En nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

Nos hemos reunido hoy en homenaje al ejército de miles de mujeres mártires que cambiaron el curso de la historia del Islam y del país, y que se han presentado ante Dios con la cabeza en alto.

Este ejército de ángeles que han sacrificado su vida por el Islam, no estaba constituido por simples espectadoras sino por mujeres comprometidas y que han construido el noble Irán.

Estas mujeres le han propuesto tanto a Occidente como a Oriente un nuevo modelo. En Oriente las mujeres son generalmente hechas a un lado y no juegan ningún rol en la Historia, y en Occidente su femineidad es más importante que su humanidad, y son objetos sexuales a disposición de los hombres y al servicio del capitalismo.

Estas mujeres valientes de la defensa sagrada han mostrado que existe un tercer modelo que excluye a los dos otros. Las mujeres iraníes han probado que es posible ser una mujer activa y al mismo tiempo, una mujer que respeta las normas islámicas, cuida a la familia y trabaja en las áreas políticas y sociales. Estas mujeres han mezclado el espíritu de la yihad y del martirio con su espíritu femenino, y han obtenido victorias en los más duros campos de batalla.

Durante la revolución y la defensa sagrada, ellas han demostrado que pueden ser una mujer y al mismo tiempo superarse, defender a la familia, participar en la yihad y los asuntos sociales, recomendar el bien, prohibir el mal y abrir los caminos imposibles. Su sangre ha permitido la aparición de un nuevo poder que ha influenciado a las mujeres del Mundo Islámico e influirá tarde o temprano, a las mujeres de todo el mundo.

Mientras, tendremos personalidades brillantes como Jadiya, Fátima y Zainab (la paz sea con todas ellas), las viejas y nuevas propuestas sobre la mujer fracasarán, y nuestras millares de mujeres educadas con las enseñanzas de Karbalá vencerán al frente de la opresión y la opresión de los hombres, y mostrarán que tienen derecho a la dignidad que les ha sido negada por una sociedad que se supone moderna y que ya es tiempo de conocer.

Expreso mis felicitaciones a las familias de estas mujeres mártires y espero que las miles de cineastas y artistas sepan mostrarle al mundo la imagen brillante de estas iraníes musulmanas y valientes educadoras, después de las grandes mujeres de los primeros tiempos del Islam.

Asimismo, envío mis saludos a la gran dama del Islam, la noble Fátima (P), a las heroínas de los primeros tiempos del Islam y a las de nuestra época, que se sacrificaron por el Irán islámico.

Seyyed Ali Jameneí

5 de marzo de 2013