Durante la reunión, su Eminencia se refirió a la administración de justicia como la función fundamental del poder judicial, acotando que ello podría lograrse a través de la observancia de la ley.

El Líder Supremo se refirió a los conflictos post-electorales y destacó: «La solución de los problemas será posible a través de las instancias legales. Todas las personalidades destacadas, los activistas políticos, y las partes ganadora y perdedora deben evitar provocar al pueblo y debilitar la unidad de la nación.»

Esta reunión se celebró en memoria del atentado explosivo del 7 de Tir (28 de junio de 1981), en el que el Ayatolá Beheshti, presidente del poder judicial, y más de 70 funcionarios del gobierno fueron asesinados. «La característica más importante de este evento fue el martirio de un número de figuras prominentes, administradores de alto rango, ministros, parlamentarios, y personalidades políticas por causa de los nobles objetivos de la Revolución y la República Islámica».

Ayatolá Jamenei manifestó que en los inicios de la Revolución el objetivo principal de los asesinatos era despojar a la Revolución Islámica de sus personalidades. «Contrariamente a lo que los enemigos pensaron, la Revolución Islámica no fue afectada a pesar de estos asesinatos ni tampoco fueron dañados sus fundamentos, es decir su relación con el pueblo, por el contrario esta se vio fortificada», reiteró.

Su Eminencia se refirió al destacado papel de Shahid Beheshti en la Revolución Islámica y el establecimiento del poder judicial, además de agregar: «El Poder Judicial ha alcanzado grandes logros durante estos 30 años, especialmente en los últimos 10 años.»

El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que la administración de justicia es el principal deber del poder judicial y reiteró: «La observancia de la ley es el criterio de la justicia. Y si todo el mundo actúa de conformidad con la ley en la sociedad, la administración de justicia será exitosa».

Ayatolá Jamenei señaló que la administración de justicia es muy difícil y requiere muchos requisitos. «Lo más importante es el resultado, y si este resultado es la justicia, vamos a estar orgullosos ante Dios -Exaltado sea-, el pueblo y nosotros mismos.», agregó.

Su Eminencia se refirió a los obstáculos existentes en el camino de la administración de justicia y añadió: «La parte más difícil de administrar justicia es cuando nos enfrentamos a gente poderosa e intimidante, en cuyo caso, debemos mantenernos firmes y tomar en cuenta solamente a Dios -Exaltado sea- y la ley.»

Refiriéndose a los acontecimientos acaecidos después de la elección presidencial, el Líder Supremo manifestó que los conflictos pueden resolverse a través de los mecanismos legales y señaló que provocar a la gente, especialmente los jóvenes, y el lanzarse unos contra otros debe ser evitad. «A pesar de estas diferencias de opinión, el pueblo iraní está unido y tiene una estrecha relación con la República Islámica», dijo.

Por otra parte, Ayatolá Jamenei dijo que la alta participación de votantes en las elecciones presidenciales es una muestra de la confianza del pueblo en la República Islámica.

Su Eminencia señaló que el resultado de la anarquía es mucho peor que el disgustar a algunas personas por hacer cumplirles la ley, y agregó que la nación iraní es una nación leal y vigilante y dijo que no hay problemas entre el pueblo y la República Islámica. «Las personalidades y figuras políticas deben prestar especial atención a lo que hacen y dicen», señaló.

El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que la instigación e injerencia política de las potencias opresoras del mundo resultará inútil si la nación y las figuras políticas son unánimes y están unidas.

Refiriéndose a la injerencia política de algunos mandatarios europeos y estadounidenses con respecto a los asuntos internos de Irán, Ayatolá Jamenei manifestó: «Estos dirigentes políticos hacen comentarios políticos absurdos sobre nuestro país y se comportan como si no tuviesen problemas en sus propios países.»

Su Eminencia enfatizó que tales comentarios resultarán contraproducentes. «Estos gobiernos no sólo no apoyan a la nación iraní, sino que también han ayudado a sus enemigos durante los 8 años de guerra en que los iraníes fueron víctimas de diversos crímenes y sus casas atacadas con bombas químicas».

Asimismo el Líder Supremo de la Revolución Islámica se refirió a los despiadados crímenes de Estados Unidos y algunos gobiernos europeos en Irak, Palestina, Afganistán, y Pakistán, y afirmó: «No hay muestra de misericordia y compasión por la humanidad en lo que hacen estos gobiernos. Y la gente es consciente de las intenciones que hay detrás de su actual apoyo al pueblo iraní y a ciertas figuras al interior del país».