos de comunicación, así como de los métodos artísticos y culturales, para imponer sus erróneas creencias y métodos opresivos sobre otras naciones. Y los ulemas deben actuar de conformidad con los requisitos de la época con el fin de guiar a la gente al camino correcto».

Asimismo, ayatolá Jamenei señaló que los extranjeros están haciendo esfuerzos para atrapar los corazones de los jóvenes y crear dudas en la mente de los estudiantes. Además manifestó que los ulemas tienen la responsabilidad de proteger las fronteras morales y deben prestar mucha atención a los pensamientos y las emociones de la juventud, y confrontar las acometidas de los enemigos, haciendo uso de métodos modernos.

Ayatolá Jamenei se refirió al establecimiento de la República Islámica, el cual se basó en los principios del Sagrado Corán y la sharia como la segunda característica de la era actual, y añadió: «Por supuesto, nunca afirmamos que el sistema actual está en completa conformidad con los principios islámicos y coránicos, pero creemos que estamos andando el camino correcto. Y todo el mundo, especialmente los ulemas, deben aprovechar esta oportunidad excepcional para promover las enseñanzas y los principios del Islam, guiar a la gente al camino correcto y ayudarles a progresar».

Su eminencia dijo que el derrocamiento de la República Islámica y el fracaso de ésta en su avance hacia el progreso, son dos deseos incumplidos de los enemigos, y señaló que «la República Islámica logró salir victoriosa de todas las conspiraciones y las dificultades causadas por los enemigos.» Asimismo, añadió que «los logros científicos de la República Islámica han demostrado que un gobierno religioso tiene la capacidad de impulsar una nación hacia el progreso.»

Ayatolá Jamenei expresó que el apoyo sincero de las naciones y la predisposición de los estudiantes y musulmanes destacados hacia la República Islámica es la principal razón por la que las potencias arrogantes y algunos de los gobiernos reaccionarios de la región se oponen enérgicamente a la República Islámica. «Los esfuerzos para incrementar el conflicto entre chiítas y sunitas, y acusar falsamente a algunas personas de la propagación de la ideología chiíta, en un país cuyo pueblo ama a los miembros de la descendencia del Profeta (la paz sea con todos ellos), son otras señales que muestran que los amenazantes poderes y sus aliados en la región están aterrorizados por la Revolución y la República Islámica», agregó.

Su Eminencia dijo que las continuas maquinaciones y hostilidad de las potencias arrogantes contra la República Islámica son indicativas de la gravedad del golpe que la nación iraní creyente ha asestado a las potencias dominantes. Además, agregó: «Puedo ver los signos de la gracia divina en la resistencia y la vigilancia de la nación iraní y los funcionarios del gobierno, y este gran apoyo divino ha duplicado la responsabilidad de todas las personas, especialmente de nuestros sabios religiosos».

El Líder Supremo de la Revolución Islámica subrayó la necesidad de la vigilancia para distinguir amigos de enemigos, y reiteró: «Cuando el amplio apoyo de la República Islámica y la nación iraní para el oprimido pueblo Palestino estaba en su apogeo durante los 22 días de guerra en Gaza, de repente una malvada y devastadora idea comenzó a propagarse en la sociedad. Se dijo que el pueblo palestino era enemigo de la descendencia del Profeta. Así que ellos intentaron hacer que la República Islámica retirase su apoyo a la nación Palestina para crear una actitud negativa hacia los musulmanes sunnitas y provocar al pueblo».

«Del mismo modo, hay algunas personas que están tratando de encontrar cosas en los discursos y libros chiítas que puedan ofender a los musulmanes sunnitas, y consecuentemente intentan hacer que se desconfíe de los musulmanes chiítas. Sin embargo, toda la gente, especialmente los sabios religiosos chiítas y sunnitas, deben desarrollar una profunda comprensión de las complicadas conspiraciones de los enemigos del Islam y combatir los esfuerzos manifiestos y encubiertos de los enemigos por provocar a la gente. Ellos no deben dejar que la discordia y la desconfianza socaven la actual unidad entre los musulmanes.»