Agradecimiento al pueblo por la presencia en las elecciones del parlamento

En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
¡Nación libre y excelsa! Queridos compatriotas:

Esta vez nuevamente vuestra presencia poderosa y épica venció a la artimaña  de los enemigos  y convirtió al pesado cuerpo de la guerra síquica del enemigo con el fin de desalentar la participación de la nación en las elecciones, en una espuma vacía y desorientada. He aquí que la Republica Islámica a través de la celebración de casi treinta elecciones populares y libres en menos de treinta años y tanto en circunstancias difíciles como fáciles ha demostrado que es el sistema democrático más real en el nuevo mundo.
 
Así es que desde los modelos materialistas de las democracias laicas hasta los despotismos individuales, partidarios y gremiales, gradualmente  serán objeto de interrogación y vacilación básica en el ojo de los  sutiles de la sociedad mundial. En los griteríos de tantas incompatibilidades   falsificadas y farsas entre  el sistema republicano  y el Islam, he aquí  que vuestro sistema popular islámico ha puesto en tela de juicio a todos modelos antirreligiosos y anti populares. 
 
A través de vuestro decisión e inteligencia nuevamente todos los complots satánicos, desde la emisión de resoluciones y prohibición de las elecciones hasta convocar a los observadores extranjeros para intervenir en los derechos y la vida del pueblo, desde denigrar a la administración del país hasta atemorizar al pueblo en cuanto al peligro del ataque enemigo, desde tildar las elecciones como insanas, hasta inculcar el desaliento  e indiferencia en la gente ,y en especial todas las predicciones propagandísticas y satánicas  intentando la  no participación de los jóvenes, absolutamente todo  chocó contra la piedra  y se quebró. 
 
Nación noble y responsable de Irán, tanto mujeres como hombres, ancianos y jóvenes ciudadanos y campesinos nuevamente entraron en la escena en el nombre de Dios, para confiar la Asamblea Consultiva Islámica a sus representantes, y preparar para los cuatro años venideros una asamblea consciente, religiosa, destacada, que se opone a la arrogancia, poderosa, conocedora de los dolores y popular. 
 
Agradezco humildemente y con todo mi ser a Dios prudente y poderoso y os agradezco profundamente a vosotros, gente distinguida que ha elaborado tal esplendorosa escena con el éxito brindado por Dios y con vuestra firme voluntad. Y han mostrado la unión nacional al final del año que fue denominado con este nombre.
 
En forma particular, debo agradecer a los queridos  jóvenes que han asumido, según las estadísticas, gran parte de esta participación masiva y a pesar de que la mínima edad de elegir se elevó tres años  y unos millones de adolescentes menores de  18 años fueron privados de participar en las elecciones, millones de jóvenes menores de 30 años se apresuraron hacia las urnas y demostraron con su eufórica presencia, que los varones y señoritas de siguiente generación están preparados  para recibir esta sagrada república, la cual es el precio de sangre de decenas de miles de mártires y el fruto de largos años de la lucha de la nación de Irán. Vosotros habéis  demostrado que la Revolución Islámica está viva y con el paso del tiempo crece aun  más.
 
Es necesario agradecer sinceramente a todas las corrientes políticas que han participada con el afán de responsabilidad en esta gran prueba, asimismo a los que llevaron a cabo y a los observadores de las elecciones que asumieron esta responsabilidad legal con esfuerzos agotadores y resguardaron los votos de la gente con veracidad y lealtad, también a los medios de comunicación nacional que intensificaron  la epopeya y presencia, a través de su arte y creatividad. 
 
Y  a los encargados del orden y seguridad que han afianzado la tranquilidad síquica de la gente y a los demás medios que ayudaron a una mejor celebración de las elecciones, y a los candidatos tanto los votados como los no votados y por fin a los representantes de la séptima asamblea que cumplieron el periodo de su representación al servicio de la gente. 
 
Espero que con la ayuda y éxito divino  y con las atenciones de su excelencia Bagiiatuallah, nuestras almas se sacrifiquen por el (Imam Mahdi –P-) la octava  asamblea  pueda llegar al progreso creciente del país, la grandeza nacional  y reavivar  aún más a la República  Islámica con su afán de responsabilidad religiosa y revolucionaria. Si Dios quiere. 

Seyed Ali Jameneí

25-12- 86