El Ayatolá Jamenei enfatizó: «La nación iraní debe alcanzar un estado de progreso y exaltación de modo que transforme los aspectos intelectuales y científicos y los diferentes ámbitos políticos y sociales en una referencia confiable para las naciones y los pensadores del Mundo Islámico, y ésta es la responsabilidad histórica de la nación iraní.»

Honrando la memoria del maestro mártir Morteza Motahhari y el Día del Mestro, su Emiencia dijo que el mártir Motahhari era un maestro perfecto con sentido de responsabilidad, y agregó: «Ese gran hombre entraba con valentía en cualquier campo donde sintiese que la sociedad tenía diferentes preguntas y necesidades, y las consideraciones e intereses nunca fueron obstáculos para él.»

«El mártir Motahhari, al contrario de algunos que pretendían ser intelectuales y presentaban conceptos vacíos de contenido religioso matizados de religión, le presentó a la sociedad conceptos religiosos reales en concordancia con las necesidades del día y el entendimiento de la gente.», dijo el Líder Supremo.

Asimismo, enfatizó que el mártir Motahhari nunca buscó nombradía ni dentro del seminario teológico ni en el ámbito académico, y agregó: «Este mártir, durante su vida luchó contra la innovación religiosa y las ideas desviadoras con la misma fuerza que luchó contra los pensamientos reaccionarios y la petrificación y esta fue una de las características destacadas del mártir Motahhari».

Ayatolá Jamenei se refirió a la vitalidad y novedad como parte de las características excelentes de las obras del mártir Motahhari, destacando: «La razón por qué después de 30 años del martirio de este maestro y a pesar de los diferentes progresos, las obras del mártir Motahhari siguen respondiendo a muchas de las necesidades de hoy, esto se debe a la sinceridad de ese gran hombre.»

«Cada vez que un pensamiento profundo se acompaña con sinceridad, Dios le otorga una bendición a dicho pensamiento para que continúe siendo para la sociedad como un depósito eterno y las obras del mártir Motahhari son así», añadió.

Refiriéndose al efecto de las obras científicas y culturales del mártir Motahhari como un ejemplo de la magnitud de la educación y la enseñanza y en referencia al papel vital de los maestros, dijo: «Si los maestros siempre tienen en cuenta la magnitud y la grandeza de los efectos de su trabajo; su fe, motivación, movimiento y esfuerzo se duplicará.»

El Líder Supremo consideró el rol del profesor y su efecto en la formación de la personalidad individual y social de los niños y los adolescentes, como mucho mayor que el efecto de los padres, los medios de comunicación, los asuntos sociales e incluso espirituales y morales, los factores hereditarios, y agregó: «El profesor con este papel destacado puede generar personas creyentes, entusiastas, pacientes, con esperanza del futuro, perseguidores de los intereses públicos, que quieran alcanzar la cima de la perfección personal y social, creativas, pensadoras e investigadoras.»

Ayatolá Jamenei dijo que si los profesores no valoran la importancia de su papel y posición podrían generar gente que no beneficie a la sociedad.

Su Eminencia instó a todos los maestros a que no olviden su deber y agregó que un cambio fundamental en el sistema educativo debe hacerse en concordancia con las necesidades y objetivos del país.

El líder de la Revolución Islámica agregó que para compensar el atraso histórico del país se requiere de un movimiento importante, y enfatizó que «el país y la nación deben alcanzar la posición que se merecen y convertirse en un modelo perfecto para el Mundo Islámico».

Ayatolá Jamenei, dijo que para lograr dicho objetivo, deben ser utilizados todos los recursos y potencial humano, intelectual y los talentos que Dios le ha concedido a la nación iraní.

«Si la nación iraní alcanza la posición que les corresponde en el mundo, estaría preparándose el terreno para un cambio en el destino del Mundo Islámico y sin duda esto cambiaría el mundo entero», afirmó su Eminencia.

El Líder Supremo de la Revolución Islámica se refirió a la situación actual del mundo como moralmente mala y agregó que la humanidad podría evitar un destino terrible, pero primero el país debe cambiar para convertirse en un modelo material y espiritual para el mundo.

Al final, Ayatolá Jamenei, instó a las autoridades educativas a cumplir con sus deberes con entusiasmo, doble esfuerzo y doble trabajo, y siempre encomendándose a Dios.