Durante el encuentro, ayatolá Jamenei se refirió a las condiciones de un verdadero modelo de progreso e instó a los intelectuales, pensadores y académicos a llevar a cabo investigaciones con el fin de desarrollar un modelo nacional de progreso.

Su eminencia afirmó que el progreso y la justicia deben convertirse en un discurso nacional en la cuarta década de la Revolución Islámica. Además, añadió que se deben hacer planes con el fin de desarrollar un modelo nacional de progreso, para que la República Islámica y la nación iraní puedan dar los pasos necesarios hacia el progreso y la administración de justicia en la cuarta década de la Revolución.

Ayatolá Jamenei dijo que el verdadero significado de progreso es diferente al de las concepciones occidentales de progreso y añadió: «A pesar de sus numerosas diferencias, puede haber similitudes entre estos dos modelos de progreso. Y estas semejanzas se deben tener en cuenta».

Su eminencia se refirió a la clasificación de países desarrollados, en desarrollo y países subdesarrollados como una hábil estrategia empleada por los países occidentales, y reiteró: «En esta estrategia, los criterios para el desarrollo van acompañados de los valores occidentales. Basándose en su perspectiva, un país desarrollado es aquel cuya cultura, tradiciones, y orientación política son similares a la de los países occidentales. Sin embargo, nosotros rechazamos dicha perspectiva».

Ayatolá Jamenei dijo que el contexto histórico, geográfico, político y cultural de cada país es un factor determinante en el desarrollo de su modelo de progreso y añadió: «Debido a las numerosas diferencias en las condiciones de los países del mundo, el mismo modelo de progreso no puede ser aplicado en todos los países del mundo.»

Ayatolá Jamenei reiteró: «Considerando las condiciones históricas y culturales de nuestro país, no podemos seguir los modelos de progreso que se usan actualmente en los países europeos o americanos. Por el contrario, debemos tratar de desarrollar un modelo nacional de progreso.»

Además, declaró: «La principal responsabilidad a este respecto recae sobre los hombros de los académicos e intelectuales.»

Asimismo, Ayatolá Jamenei dijo que los principios éticos y morales son otro factor determinante para todas las naciones en el desarrollo de un modelo de progreso, y añadió: «Todos los países deben considerar sus propios principios filosóficos e ideológicos con el fin de desarrollar un modelo de progreso que les ayude a alcanzar un verdadero progreso».

Ayatolá Jamenei se refirió también a algunos de los aspectos positivos de los modelos occidentales de progreso, y añadió: «Además de seguir nuestro modelo nacional de progreso, hay que tener en cuenta factores positivos, tales como la toma de riesgos, la innovación, la disciplina y la valentía en la adopción de decisiones».

Ayatolá Jamenei dijo que la integración de la justicia y el progreso es otro factor que debe tenerse en cuenta en el desarrollo de un modelo nacional de progreso.

Ayatolá Jamenei explicó la lógica de la integración de la justicia y el progreso, y añadió: «En los modelos occidentales, un aumento del PIB se considera un factor importante. Pero desde un punto de vista islámico, incluso un aumento significativo en el PIB no es indicativo de verdadero progreso si hay injusticia o una gran brecha entre las diferentes clases sociales.»

Refiriéndose a la esencia y base del modelo de progreso, el Líder Supremo de la Revolución Islámica se refirió a la visión islámica del ser humano y agregó: «Desde un punto de vista islámico, la gente debe tratar de mejorar su situación en este mundo, así como en la otra vida. Por lo tanto, un verdadero modelo de progreso es totalmente diferente de un modelo que únicamente se centra en el mundo material y hace caso omiso de la espiritualidad».

Su eminencia continuó hablando sobre el verdadero significado de progreso, destacando los requisitos para un modelo de progreso.
Ayatolá Jamenei se refirió a la independencia del país y evitar la imitación como el primer requisito para el desarrollo de un modelo de progreso.

Su eminencia señaló que algunos países han avanzado en términos de tecnología y su capacidad para crear riqueza, pero que son dependientes de las potencias mundiales. «Ser un seguidor de Estados Unidos y otros países no es un signo de progreso, y es algo que no vale la pena. Por lo tanto, la independencia del país es de suma importancia en el desarrollo de un modelo nacional de progreso», manifestó.

El Líder Supremo manifestó su oposición a la globalización en el sentido de convertirse en un engranaje en la rueda del capitalismo occidental. «A fin de actualizar la globalización de manera adecuada, todos los países tienen que ser capaces de preservar su independencia política y económica».

Ayatolá Jamenei describió la generación de conocimiento como el segundo requisito para un modelo de progreso y añadió: «Así como hay un equilibrio en la economía entre las importaciones y exportaciones de un país, así debe haber un equilibrio aceptable en la generación de conocimiento.», expresó.

Su eminencia dijo que la lucha contra las potencias imperialistas es otro requisito para el desarrollo de un verdadero modelo de progreso. «Ninguna nación ha avanzado a través de la inoperancia y de la espera ociosa», añadió.

Ayatolá Jamenei criticó a las personas que hablan mal del espíritu de resistencia de la nación iraní, y agregó: «Ahora que la nación iraní y la República Islámica han alcanzado la gloria, otras naciones del mundo aprenden la lección de la Revolución Islámica y ganan valor cuando alguien discute los crímenes de los estadounidenses y de los sionistas en las reuniones internacionales. Así y todo, lamentablemente, algunas personas en el país se avergüenzan. Del mismo modo en que algunas personas que servían al malvado régimen de Pahlavi se avergonzaban de orar en público.»

El Líder Supremo reiteró: «La postura firme y explícita de la poderosa nación iraní en las cuestiones internacionales siempre deben ser expresadas con orgullo para que los pueblos del mundo se den cuenta de la grandeza de esta nación ahora más que nunca».

Su eminencia criticó severamente a las personas que dicen que los jóvenes le han dado la espalda a los ideales revolucionarios, y agregó: «Conociendo la realidad de la situación, yo nunca me creeré estas cosas, y nunca lo he hecho. Estoy en contacto con los jóvenes y estudiantes universitarios y sé que están firmemente comprometidos con el Islam y profundamente interesados en él.»