El líder de la República Islámica y de los musulmanes, Ayatullah Jamenei se dirigió a un grupo de dirigentes y autoridades del Estado Islámico, público en general e invitados extranjeros concursantes del Concurso internacional de recitación del Sagrado Corán que se lleva a cabo en Teherán en estos días.

Comenzó felicitando a los musulmanes y a la noble nación iraní en este día festivo del Mab'az que pertenece a toda la humanidad, no solamente a los musulmanes y al mundo islámico. Ayatullah Jamenei dijo: "Cuanto más avanza el tiempo, la humanidad, con la suma de sus experiencias, más comprende los alcances y dimensiones de este gran acontecimiento que es la misión profética. Algunos aspectos destacados de esta misión divina de parte del Mensajero de Dios comprenden: La invitación a los seres humanos al desarrollo de la racionalidad, la educación ética y la observancia de las leyes divinas.

El primer punto es la invitación a la racionalidad, el desarrollo y gobierno de la razón en todos los asuntos del hombre para hacerlo responsable bajo su guía. Es el primer asunto de la misión profética y el más importante. La importancia del intelecto y el conocimiento fueron señalados desde el primer momento, lo mismo que el pensamiento y la reflexión. En el Sagrado Corán, Dios afirma que a la gente del infierno se le dirá en el Día del Juicio: por no haber escuchado y reflexionado han sido destinados al Fuego. La invitación al desarrollo del intelecto está en los mensajes de todos los profetas. Por eso, Ali, la paz sea con él, dijo, explicando la filosofía del envío de los profetas, que éstos fueron enviados por Dios hacia la humanidad para extraer los tesoros de la luz de la razón humana. Esa capacidad está en nosotros.

Cuando no educamos y desarrollamos nuestra razón y no la hacemos gobernar en nuestra vida, nos atraemos problemas en el mundo y en la otra vida. Por eso el Profeta dijo: el intelecto es la rienda (que sujeta y guía) a la ignorancia. El alma humana (sin la guía del intelecto) es la peor de las bestias. Si no se controla y gobierna queda extraviada como a de un animal. Tanto en la vida individual como en la sociedad es necesario desarrollar el poder del intelecto que guía al hombre y lo conduce a la religión, a la adoración y al servicio de Dios. Una razón fuerte, evita que el alma se entregue a lo mundano.

Nuestra obligación es desarrollar el intelecto en nuestra sociedad. Queremos ser un modelo inspirado por el profeta aún a pesar de todas nuestras limitaciones, pero tenemos que inspirarnos en el modelo perfecto del profeta, la paz y la bendición sea con ellos.

En segundo lugar, la misión profética desarrollo las perfecciones éticas. He sido enviado, dijo el Mensajero, para completar la perfección moral. El profeta desarrolló la moral en el pueblo como condición para una vida sana, sin ignorancia, celos, envidia egoísmos, mal pensamiento con respecto a los demás. Dice Dios, que envió al profeta para purificar a los hombres y enseñarles el libro sagrado (la revelación) y la sabiduría. Primero la moral. En un dicho profético se sostiene que el intelecto genera el hilm (la bondad, la compasión, la tolerancia y la moral), y del hilm se genera la sabiduría. Primero es necesario purificar el alma. Hoy estamos muy necesitados de esta educación, en Irán, en la sociedad islámica, en las sociedades musulmanas.

El tercer punto, en la misión profética fue el sistema legal (divino) y su observancia. El profeta era el más observante de la ley divina. Una vez, Aisha, la esposa del profeta, dijo cuando le preguntaron sobre la ética del profeta: "La ética del profeta era el Corán". Encarnaba el Sagrado Corán. Era el primero en cumplir con aquello a lo que invitaba. Es una lección para todos nosotros. No pretendemos compararnos con él, su grandeza con nuestras bajezas. El está en la cima y nosotros nos movemos en la ladera, pero orientados hacia la cima donde brilla su ejemplo.

Nosotros (mediante la revolución) nos liberamos del gobierno opresor (tagut) con la consigna de La ilaha illah Allah (no hay divino sino Dios). Dios nos dio el honor, la gloria, la fuerza. En la revolución, nuestro pueblo dio buenos ejemplos, pasó importantes exámenes. Quien hace una buena acción Dios le otorga diez bendiciones. ¿¡Dónde estábamos, y dónde estamos ahora?! Todo nuestro pueblo tiene grandes modelos y camina inspirados por ellos.

