El Líder Supremo de la Revolución Islámica, Ayatolá Seyyed Ali Jamenei en una visita realizada el día domingo a la Universidad Elm-o-San'at (Ciencia e industria) de Teherán, destacó el papel de los estudiantes universitarios, diciendo que la universidad era un lugar para la promoción de dos cuestiones vitales: Las investigaciones científicas y las aspiraciones revolucionarias.
«Si la nación y las autoridades preservan las características principales de la identidad Islámica, ningún enemigo se atreverá a hacerle daño al país», dijo su Eminencia a un grupo grande de estudiantes y profesores de la universidad.
Expresando su satisfacción por reunirse con los estudiantes, el Ayatolá Jamenei se refirió a la honestidad, preparación espiritual y a la frescura como algunas de las características de los estudiantes universitarios, agregando que ellos desempeñan un papel importante en el país.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica destacó los avances del país en el campo de la medicina, nanotecnología, energía nuclear y otras tecnologías modernas, añadiendo que el objetivo de la nación fue convertirse en un referente para el mundo.
«Esta gran aspiración será concretada mediante el esfuerzo de los profesores y los estudiantes universitarios», agregó.
Asimismo, su Eminencia se refirió a la historia de los movimientos universitarios en Irán y dijo: «De acuerdo, a los documentos históricos, los movimientos siempre han opuesto resistencia contra la dictadura y el imperialismo.» Ayatolá Jamenei dijo que el asesinato de tres estudiantes en la Universidad de Teherán durante una marcha anti-estadounidense en 1953 hizo resaltar más aún el carácter anti-arrogante de los universitarios.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica también destacó el carácter anti-arrogante de los estudiantes mencionando su movimiento para formar el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, su lucha contra los grupos armados en las universidades, la captura de la embajada estadounidense, su participación en los 8 años de Defensa Sagrada y el combate a las diferentes conspiraciones en el curso de los últimos 30 años.
Su Eminencia también exhortó a los estudiantes a evitar la trampa de los engaños políticos, atracciones materiales y falso espiritualismo.
«La formación del Sistema Islámico en Irán fue una respuesta a la necesidad histórica de la nación iraní. Seguramente ningún sistema a excepción del islámico y el sistema religioso podían erradicar al sistema monárquico dependiente de Estados Unidos. La gran presencia de la gente y el gran movimiento nacional no era posible sino bajo el liderazgo del Imam Jomeini», agregó Ayatolá Jamenei.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica señaló además que el Sistema Islámico ha sido atacado por la arrogancia y la red sionista debido a lo que ha aprobado o rechazado de la diplomacia internacional.
«La República Islámica definitivamente rechaza las políticas autoritarias y el laicismo ético mientras aprueba los esfuerzos para preservar los valores islámicos, defender a las personas inocentes del mundo, y conquistar las cúspides de la ciencia.», dijo.
«Si reemplazamos estos principios, la hostilidad del enemigo realmente disminuiría. Ellos pretenden hacernos cambiar diciendo que Irán debe modificar su conducta», agregó su Eminencia.
Ayatolá Jamenei señaló que el Sistema Islámico nunca debe cambiar sus valores, añadiendo que el sistema podría hacer retroceder al enemigo aferrándose a sus plataformas.
Comparando la situación actual de Estados Unidos en el Medio Oriente con su situación de hace 15 años, el Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que ha aumentado el odio y humillación hacia dicho país, debido al fracaso de sus proyectos en la región, especialmente en Palestina, Líbano, Irak y Afganistán, mientras que la República Islámica de Irán, que ha estado sobre todo orientada hacia sus proyectos, ha progresado.
«La resistencia y el progreso apunta hacia el poder y esplendor del Sistema Islámico», dijo su Eminencia, agregando que a fin de mantener esta situación, las aspiraciones de la República Islámica deben preservarse.
