Durante esta reunión, se intercambiaron ideas y analizaron diferentes cuestiones económicas. Su Eminencia, enfatizó la necesidad de realizar mayores esfuerzos para alcanzar los objetivos especificados en el Plan Estratégico de 20 años, y agregó: «Con el arma ineficaz de las sanciones económicas, el enemigo está tratando de hacer fracasar a la nación iraní y a la República Islámica, sin embargo este objetivo agresivo se verá frustrado debido a la lucha económica de nuestro pueblo y los funcionarios del gobierno. Y la gran nación iraní alcanzará la posición que se merece a través de su fecunda esperanza en el futuro.»

El Líder Supremo de la Revolución Islámica consideró este encuentro - con activistas económicos de diferentes sectores gubernamentales y privados - en este crucial momento, una medida simbólica para demostrar la importancia de la cuestión económica y la marcha y el progreso económico en el Sistema Islámico.

Asimismo, el Ayatolá Jamenei señaló: «Tal como se observa en las palabras de la mayoría de los exponentes, se han producido importantes avances en las áreas de producción, servicios, agricultura, industria, industrias basadas en el conocimiento, gracias a prestigiosos pensadores y personalidades científicas y técnicas que lamentablemente la mayoría de la gente no conoce»

«Estas gloriosas personalidades, que constituyen un honor nacional y pertenecen a la nación iraní deben ser dados a conocer entre la gente», reiteró.

Por otra parte su Eminencia manifestó: «Una de las artimañas que utilizan los enemigos en su guerra psicológica en las circunstancias actuales es desilusionar a la gente, especialmente a la generación joven del país. Por lo tanto, es necesario mantener permanentemente informada a la población acerca de los extraordinarios adelantos y capacidades del país. »

El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que el verdadero objetivo de las sanciones económicas es paralizar la economía de Irán, y reiteró: «La cuestión nuclear no es la verdadera razón detrás de estas sanciones, ya que el proceso de embargo comenzó hace 32 años cuando no había ninguna mención de la energía nuclear en el país.»

El Ayatolá Jamenei enfatizó la necesidad de contrarrestar las sanciones de una manera inteligente, y agregó: «Si las sanciones económicas hubiesen sido eficaces y útiles para los enemigos, habrían ayudado a las potencias arrogantes a alcanzar sus objetivos en los primeros años de la Revolución"

«¿Qué esperan ahora que la nación y el sistema gradualmente han aprendido a lidiar con ellas?», cuestionó su Eminencia.

Posteriormente los participantes rezaron bajo la guía del Líder Supremo de la Revolución Islámica y rompieron su ayuno en su compañía.