Los grandes poderes mundiales tienen como consigna luchar contra nosotros. Ven en Irán un obstáculo para el cumplimiento de sus malos y bajos deseos. Dicen que se oponen a nosotros, y lo que no dicen es diez veces más en nuestra contra. Todos los días repiten que Irán es nuestro gran obstáculo. Eso muestra la gloria y el poder que Dios nos dio.

Nuestra nación es muy buena, bondadosa, paciente y tolerante. Vieron cómo soportó en los últimos acontecimientos de las elecciones (los disturbios de esa minoría). En nuestra nación existen distintos puntos de vista, pero cuando nuestro pueblo advierte la mano del enemigo para atacar a la nación, el pueblo inmediatamente se aparta de ellos y los detesta, por más que entonen consignas afines. Nuestra nación extrajo una gran enseñanza (de los últimos acontecimientos), y es que cuando hacen un gran movimiento, dan un paso gigante como fue el acceder en masa a votar (más de cuarenta millones de votos, 82%), no deben descuidarse del enemigo.

Es una gran lección. El enemigo está al acecho. En el extranjero dicen: no, no nos hemos entrometido, lo dicen sin pudor, mientras que a través de sus grande medios de comunicación instan a nuestra gente a rebelarse, y les indican cómo incendiar, destruir, cómo enfrentarse con la policía, cómo alterar el orden y generar disturbios. El rol de los grandes medios de comunicación es la herramienta más poderosa de que disponen para alterar la situación de los pueblos y desviarlos. Hace un tiempo hablé de este tema y me referí a su accionar con sus medios de comunicación masivo en algunos países. Hoy se han diversificado y desarrollado más. Los enemigos trabajan. ¿Eso no es entrometerse? ¿Esas bandas minoritarias que provocan destrozos son el pueblo? ¡Los medios de las potencias dicen que son el pueblo! No, el pueblo es la inmensa mayoría que repudia esos disturbios, se aparta y los condena. Quiero dejar bien en claro que cualquiera persona, sea quien sea, que hable de modo que beneficie a los enemigos se dirige en sentido contrario a la nación. (gritos de Dios es el más Grande de parte del público, ¡Allahu Akbar!)

Cada objetivo se puede alcanzar, pero en base guardar la calma y la seguridad. Todo se puede conseguir, pero atentar contra ella, es el pecado más grande que se puede hacer. A los dirigentes les digo, la nación, el pueblo está despierto. Deben tener mucho cuidado, toda palabra que pronuncien, lo que digan y lo que no digan, los análisis, la posición que se adopta. Hay veces que algo debe ser dicho, sino, no se cumple con la obligación que uno tiene y otras cosas no deben ser dichas, sino tampoco se cumple con la responsabilidad. Es un examen grande para los dirigentes. No es que si se equivocan pueden retroceder un año, no, pueden caer (definitivamente).

El intelecto al que exhorta el Islam es lo que nos conduce a adorar a Dios. Dice el dicho profético, el intelecto es aquello por lo que se adora (y sirve u obedece) al Compasivo. No es hacer politiquería. Debemos tener sinceridad en lo que decimos, para qué lo decimos, para Dios o para atraer la atención a nuestro ego. El juez primero de uno mismo es uno mismo, no nos engañemos.

Tenemos que ver a la festividad del Be'zat con esta visión, no como una mera festividad donde nos reunimos a comer dulces. El mab'az es una visión. Veamos qué hizo el profeta en esos diez años (desde que emigró hasta que falleció a los 63 años). No se pueden comparar lo hecho en esos diez años con ningún otro período de diez años. Que fuerza provocó, qué huracán transformador, qué horizonte de seguridad mostró, cómo enseñó el camino para la humanidad. Nosotros con nuestra conducta infantil, aunque vivimos más que él, no podemos compararnos, él es nuestro modelo.

¡Dios, despiértanos!, haznos conocer las verdades del Islam, ayúdanos en este camino. ¡Haz que el Imam Mahdi esté satisfecho de nosotros!