Su Eminencia describió el nacimiento del último Mensajero de Dios como un evento que señaló el camino de la humanidad.

Así se expresó el Líder Supremo durante un encuentro con las autoridades y el pueblo iraní, así como invitados de la 'XXII Conferencia Internacional de la Unidad Islámica' celebrada esta semana en Teherán.

Ayatolá Jamenei se refirió a varios acontecimientos significativos que coincidieron con el nacimiento del Profeta del Islam, agregando que tales eventos indicaron de forma simbólica que se trataba de un nacimiento que marcaba el inicio de la era de los esfuerzos por eliminar el paganismo, ateísmo, materialismo y la opresión en el mundo.

«Si bien es cierto que la guía del más noble Mensajero de Dios (PB) aún no ha sido seguida por todos los seres humanos, esa cada vez más resplandeciente llama guiará progresivamente al ser humano hacia la fuente de luz y llegará finalmente a todo el mundo», dijo su Eminencia.

El Líder de la Revolución Islámica señaló que la humanidad realmente fue bendecida con el nacimiento del Profeta, y agregó que un deber de la Nación Islámica (Ummah) - especialmente teniendo en cuenta esta gran bendición - es buscar la unidad y tomar medidas prácticas a este respecto.

Ayatolá Jamenei dijo que la unidad ayudaría a resolver muchos de los problemas del Mundo Islámico y lo conduciría a la grandeza y el esplendor.

Refiriéndose a la situación actual de los musulmanes y los países islámicos, así como a las malas intenciones de las superpotencias para dominar a la Nación Islámica, su Eminencia manifestó que solamente la unidad de los musulmanes podría contrarrestar tales amenazantes intenciones.

Asimismo, el Líder Supremo se refirió al fanatismo en las creencias y pensamientos como una fuente de discordia entre los musulmanes, y enfatizó que el aferrarse a la fe en los principios y fundamentos es importante, pero que la fe no debe convertirse en la negación de otros musulmanes seguido de agresión y enemistad.

Ayatolá Jamenei exhortó a la comunidad chiíta y sunnita a que respeten mutuamente sus pensamientos y creencias, y agregó que los debates académicos acerca de las creencias y denominaciones están permitidos, siempre y cuando no se conviertan en calumnias o insultos entre la opinión pública.

Su Eminencia también describió las acciones divisionistas de los enemigos del Islam y superpotencias dominantes como otra fuente de discordia entre los musulmanes, y exhortó a los musulmanes a mantenerse alerta para no caer en la trampa de estas malignas conspiraciones.
El Líder de la Revolución Islámica lamentó que en algunas ocasiones, ha habido musulmanes o países islámicos que les han seguido el juego a los enemigos.

Ayatolá Jamenei recordó la victoria de la resistencia de la región en los 33 días de la guerra del Líbano (2006) y los 22 días de guerra en Gaza (a finales del 2008), y dijo que ambos acontecimientos han sido sumamente aleccionadores.

«Después de las dos grandes victorias de los creyentes del Líbano y los jóvenes de Palestina contra el equipado y modernizado ejército del régimen sionista, el enemigo ha utilizado la cuestión chiíta-sunnita y el Panarabismo en Líbano y Palestina, respectivamente, con el fin de eliminar la dulzura de una unanimidad que condujo a dichas orgullosas victorias», señaló su Eminencia.

«La cuestión Palestina es una cuestión islámica, que no tiene nada que ver con los asuntos árabes o no-árabes», dijo el Líder Supremo, y añadió que una mayor fuente de discordia puede originarse si se llegan a involucrar cuestiones sectarias en el Mundo Islámico».

«Ante tal situación, la responsabilidad de desarticular las conspiraciones del enemigo, la tienen principalmente los políticos y autoridades del Mundo Islámico», acotó Ayatolá Jamenei.

Su Eminencia manifestó que la República Islámica nunca se equivocaría con respecto a la principal fuente de discordia en caso que alguna persona hiciese un llamado a la división en el seno de la Nación Islámica.
«Sabríamos que se trata de un llamado procedente de las superpotencias arrogantes», enfatizó el Líder Supremo, agregando que las autoridades musulmanas deben mantenerse vigilantes, y que los sabios (Olama) e intelectuales musulmanes deben exponer a los principales delincuentes detrás de los esfuerzos por dividir a la Nación Islámica.

Ayatolá Jamenei concluyó su discurso con unas palabras en homenaje a la noble alma de Imam Jomeini «quien hiciese un llamado a la unidad en nuestra época.»

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