En un discurso dirigido a un gran grupo de enfermeras, maestros y trabajadores de todo el país, Ayatolá Jamenei manifestó que los déspotas reyes de Qajar y Pahlavi solían considerar al país y a la gente como su propiedad y en ausencia de la gente, sólo lo que ellos querían debía ser cambiado desde las urnas de votación, sin embargo, la Revolución Islámica le dio vuelta a la página y le entregó el poder a la gente.

Su Eminencia señaló que en el transcurso de los treinta años de Revolución Islámica, el voto de la gente, directa o indirectamente, ha tenido un papel clave en la elección de todas las autoridades del país, no obstante, los enemigos debido a sus ilegítimos intereses continúan ignorando o negando la bendición del papel de la gente y en su lugar tratan de cuestionar las elecciones de Irán.

El Líder Supremo dijo que las elecciones de Irán han sido más libres y más entusiastas que las de muchos de los llamados 'países democráticos'. Asimismo, lamentó que mientras siempre se han llevado a cabo elecciones transparentes en Irán, algunos compatriotas injustos que consideran que la gente debe escucharles están haciendo deslucidos comentarios en contra de la nación y repitiendo las mentiras del enemigo sobre la transparencia de las elecciones.

Ayatolá Jamenei manifestó que todas las autoridades y el pueblo contribuyeron a proteger la transparencia de las pasadas elecciones, y añadió que en una o dos elecciones anteriores, hubo ciertos cuestionamientos sobre las elecciones para algunos individuos, pero las investigaciones demostraron que todo había sido transparente.

«Muchas veces las elecciones tienen resultados que van en contra del partido gobernante, entonces ¿cómo puede alguien cuestionar las elecciones.», agregó.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica expresó la esperanza de que -si Dios quiere- la nación en su totalidad emitirá el voto en las próximas elecciones presidenciales, haciendo de ellas una votación que enfurezca al enemigo.

En otra parte de su discurso, Ayatolá Jamenei se refirió a los maestros, enfermeras y trabajadores como estratos claves de la sociedad. Su Eminencia dijo que a los maestros se les ha confiado la educación de los niños, desempeñando un papel fundamental en la construcción de su personalidad, de ahí su función inestimable.

Asimismo, hizo un llamado a la sociedad y al gobierno para que valoren el papel de los docentes, y añadió que los profesores también deben valorar su profesión.

El Líder Supremo señaló entonces que la estructura del Ministerio de Educación debe someterse a un cambio radical, a fin de que pueda responder a las tradiciones y las necesidades del país. Además, manifestó que se deben aprovechar las experiencias de otros países, incluyendo los de Occidente, pero no debe dar cabida a ninguna imitación.

Con respecto a la estabilidad del país, Ayatolá Jamenei dijo que la situación era oportuna para impulsar el cambio a través del ministerio y añadió que el gobierno debe poner -innovadora y valientemente- en acción un conjunto de estudios que ya ha llevado a cabo en este sentido.

Asimismo, su Eminencia enfatizó la cuestión de nutrir la educación, y añadió que la mente de los niños podría también necesitar alimentarse y este asunto debe tomarse en cuenta en los libros de texto, selección de profesores, y el sistema educativo.

El Líder Supremo de la Revolución Islámica también instó al ministerio a considerar la cuestión de la calidad en la expansión de los servicios educativos.

Ayatolá Jamenei elogió - entonces - la situación y el papel de las enfermeras e instó a la gente a apreciar a dichas personas a quien describió como un pilar.

Su Eminencia dijo que las enfermeras y las parteras tienen un papel clave en el sistema de salud del país y las exhortó a apreciar su profesión y el valor de sus servicios.

El Líder Supremo también se refirió a los trabajadores como un eje de la sociedad e instó a la promoción de la producción nacional a través del reconocimiento de la función de trabajadores, empresarios y administradores de personal.

Ayatolá Jamenei señaló que el consumo de productos extranjeros conducirá al desempleo de los trabajadores iraníes. Asimismo, señaló que los jóvenes y los trabajadores iraníes son capaces de diseñar e implementar los más complicados proyectos y elaborar productos de alta calidad, y esto es un hecho que debe ser tenido en cuenta.

El Líder de la Revolución Islámica entonces instó a la creación de condiciones de seguridad laboral y destacó la forma en que ello puede influir en la calidad de producción.

«El consumo de productos nacionales debe ser considerado como un valor dentro de la sociedad y a fin de materializar esta cuestión, debe mejorarse los productos nacionales, los productos extranjeros no deben ser promocionados, se debe apreciar a los empresarios, y todos los elementos de producción y las importaciones deben cooperar unos con otros», dijo Ayatolá Jamenei.