«La resistencia de la República islámica de Irán frente a Estados Unidos y la negativa a someterse de la nación iraní son una realidad atractiva para el mundo, y esa atracción debe aprovecharse para difundir las verdades del Islam y de la nación iraní», ha subrayado el máximo dirigente persa en su reunión con los encargados de organizar en Irán del rito anual de peregrinación a La Meca.

El Líder de la Revolución Islámica ha alabado la coordinación y las sinergias existentes entre los distintos organismos gubernamentales para cumplir el deber religioso del Hach con «esplendor», y ha incidido en la importancia de la peregrinación anual como «acto político, económico y social». «Muchos países no son conscientes de la importancia y las sustanciales funciones del Hach, pero nuestro insigne imam Jomeiní nos enseñó que el Hach es un gran punto de movilización internacional, y que la Umma islámica puede esperar de él numerosos beneficios».

«La Umma islámica, en el verdadero sentido de la palabra ―es decir, una unidad coherente que actúe con una voluntad y un objetivo comunes―, aún no se ha formado y, por desgracia, en los países islámicos son corrientes las acusaciones, conflictos y guerras, pese a los llamados a la unidad islámica de personas inquietas y benévolas», ha lamentado el Líder de la Revolución Islámica, no sin aludir a los «esfuerzos variopintos de las potencias mundiales» por impedir la conformación de la «Umma islámica unificada».

Entre las tareas que es necesario realizar en el Hach, el ayatolá Jameneí ha destacado la participación de los peregrinos iraníes en los rezos en grupo en la Mezquita Sagrada (Masyid al-Haram) y la Mezquita del Profeta, la declamación de la Noble Palabra de Dios por recitadores iraníes destacados en ambas mezquitas, la presencia activa de iraníes de elevada formación que dominen lenguas extranjeras para responder dudas y la transmisión al mundo de los fundamentos políticos y el mensaje nuevo de la República islámica.

El Líder iraní se ha pronunciado, por otra parte, respecto a declaraciones estadounidenses en las que se reclamaba que Irán «se transforme en un país normal», interpretándolas como el deseo de que la República islámica renuncie a su mensaje nuevo para el mundo, es decir, «la combinación de la opinión popular y el pensamiento islámico y las bases religiosas en la configuración y la administración de la sociedad».

Dado el desconocimiento reinante en el mundo del modelo iraní de democracia religiosa y la existencia, frente a ese modelo, de «millones de medios propagandísticos que actúan contra la República Islámica», el ayatolá Jameneí ha alentado a aprovechar la ocasión que presenta el Hach para exponer el modelo y aclarar cuestiones como las razones de la enemistad de EE. UU. y la lógica subyacente a la negativa de la nación iraní a someterse.

Al alentar a exponer las posiciones de la República Islámica, el ayatolá Jameneí ha señalado que tanto las bases del pensamiento islámico como su desarrollo y, en particular, la resistencia de Irán, son cuestiones que resultan atractivas para el público a nivel mundial y, de hecho, a su juicio, «la razón del enfado de los estadounidenses con el pueblo iraní reside en la atracción que genera la imagen de la resistencia de un Estado independiente frente a un salteador de caminos», por lo que ha incitado a aprovechar ese aspecto atractivo para «difundir y expandir la verdad del Islam y de la nación iraní».

Por otra parte, el Líder persa ha resaltado la importancia de la capacidad del Hach para propiciar la autoconstrucción y la introducción de cambios fundamentales en las personas a su vuelta del peregrinaje, y ha reclamado a los responsables en Irán del Hach y de la propaganda religiosa que diseñen programas a ese efecto. De manera particular, a los responsables de la Organización del Hach les ha recomendado que, en su trato con los peregrinos y sus asuntos, se muestren cálidos, atrayentes, amables y humildes.