Durante el encuentro, su Eminencia dijo que, a pesar de que la nación iraní ha pasado por muchas pruebas durante los últimos 32 años está ahora más fuerte que nunca y continuará su camino hacia las cumbres de la prosperidad y la perfección.

Esta reunión fue realizada en el ámbito del 33 aniversario del histórico levantamiento de la gente de Qom contra el régimen del Shah.

El Ayatolá Jamenei dijo que este acontecimiento demostró que la gente de Qom está a la vanguardia de cualquier escena revolucionaria.

El Ayatolá Jamenei aseveró que los enemigos han demostrado ser susceptibles a la gente de los seminarios teológicos de Qom, ya que ésta ha puesto de manifiesto su sublime sentido de responsabilidad en cada escena revolucionaria. Asimismo, señaló que la reacción del enemigo hacia la presencia responsable de la gente durante su última visita a la ciudad santa de Qom, fue otra muestra tanto del sublime espíritu de la gente como de la frustración y vulnerabilidad de los enemigos.

El Líder dijo que la reacción de la arrogancia mundial hacia la Revolución Islámica en los últimos 32 años ha sido otra señal tanto de la vulnerabilidad del enemigo como de la trascendencia del movimiento de la gente de Irán.

«El establecimiento del sistema islámico en Irán ofreció un nuevo camino basado en el verdadero Islam. La arrogancia no pudo tolerar esta cuestión, de ahí su oposición a la República Islámica de Irán», agregó su Eminencia.

El Ayatolá Jamenei refiriéndose a la sedición política del 2009, acaecida después de las elecciones presidenciales, dijo: «Por la gracia de Dios, la gente se mantuvo despierta y se apoderó de la escena e hizo fracasar la gran sedición.­» 

El Ayatolá Jamenei dijo que los conspiradores extranjeros fueron los principales perpetradores de la sedición del 2009, y enfatizó que aquellos individuos señalados por la gente como los líderes de la sedición, en realidad fueron unos títeres en las manos de los principales conspiradores cuya intención era eliminar la República Islámica y cambiar el sistema.

«Ellos querían quitar de la nación iraní la República Islámica y la religión en su conjunto y establecer un gobierno que les fuese favorable», agregó el Líder Supremo de la Revolución Islámica.   

«Ellos también habían planificado otras posibles situaciones, provocar disturbios en el país en caso de que no pudiesen alcanzar sus objetivos, y crear una Revolución Islámica de caricatura, una imitación de la Revolución Islámica», enfatizó su Eminencia, agregando que la gente comprendió con precisión la situación y desarticuló la sedición.

El Líder de la Revolución Islámica consideró que el éxito de la nación de Irán en esta gran y complicada prueba ha preparado el terreno para poner de manifiesto la línea de la religión y la Revolución en el país y la creciente fortaleza del sistema islámico. Su Eminencia, agregó: «La creciente fortaleza es de hecho el divino premio por el éxito en esta prueba»

El Ayatolá Jamenei exhortó a toda la gente y funcionarios a mantenerse vigilantes para distinguir de manera adecuada las principales cuestiones de las secundarias y evitar así darle prioridad a las secundarias. 

«La falta de perspicacia y fallar en las pruebas divinas conduce a la decadencia y deterioro de la sociedad», manifestó el Líder Supremo, señalando como ejemplo, que la falla de la gente en una prueba divina en la época del Imam Ali (P) y su martirio en un lugar de adoración a manos de de los más perversos condujo al martirio de Imam Husein (P) y sus compañeros y familia en Karbalá.

Refiriéndose al fracaso de las políticas de Estados Unidos en Palestina, Líbano, Afganistán e Irak, el Líder Supremo dijo: «Los estadounidenses señalan a la República Islámica de Irán como la causa de sus fracasos, cuando en realidad ellos han sido derrotados por el despertar y políticas correctas de las naciones.»

Asimismo, su Eminencia enfatizó: «Toda la gente especialmente los jóvenes, sabios religiosos, académicos y funcionarios deben mantener y doblar su vigilancia»

«El despertar de los funcionarios es para servir al pueblo y mantener la integridad entre la gente. Para los enemigos esto es como una espina en sus ojos», concluyó el Líder Supremo de la Revolución Islámica.»