«La participación obvia y manifiesta de Estados Unidos es conocida. El gobierno de Estados Unidos tiene verdaderamente las manos manchadas de sangre. Con los crímenes que se han perpetrado en Gaza y en Líbano, Estados Unidos es obviamente cómplice, como todos saben ya hoy. Antes se decía a modo de análisis, pero ahora ya lo ven todos. Lo mismo, con algunos de los países europeos» (