En una reunión con los embajadores de la República Islámica en el extranjero y el ministro de Relaciones Exteriores, su Eminencia dijo que la República Islámica de Irán ha desarrollado un diálogo a tenor de la participación pública en el sistema de gobierno y de los valores divinos.

El Líder de la Revolución Islámica afirmó que la diplomacia es el escenario de la confrontación y desafío, debido a los conflictos de interés y dijo que los embajadores iraníes que trabajaban para el aparato diplomático pertenecen más que a una misión diplomática ordinaria, ya que representan un sistema de gobierno con el que las potencias arrogantes han desarrollado una disputa medular.

«Los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y los embajadores de la República Islámica de Irán son los precursores en el frente de la diplomacia», agregó.

El Ayatolá Jamenei refiriéndose a la preocupación expresada por las potencias arrogantes acerca de los símbolos islámicos de los levantamientos en el mundo árabe y la victoria de los islamistas en las elecciones democráticas, dijo: «El frente de la arrogancia mundial le teme a la palabra ‘Islam', porque el Islam convoca a la campaña contra la tiranía, la agresión y la ocupación»

Su Eminencia señaló que las potencias arrogantes han ejercido una gran hostilidad contra la República Islámica de Irán y los avances de la ciencia y la tecnología en los últimos 30 años.

«Los jóvenes científicos de Irán que han logrado grandes avances en la ciencia y la tecnología -incluida la tecnología nuclear y la nanotecnología- están orgullosos de ser Basiy (un miembro de las fuerzas voluntarias). Es por eso que las potencias arrogantes atacan el Islam», agregó.

El Líder de la Revolución Islámica dijo que la actual hostilidad de las potencias arrogantes contra la República Islámica de Irán está más allá de los desafíos diplomáticos, así que el personal del aparato diplomático debe trabajar con la confianza en Dios Todopoderoso y la firme determinación a la luz de la promesa del Creador de que serán recompensados por servir a la verdad.

El Ayatolá Jamenei enfatizó que la fortaleza del aparato diplomático depende de la fuerza moral de las personas que trabajan para dicha misión y de su fe intrínseca en Dios Todopoderoso, y agregó: «La firme creencia de cada individuo constituye la fuerza interior de cada sociedad.»

Su Eminencia exhortó a las familias de los embajadores a fortalecer su creencia en las promesas hechas por Dios a aquellos que están al servicio de la verdad.

El Líder Supremo dijo que el estado actual de la República Islámica es una muestra de que las promesas de Dios Todopoderoso se hacen realidad, a tal punto de que las consignas de la nación iraní en la primera etapa de la Revolución Islámica se escuchan ahora en los países que han demostrado enemistad con Irán en los últimos 30 años, y agregó: «Esta es la verdadera muestra del progreso y el poder de la nación.»

El Ayatolá Jamenei señaló que las aspiraciones de la nación iraní han florecido en el Oriente Medio, el Golfo Pérsico y África del Norte, como muestra de que la promesa de Dios de ayuda para la nación iraní -que ha soportado las dificultades debido a la enemistad de las potencias arrogantes para preparar el camino de la verdad y la creencia en Dios- es una realidad.

Su Eminencia dijo que los diplomáticos iraníes van a salir victoriosos de la mesa de negociaciones cuando empleen sus argumentos lógicos de forma fiel, para que puedan imponer su lógica en el otro lado, algo que es posible con la confianza en las bendiciones de Dios.

El Líder de la Revolución Islámica dijo que los acuerdos políticos en la región, Europa y el mundo entero han experimentado cambios dramáticos que deben ser monitoreados por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

El Ayatolá Jamenei señaló que el despertar islámico en los países musulmanes y principalmente en el mundo árabe es una realidad y que las revoluciones están en marcha en esos países.

Su Eminencia recordando los acontecimientos en el mundo árabe durante los años sesenta y en Europa Oriental en los noventa, dijo que las revoluciones actuales en la región y las protestas en los países occidentales han alcanzado una gran magnitud.

El Líder Supremo manifestó que la fuerte presencia de la gente en las protestas y las medidas represivas de Estados Unidos son dos de las diferencias fundamentales entre las actuales protestas y aquellas que fueron llevadas a cabo en los años noventa.

«Algunos creen que Estados Unidos está detrás de las revueltas actuales en los países árabes al igual que los que creían que Estados Unidos estaban detrás de la Revolución Islámica hace más de 30 años. Y quedó demostrado que estaban equivocados», agregó.

Su Eminencia refiriéndose a la revolución de Egipto, aclaró que, por supuesto, a Estados Unidos no le importa reemplazar a Hosni Mubarak, por una figura demócrata y popular, pero el hecho es que si una verdadera figura demócrata y popular llega al poder en Egipto, se opondrá totalmente a Estados Unidos y a los sionistas.

«Lo que está ocurriendo en la región es un despertar islámico. Por supuesto, ello no significa que vayan a seguir el modelo de la República Islámica de Irán», dijo el Líder Supremo.