Durante el encuentro, su Eminencia destacó la importancia de la cultura y agregó que el Consejo Superior de la Revolución Cultural debe actuar en contra de la invasión cultural de las potencias arrogantes.

El Líder Supremo de la Revolución Islámica elogió los esfuerzos realizados por el Consejo Superior de la Revolución Cultural, y agregó: «La cultura e identidad de una nación y la orientación de esta cultura e identidad se pueden identificar a través de patrones tales como las creencias, la ética, las normas de conducta social e individual y las características nacionales.»

«Si una nación que parece ser avanzada y aceptable en términos de su estructura, adolece de desorganización en términos de cultura, esa nación será una nación en quiebra. Sin embargo, una nación que es rica en términos de cultura, tiene el potencial para convertirse en una nación poderosa, aunque adolezca de ciertos problemas políticos y económicos», reiteró el Ayatolá Jamenei.

Su Eminencia dijo que el requisito para preservar la identidad nacional es eliminar las imperfecciones y deficiencias culturales.

El Líder Supremo se refirió al Consejo Superior de la Revolución Cultural como el principal ‘bastión cultural' del país y agregó: «Teniendo en cuenta los grandes avances en el ámbito de los medios e instrumentos modernos de comunicación, la guerra cultural se ha convertido en un área compleja con diferentes dimensiones.»

El Ayatolá Jamenei, señaló que el frente de la arrogancia es el principal líder de esta guerra cultural, y agregó: «El campo de acción y alcance de la invasión cultural del frente de la arrogancia incluye a todos los países del mundo, pero la República Islámica es el principal objetivo de esta invasión, porque la República Islámica de Irán resiste y le hace frente al ‘orden de la dominación'. La República Islámica ha demostrado que es sincera en su resistencia y que tiene la capacidad de actuar contra la invasión cultural y salir adelante.»

Asimismo, su Eminencia se refirió a las misiones culturales de la Revolución Islámica, y reiteró: «La única manera de resistir y oponerse a la invasión cultural del frente de la arrogancia es promoviendo e intensificando las misiones culturales de la Revolución Islámica en el campo de la ética, la conducta social e individual, las creencias religiosas y en el área política.»