«Esta hermosa verdad -que hoy presenciamos en Mapna- muestra que la consigna de este año, es decir «la determinación nacional y la administración eficiente», será una consigna permanente y el secreto de la identidad, la dignidad y el brillante futuro de nuestro país», agregó.

El Ayatolá Jamenei señaló que el crecimiento económico depende del crecimiento cultural, y enfatizó: «Por esta razón, la consigna de este año es la consigna de la vida y esa será nuestra consigna de siempre.»

Su Eminencia dijo que con el fin de llegar a su punto máximo, la economía y la cultura del país necesitan confiar en la determinación nacional y la administración eficiente, y reiteró: «Si se logra este objetivo, nadie se atreverá a menospreciar o humillar a nuestro pueblo.»

 Refiriéndose al pasado histórico de Irán, el Líder Supremo dijo: «En una época en que Europa y Occidente estaban hundidos en la ignorancia, Irán gozaba de una gloriosa civilización que le brindó grandes personalidades científicas y culturales a la humanidad.»

El Ayatolá Jamenei declaró que el menosprecio de Occidente hacia Irán llegó a su fin con la victoria de la Revolución Islámica, y agregó: «Si el pueblo iraní quiere alcanzar una posición elevada en las áreas económica, social, política y cultural; y si quiere convertirse en un punto de referencia científica a nivel mundial, debe confiar en su conocimiento, inteligencia, dinamismo, innovación y determinación».

Su Eminencia describió los logros del Grupo Mapna como una fuente de gloria para el país y para los funcionarios y obreros de esta compañía, y agregó: «Las diferentes instituciones del gobierno deberían apoyar este tipo de compañías.»

El Líder Supremo de la Revolución Islámica describió la producción nacional y la interacción con el mundo exterior como otra base de la economía de la resistencia, y enfatizó: «Tenemos que crecer y florecer desde dentro, pero también debemos estar activamente presente en los mercados internacionales a través de la interacción con el mundo exterior».

El Ayatolá Jamenei manifestó: «Cuando necesitábamos uranio enriquecido a un veinte por ciento para el reactor de investigación de Teherán y para la producción de medicamentos y cuando estábamos listos para comprarlos, los fanfarrones y bravucones del mundo -encabezados por Estados Unidos- crearon una serie de obstáculos con diferentes artimañas para que no se nos vendiese».

«Cuando la República Islámica decidió producir uranio enriquecido a un veinte por ciento por su propia cuenta, la arrogancia mundial no lo creyó, considerándolo imposible. Pero ahora que los jóvenes científicos del país han logrado alcanzar esta tecnología con su inteligencia, creatividad, innovación y una administración eficiente; las potencias hegemónicas dicen: «Estamos dispuestos a venderos el uranio, no necesitáis producirlo vosotros mismos», agregó su Eminencia.

Al final de su discurso, el Líder Supremo dijo que el mundo aún es víctima de los juegos y el comportamiento incorrecto de las potencias arrogantes.