Durante el encuentro, Su Eminencia dijo que la demora e incompetencia de los saudíes en este suceso funesto demostró una vez más la ineptitud de esta abominable y perversa rama (los saudíes) en la administración y gestión de los asuntos de los Dos Lugares Santos (La Mezquita Al-Haram en La Meca y la Mezquita del Profeta en Medina).
 
«Si ellos están diciendo la verdad y son inocentes en este acontecimiento amargo, deben permitir que una comisión islámica internacional investigue la realidad del caso in situ y lo aclare», agregó Su Eminencia.
El Líder Supremo dijo que la reunión con las familias de los mártires de la tragedias de Mina y la Mezquita Al-Haram era una reminiscencia de los acontecimientos dolorosos del año pasado, y agregó: «el suceso desgraciado de Mina y la muerte de los devotos peregrinos iraníes del Hach.
 
Sedientos y con los labios resecos bajo el sol inclemente es profundamente dolorosa e inolvidable. Por supuesto que esta calamidad tiene una infinidad de aspectos e incorpora puntos esclarecedores desde las perspectivas política, social, moral y religiosa, que no debe quedar en el olvido».
 
«El año pasado, fue muy difícil e impactante para las familias digerir la noticia de la muerte de sus seres queridos y la repatriación de sus cuerpos, pero a cambio de esta tragedia, prestar atención al hecho de que los seres queridos, como mártires, se encuentran bajo la indulgencia, compasión y bendición divina, podría ser motivo de tranquilidad y serenidad», reiteró el Líder Supremo.
 
El Ayatolá Jamenei se refirió al martirio de unos 7000 peregrinos de la Casa de Dios en el suceso funesto de Mina, criticando fuertemente el silencio de los países y los gobiernos ante este acontecimiento espantoso y trágico.
 
Su Eminencia calificó el silencio de los gobiernos e incluso académicos, activistas políticos, intelectuales y las personalidades del Mundo Islámico respecto al martirio de 7000 peregrinos inocentes de «gran catástrofe para la comunidad islámica (ummah)», y agregó: «la falta de sensibilidad ante cuestiones como el desgarrador y doloroso suceso de Mina es lo que lo convierte en una verdadera tragedia para el Mundo Islámico».
 
El Líder Supremo dijo que la negativa de los gobernantes saudíes para ofrecer una simple disculpa verbal era una señal de su última impudencia y falta de vergüenza, y agregó: «incluso si no hubo premeditación tanto la falta de previsión como la incompetencia de un gobierno y sistema político equivaldría a un delito».
 
El Ayatolá Jamenei continuó su discurso planteando una pregunta importante: «cuando un régimen no logra ni siquiera encargarse de los huéspedes de Dios, al mismo tiempo que se lucra de ello, ¿cómo puede garantizar que, en circunstancias semejantes, como la del acontecimiento amargo de Mina no volvería a pasar algo similar?"
 
Su Eminencia manifestó que la nación iraní se mantiene de pie con gallardía contra la ignorancia y falta de orientación de los saudíes, y expresa sus posturas coránicas y legítimas con claridad y honorabilidad; y otras naciones y países también deberían mantener valientemente sus opiniones y posturas sobre los saudíes».
 
«La incompetencia de los saudíes y la inseguridad que le han impuesto a los peregrinos del Hach a la Casa de Dios es un hecho que demuestra que este gobierno no está calificado para administrar los Dos Lugares Santos y esta realidad debe divulgarse por todo el Mundo Islámico, y debe ser entendida», enfatizó Su Eminencia.
 
El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que otro aspecto de la tragedia de Mina ha sido el silencio mortal de los autodenominados ''defensores de los derechos humanos''.
 
El Ayatolá Jamenei se refirió a la campaña de propaganda política puesta en marcha por los llamados órganos de los derechos humanos en relación con la ejecución de las sentencias judiciales en algunos países, diciendo: «el silencio ante la demora de un gobierno en el cumplimiento de sus obligaciones y la muerte de 7000 oprimidos e inocentes seres humanos deja al descubierto la falsa identidad de los autodenominados ''defensores de los derechos humanos''. Aquellos que ponen sus esperanzas en las instituciones y organizaciones internacionales deben aprender una lección de esta amarga realidad».
 
Su Eminencia dijo que la formación de una comisión investigativa es una obligación de los países musulmanes y los defensores de los derechos humanos, y agregó: «a pesar de que ha pasado un año desde esta dolorosa tragedia, un examen detallado de los documentos escritos y publicados arrojarían en gran medida luz sobre las realidades detrás de este acontecimiento».
 
El Líder Supremo de la Revolución Islámica exhortó a las autoridades iraníes a darle un seguimiento serio a la formación de una comisión investigativa, y agregó: «si los saudíes están seguros de su supuesta inocencia en el acontecimiento amargo de Mina, no deben cerrar bocas con dinero y deben permitir que una comisión investigativa persiga de cerca esta cuestión».
 
En otra parte de su discurso, el Ayatolá Jamenei llamó a los partidarios del régimen saudí «cómplices» de los crímenes de este gobierno en la tragedia Mina, y reiteró: «con el respaldo de Estados Unidos, el descarado régimen saudí se mantiene insolente en contra de los musulmanes, y continúa con el derramamiento de sangre en Yemen, Siria e Irak. Por lo tanto, Estados Unidos y otros partidarios de Riad son cómplices de la injusticia y los crímenes saudíes».
 
Su Eminencia se refirió a los intentos de los órganos de propaganda con apoyo extranjero para describir el crimen de Mina como un ejemplo de controversia y conflicto entre «sunitas y chiitas» o entre «árabes y no árabes», y agregó: «los propagandistas que apoyan a los gobernantes saudíes están repitiendo esta maliciosa mentira cuando la mayoría de los 7000 mártires de Mina, incluyendo un gran número de mártires iraníes, eran sunitas».
 
«Los saudíes y los terroristas asesinos alimentados y cuidados por ellos están matando a la gente en Yemen, Siria e Irak. Por lo tanto, a pesar de la propaganda maliciosa de los gobiernos occidentales, los saudíes no están apoyando a los árabes y el suceso funesto de Mina no tiene nada que ver con el conflicto -fabricado por los medios- entre árabes y no árabes », agregó Su Eminencia.
 
El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que el hecho es que los detestados saudíes constituyen un grupo en el Mundo Islámico, algunos de los cuales a sabiendas, y algunos sin saberlo, están incurriendo en la hostilidad y enemistad con los musulmanes.
 
«El Mundo Islámico debe mantenerse de pie en contra de ellos y rechazar a los amos de los saudíes, es decir, Estados Unidos y la perversa Gran Bretaña», enfatizó el Líder Supremo.
 
Al final de su discurso, el Ayatolá Jamenei hizo un llamado a los diferentes órganos iraníes, incluyendo el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Misión del Hach, la Organización del Hach y la Peregrinación, y la Fundación de los Mártires y Veteranos de Guerra para que cumplan sus responsabilidades de manera seria ante este masivo y trágico incidente de Mina.
 
Previo al discurso de Su Eminencia, el Huyatulislam Seyyed Ali Qazi Askar, su representante para el Hach y los Asuntos de la Peregrinación, expresó sus condolencias por el martirio de las víctimas del 8 de septiembre de 1978, cuando el régimen de Sah mató a manifestantes iraníes, por las víctimas de 1987 de la masacre de peregrinos iraníes perpetrada por la policía saudí y las víctimas por la tragedia del año pasado en Mina.