Durante una reunión con oficiales y funcionarios de alto mando de las fuerzas del orden público, el Ayatolá Jamenei, Líder Supremo de la Revolución Islámica, dijo que si los funcionarios del gobierno pueden llevar paz y tranquilidad a los corazones de la gente, seguramente Dios estará satisfecho con ellos.
«Si una sociedad carece de seguridad, no habrá planificación ni garantía de que se pueda hacer algo por el progreso y desarrollo del país», agregó.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica destacó la importancia del esfuerzo sincero, la toma de decisiones y planificación basadas en la sabiduría colectiva.
«La paz y la seguridad de la sociedad son requisitos para lograr el progreso nacional y para llevar a cabo los diversos programas del gobierno», agregó.
El Ayatolá Jamenei dijo que tanto los individuos como las organizaciones son vulnerables a la corrupción, y enfatizó: «Así como los individuos pueden ser psicológica o espiritualmente vulnerables a la corrupción, también las organizaciones pueden verse afectadas por esta. Por lo tanto, siempre se deben tomar las precauciones necesarias, prestar mayor atención e implementar medidas para eliminar dicha vulnerabilidad.»
Su Eminencia señaló la necesidad de prestarle atención a la honradez y religiosidad, y preferir los intereses de la organización y la sociedad a los beneficios personales.
«Si hay gente en una sociedad que haga esfuerzos con este espíritu, esa sociedad definitivamente llegará a la cima y sin duda alcanzará el poder, la estabilidad y la permanencia», reiteró.
Previo al discurso del Líder Supremo de la Revolución Islámica, el director de la policía, general de brigada Ismail Ahmadi-Moqaddam presentó un informe sobre el desempeño del personal bajo su mando.