1. La Gran Jadiya —con ella las oraciones y la paz— halló la fe en el comienzo del Islam; insigne mujer, sabia, noble y completa, dio el paso más importante: fue la primera fiel del Islam y puso toda su fortuna al servicio de la llamada al Islam y a su difusión. Quienes han experimentado la importancia de la ayuda financiera para la lucha de los combatientes en tiempos de opresión son conscientes de su valor. 23/05/1986

2. Si no fuera por la ayuda de Jadiya —con ella la paz—, quizá se hubiera producido una disrupción, una parada significativa en el avance del Islam. Ella acompañó luego al enviado de Dios y a todos los musulmanes en el destierro al valle de Abu Talib, donde soportó varios años —dos o tres— de una vida llena de penalidades. Fue en aquel mismo valle de Abu Talib donde proclamó su lealtad a la Verdad, y en aquel exilio fue donde abandonó este mundo. 23/05/1986

3 La ilustre Jadiya —con ella la paz— fue alguien que realmente sufrió la injusticia. En su caso, la dignidad de esposa del Profeta tiene un valor aun mayor; hubo otras que alcanzaron también esa dignidad de esposas del Profeta, pero no sufrieron con él las penalidades que experimentó durante la mayor parte de su misión. En el caso de ellas fueron diez años en Medina que, en definitiva, comportaron honorabilidad, respeto y una vida confortable respecto al periodo anterior, mientras que la ilustre Jadiya —con ella la paz— soportó y sufrió la etapa de padecimiento y penalidades del Profeta. 09/05/2016