Durante la reunión, el ayatolá Jameneí describió «el espíritu juvenil, el sentido de una identidad influyente, los motivos basados en la fe y los ideales de los movimientos estudiantiles y demanda de esos ideales» como fuente de esperanza para el futuro y enfatizó la necesidad de «ser revolucionario, permanecer revolucionario y actuar revolucionariamente», teniendo en cuenta los matices y menesteres.

«Dadas las capacidades y recursos del país, debemos continuar el orgulloso movimiento hacia los ideales con mayor poder y ritmo», enfatizó.

Al comienzo de su discurso, el Líder de la Revolución Islámica describió el encuentro y las observaciones de los estudiantes, así como sus sugerencias, quejas y objeciones, como una reunión de estudiantes en el verdadero sentido de la palabra, y dijo: «El resultado más importante y sobresaliente de este encuentro ha sido el dejar en evidencia el espíritu y el movimiento animado, ferviente y motivado de los estudiantes de diversas tendencias. Este ambiente genuino es directamente opuesto a las insinuaciones hechas por los enemigos —extranjeros y algunos elementos locales— sobre las universidades iraníes, diciendo que están llenas de depresión, desesperación y desesperanza».

Su Eminencia se refirió a los comentarios de los estudiantes en esta reunión y sus quejas respecto a algunos de los problemas del país, y describió la mayoría de estas quejas como válidas.

El Líder de la Revolución Islámica hizo hincapié en que «uno de los preparativos necesarios para la realización de los deseos [de los estudiantes] es la presencia de jóvenes apasionados y motivados en los distintos escenarios, y su pensamiento y esfuerzo para solventar los problemas», agregó.

El ayatolá Jameneí señaló algunas críticas de los estudiantes de algunas instituciones, y agregó que «la gestión de algunas instituciones como las Fuerzas Armadas recae en el Líder; sin embargo, en el caso del Poder Judicial y la Radiotelevisión de la República Islámica de Irán (IRIB), su gestión no recae en el Líder, aunque sus jefes son designados por el Líder y, por ejemplo, con IRIB, ya sea bajo su gestión actual como en las anteriores, he tenido y siempre tengo una postura crítica sobre varios temas».

Su Eminencia enfatizó que no hay duda de que el Sistema Islámico y el país están avanzando, y reiteró: «He dicho en repetidas ocasiones que el futuro es mejor que hoy y pertenece a los jóvenes; sin embargo, el requisito previo para esto es permanecer en el camino correcto y el movimiento continuo e infatigable».

En el mismo sentido, el ayatolá Jameneí enfatizó: «Considerando esta realidad, aquellos que hablan de desesperación y desesperanza con respecto al futuro y las universidades deben rectificar su forma de pensar».

A continuación, Su Eminencia abordó el tema principal de su discurso, a saber, «cómo ser un revolucionario, seguir siendo revolucionario y actuar revolucionariamente».

Al principio del encuentro, el Líder de la Revolución Islámica delineó las cinco etapas de la Revolución, diciendo: «Hubo una mentalidad errónea desde el comienzo del triunfo de la Revolución Islámica acerca de que la Revolución terminaría después de la formación del Sistema y debería ser un movimiento para establecer instituciones y burocracia. Esta mentalidad equivocada cree que la Revolución es equivalente a tensión, reyertas u otros actos ilegales».

El ayatolá Jameneí dijo que la formación del «Sistema Islámico y revolucionario» constituye la segunda fase, y agregó: «El Sistema Islámico y revolucionario tiene metas, aspiraciones y valores cuya materialización requiere de la tercera etapa, a saber, la formación de un ''gobierno revolucionario''; gobierno que cree en los pilares del ''Sistema Islámico''».

Su Eminencia enfatizó que con el correcto desempeño del gobierno islámico y revolucionario y la realización de la aspiración, la cuarta etapa, es decir, «una sociedad islámica y revolucionaria» tomará forma, y agregó: «El Sistema Islámico, el gobierno islámico y la sociedad islámica prepararán el terreno para la quinta etapa, a saber, la creación de la "civilización islámica y revolucionaria''; por lo tanto, la Revolución es interminable y siempre perdurará».

El Líder de la Revolución Islámica posteriormente declaró los ideales del Sistema Islámico y revolucionario, reiterando: «Una de estas aspiraciones, que es muy importante es la ''dignidad nacional'', es decir, el sentimiento de orgullo basado en las realidades dentro de la sociedad y no basado en ilusiones e imaginaciones».

El ayatolá Jameneí citó la autoconfianza nacional, la independencia política, económica y cultural; y la libertad, ya sea la libertad de pensamiento, expresión o acción, como otros ideales del Sistema Islámico.

«Sin ideales y sin continuidad, la Revolución será solo un cambio de administradores del país, un cambio de algunas personas a otras; por lo tanto, el movimiento hacia los ideales debe continuar», reiteró.

Resumiendo la segunda parte de su discurso, el ayatolá Jameneí aprobó el exigente sentimiento y espíritu de los estudiantes con respecto a las aspiraciones, diciendo: «Estoy informado de los problemas de la sociedad a través de varias vías y tomando todos los problemas en cuenta, creo que en los últimos cuarenta años, el Sistema Islámico ha avanzado en todos estos ideales».

