Durante mi presidencia, asistí a la cumbre del Movimiento de Países No Alineados en Zimbabue. La conferencia fue gestionada sobre todo por los izquierdistas. Aunque también había presentes Gobiernos inclinados hacia Occidente y los EE. UU., los actores principales, entre los que estaban Robert Mugabe y Fidel Castro, eran izquierdistas. Acudieron además otros presidentes izquierdistas que apoyaban a la Unión Soviética y que se contaban entre los actores principales. Yo pronuncié allí un discurso. Mi intervención fue cien por cien anti-EE. UU. y anti-Arrogancia. Dije la verdad sobre la revolución, sobre Irán, sobre los crímenes de EE. UU., los crímenes contra la nación iraní, los asuntos relativos a la Guerra Impuesta Irán-Irak, etc., y, a continuación, con la misma claridad y seriedad, condené la invasión soviética de Afganistán. La audiencia se quedó atónita. Uno de los presidentes izquierdistas presentes me dijo que el único país verdaderamente no alineado era Irán. Como ven ustedes, las instituciones islámicas encuentran una significación y dignidad interna similares en un nivel mundial, y sus enemigos se ven obligados a respetar eso.

Declaraciones hechas en un encuentro con jóvenes de Isfahán, 3 de noviembre de 2001.