Ayatolá Jamenei señaló que la estructura jurídica y oficial de la República Islámica, incluidos los tres poderes y otros órganos no son suficientes para garantizar la supervivencia del sistema, añadiendo que a fin de conservar dicho sistema, es esencial preservar tanto su identidad como sus aspiraciones.
«La verdadera identidad del Sistema Islámico surge de sus aspiraciones, particularmente de la justicia, la dignidad humana, la igualdad, la ética y la resistencia contra el enemigo», dijo el Líder Supremo de la Revolución Islámica.
Su Eminencia advirtió que si la ética y la justicia islámica son ignoradas y las autoridades se niegan a servirle a la gente y muestran debilidad hacia el enemigo, el atributo de 'Islámico' podría no ser de ninguna ayuda para el sistema.
Ayatolá Jamenei instó a la nación a cuidar del espíritu del sistema, señalando que la pérdida de espíritu acontece gradualmente y muchos no se dan cuenta o lo hacen cuando es tarde.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que la responsabilidad más importante de los estudiantes es mantenerse vigilantes y proteger el Sistema Islámico de la desviación.
«En los últimos treinta años, especialmente después del fallecimiento de Imam Jomeini, hubo muchos esfuerzos para menoscabar el espíritu del Sistema Islámico. Todos ellos fracasaron gracias al favor de Dios así como a la vigilancia de la gente.», dijo su Eminencia.
«En un determinado momento, se hizo campaña en nuestra prensa por la separación de la religión y la política. Incluso algunos estuvieron explícitamente defendiendo al tirano y cruel régimen de Pahlavi», lamentó Ayatolá Jamenei, añadiendo que la única forma de combatir cualquier desviación es destacando y preservando las características ideológicas, intelectuales y las fronteras políticas del Sistema Islámico.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica mencionó características como la búsqueda de la justicia, el trabajo honesto, la continua investigación científica, la firme resistencia contra la codicia extranjera y la valiente defensa de los intereses nacionales.
Su eminencia dijo que la cuestión nuclear es sólo uno de los muchos asuntos que conciernen a los intereses nacionales, añadiendo que si la nación renuncia al derecho nuclear, se le abriría el camino al enemigo para atentar contra otros intereses de la nación.
Ayatolá Jamenei se refirió a la valentía de las autoridades como otra característica significativa de la República Islámica, diciendo que si algún día autoridades débiles y tímidas se apropiasen de las oficinas nacionales, el destino de la República Islámica estaría condenado a la ruina, aunque el pueblo fuese valiente y estuviese preparado.
«Si algún día, alguien parecido al Sha Sultán Hussein (un tímido gobernante iraní de hace algunos siglos) gobierna el país, la República Islámica podría fracasar aunque las personas fuesen valientes. Autoridades tímidas transformarían a una valiente nación en una tímida», dijo el Líder Supremo de la Revolución Islámica.
Su eminencia mencionó que las naciones musulmanas en todo el mundo representan una base estratégica de poder para la República Islámica. Luego habló sobre la propaganda negativa de Estados Unidos para sembrar la discordia entre las naciones musulmanas y la República Islámica y dijo que pese a todos esos esfuerzos, las naciones musulmanas le tienen respeto a la República Islámica porque ha estado apoyando -como un principio político- a los países islámicos, incluyendo a la inocente nación Palestina.
Ayatolá Jamenei aseguró que el enemigo fracasará en su intento de perjudicar al país si la nación y las autoridades preservan las características del sistema.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica también exhortó a la nación a mantener su impulso nacional y económico, añadiendo que el día que la nación alcance su merecida dignidad, los extranjeros habrán fracasado. «Ese gran y brillante día no está lejano», aseguró su Eminencia.
Luego, Ayatolá Jamenei se refirió a la Universidad Elm-o-San'at como el lugar de formación de tan grandes personalidades nacionales como el comandante de la Defensa Sagrada Haj Ahmad Motavasseliyan y el presidente Mahmud Ahmadineyad.