El ayatolá Jameneí dijo que las libertades actuales en el país en los ámbitos social, político, mediático y ciberespacial son incomparables a la atmósfera sofocante que preponderó durante el régimen opresivo derrocado de Muhammad Reza Shah.

El Líder de la Revolución señaló el progreso visible en las áreas de ciencia y tecnología, y agregó: «También hemos tenido avances en el campo de las aspiraciones; de hecho, no deberíamos contentarnos con esto que hemos alcanzado; debemos continuar este movimiento orgulloso con más poder y aceleración, teniendo siempre en cuenta las capacidades y los recursos del país».

Su Eminencia dijo que un «gobierno revolucionario» y una «administración revolucionaria», es decir, el conjunto de gestión del país, son algunas de las razones para el cumplimiento de las aspiraciones, y agregó: «Si hay alguna interrupción en este importante factor, sin duda nos toparemos con un inconveniente en el curso de la Revolución».

El espíritu de esperanza, determinación y planificación fue otro de los temas a los que el ayatolá Jameneí se refirió como uno de los factores para el progreso de las aspiraciones.

En este mismo sentido, reiteró: «Aquellos que infunden desesperación y desesperanza en la sociedad pueden no ser el enemigo, pero sus acciones son las mismas acciones del enemigo».

Al hablar de los obstáculos para la realización de las aspiraciones, el Líder de la Revolución Islámica señaló: «Algunas personas preguntan ''¿por qué el Líder culpa por todos los problemas al perverso Estados Unidos y el Reino Unido?'' Esta es una interpretación errónea, porque creo que la mayoría de los problemas son internos y locales, que, por supuesto, el enemigo explota».

El ayatolá Jameneí dijo que «entender mal los problemas del país y el tema de la Revolución» es uno de los obstáculos para la realización de ideales y enfatizó que «los estudiantes universitarios y los elementos creyentes, intelectuales y revolucionarios de los seminarios teológicos y las universidades deben trabajar en este tema».

El Líder de la Revolución dijo que no conocer adecuadamente el entorno y no distinguir al frente enemigo del frente amigo, es otro de los obstáculos para la resistencia del movimiento y su avance hacia los ideales, y agregó: «La pasividad, pereza e impaciencia también ralentizarán este movimiento».

Sobre el mismo tema, agregó: «También tenemos furor y paciencia revolucionarios, tal como los tuvo Amir al-Mu'minin (P), que fue la manifestación completa y por excelencia de la justicia  y la paciencia».

No comprometerse con cuestiones y excusas destructivas y divisivas y no inmiscuirse en cuestiones marginales, estuvieron entre otras recomendaciones del Líder de la Revolución.

Después de explicar los impedimentos internos para la realización de los ideales, el Líder de la Revolución Islámica se refirió a los obstáculos externos a este proceso.

«La instilación de la desesperación y la incapacidad en la sociedad iraní, la inculcación de que la verdadera democracia de Irán es una dictadura, las descripciones falsas e irreales y la distorsión de las realidades históricas como las del régimen monárquico corrupto, dependiente, dictatorial, extremadamente débil; trivializar las victorias y exagerar los puntos débiles, la traición y las sanciones», se encuentran entre los factores externos que el ayatolá Jameneí citó como «obstáculos para la aceleración de la materialización de los ideales».

El Líder Supremo de la Revolución enfatizó: «El Sistema se encuentra en medio de una gran campaña, y estando vosotros en el centro  de esta campaña total, debéis percibir y entender esta confrontación, y comprendiendo el lado opuesto, conoceréis vuestros deberes revolucionarios y los pondréis en práctica».

«El ser revolucionario en el sentido correcto, sabio, valiente, solo es posible y significativo en el marco del Sistema Islámico; por lo tanto, aquellos que cuestionan el sistema y sus fundamentos y valores, y causan estragos y fracturas las estructuras, de hecho están involucrados en la destrucción y no en la Revolución», enfatizó.

El Líder de la Revolución Islámica calificó como muy necesaria la repetición y el énfasis de los ideales en la sociedad, y reiteró: «Si la ofensiva antirrevolucionaria generalizada y masiva sobre la opinión pública no enfrenta el énfasis y exigencia de las aspiraciones, ciertamente causará devastación».

«El ejército de jóvenes creyentes y revolucionarios debe comprometerse constante y perspicazmente para [la materialización] de los ideales, y contribuir al cumplimiento de los objetivos de la Revolución y erigir un bastión contra la agitación de la opinión pública, de las personalidades y los entornos administrativos», agregó.

Dijo que la preferencia de los productos extranjeros por los productos iraníes es un grave problema mental en la sociedad, y agregó: «Debe haber un cambio dramático en las mentes, de modo que la noción de la superioridad de los bienes extranjeros se borre de las mentes».

El Líder de la Revolución dijo que «exigir un estilo de vida iraní-islámico» y «contrarrestar la imprudencia, la pereza, la falta de identidad y la religiobofia» son algunas de las otras necesidades de un movimiento estudiantil revolucionario, enfatizando: «Por supuesto, todos estos requisitos deben llevarse a cabo con moderación revolucionaria, perspicacia, sabiduría y paciencia».

Al comienzo de esta reunión, 11 representantes de asociaciones universitarias, expusieron sus inquietudes, comentarios y propuestas, al Líder Supremo de la Revolución Islámica.

 

29 de mayo de 2018