«El vil y abyecto enemigo, al no poder infligir daño sustancial a las sólidas estructuras de Hezbolá, de Hamás, de Yihad Islámica o de las demás organizaciones que combaten por la causa de Dios, ven la señal de su victoria en el asesinato, en la destrucción, en los bombardeos, en las matanzas de civiles en sumir en el duelo a personas desarmadas. ¿Cuál es el resultado? El resultado de tal conducta es la acumulación de ira; una mayor motivación de la gente; el surgimiento de más hombres, más jefes, más líderes y más personas dispuestas a dar la vida; el estrechamiento del cerco en torno a ese lobo sanguinario y, por fin, la eliminación de esa ignominiosa entidad del ámbito de lo existente, Dios mediante» (04/10/2024).