«Hoy, fruto de la actividad de nuestras Fuerzas Armadas —el Cuerpo de Guardianes de la República Islámica, de una manera; el Ejército, de otra, y las fuerzas del orden, de otra—, el país ha adquirido, gracias a Dios, una imagen admirable en el mundo. Gente diversa, esas personas del país que sea que están al corriente de los asuntos de la actualidad mundial, de los distintos países y, en particular de la región —porque, claro está, en todos los países hay gente que no está al tanto de la actualidad de su propio país, pero a esos no me refiero—, cuando observan al Irán islámico, el sentimiento que tienen es de grandeza, de majestuosidad, y eso es muy importante. Cuando la parte contraria se centra en plantear cuántos misiles se lanzaron, cuántos impactaron y cuántos no, esas son cuestiones de orden secundario. La cuestión principal es el surgimiento de la fuerza de voluntad del pueblo de Irán y las fuerzas militares de Irán en un escenario internacional importante. Eso es lo importante y eso ha ocurrido. Y esos que se han llevado el golpe, que están tan enojados y airados por esta situación mundial, es por eso que están irritados. A Dios gracias, las Fuerzas Armadas han hecho una buena exhibición y han dejado una buena imagen de sí mismas» (