Expresando sus felicitaciones por el aniversario de la hija del Profeta (PB), su Eminencia describió a la venerada Fátima (P), como «el elemento celestial, divino y excepcional más brillante en todo el universo» después del profeta del Islam (PB) y del Imam Ali (P). »

Además, el Líder Supremo dijo que «durante todo el período de la Revolución Islámica, el recuerdo constante del bendito nombre de la venerada Fatima Zahra (P) y del Imam Mahdi (P) fue un fenómeno divino y un hecho surgido de las profundidades de los corazones, sentimientos y creencias.»

El Ayatolá Jamenei enfatizó que el recuerdo del nombre de la venerada Fatima Zahra (P) en las diversas ceremonias que han tenido lugar después de la Revolución, es un signo de la atención especial que se le brinda a esta noble dama (P) en la República Islámica de Irán.

«Esta atención, es muy valiosa y prometedora y crea una sensación de seguridad, estabilidad y certeza en nuestros corazones y nuestros esfuerzos por avanzar hacia nuestros objetivos finales», reiteró.

Su Eminencia también se refirió a las diversas vicisitudes, oposiciones y obstáculos que ha superado la Revolución Islámica durante los últimos 32 años como resultado de su victoria, y enfatizó: «seguir la línea recta sin desviarse en ningún momento y mantener las consignas de la Revolución, gracias a la voz clara y elocuente de nuestro magnánimo Imam Jomeini (ra) son las características más importantes de la Revolución Islámica de Irán.»

Asimismo, el Líder Supremo en apoyo al movimiento esperanzador, dijo que gracias a la voluntad y compromiso de la Revolución, ningún poder es capaz de bloquear el camino de la revolución».

De acuerdo al Ayatolá Jamenei, la resistencia, perseverancia, estabilidad y la lealtad a los valores y principios de la Revolución Islámica ha permitido el aumento de esperanza en el corazón de las naciones musulmanas y de aquellos que aspiran a un mundo mejor. Además, su Eminencia comparó esta grandiosa revolución popular con «una primavera que hasta ahora no ha conocido el otoño».

El Líder Supremo de la Revolución Islámica enfatizó que si la nación iraní retrocede ante la amenaza de la arrogancia mundial, y si renuncia a sus consignas, las flores primaverales de la esperanza serán testigos de la caída de sus hojas.