Durante una reunión con un grupo de veteranos de la guerra impuesta, el Ayatolá Jamenei, Líder Supremo de la Revolución Islámica describió la época de la Defensa Sagrada, como «una efigie hermosa y exquisita», y reiteró que «se le dará continuidad al camino que se inició con la Revolución Islámica.»
«Para plasmar detalladamente la belleza de los días de la Defensa Sagrada y los sacrificios realizados por nuestros soldados, es necesario escribir miles de libros utilizando las normas artísticas», agregó.
Su Eminencia se refirió a los logros de los soldados iraníes en la guerra impuesta como algo muy valioso, colosal y sobrecogedor, y reiteró: «Así como la gente asumió su importante y delicada responsabilidad durante la época de la Defensa Sagrada, vosotros debéis saber que después de la yihad menor (la lucha por defender el territorio de la invasión extranjera), es el momento de la yihad mayor (la lucha contra el ego y las pasiones propias), la cual es mucho más difícil».
«En el ambiente que se vive actualmente en el país, si vosotros insistís en los principios y valores y observáis la piedad en todos los aspectos - y en los diferentes ámbitos: político, social, económico y cultural-, vuestro trabajo será aún más importante y valioso», enfatizó.
Asimismo, el Líder Supremo de la Revolución Islámica, dijo: «Hoy nos enfrentamos a dos enemigos: uno lo constituyen las malignas potencias arrogantes y el otro es nuestro propio ser interior. Si logramos avanzar y tomar decisiones, mientras observamos la piedad, se estará preparando el terreno para la trascendencia espiritual y el progreso material. »
El Ayatolá Jamenei señaló que evitar los pecados es un requisito para trascender, y agregó: «Al evitar los pecados, se habrá recorrido la mitad del camino. Por supuesto, los pecados de aquellos que asumen responsabilidades políticas, ejecutivas, administrativas, de relaciones públicas, y religiosas tienen muchas más dimensiones. »
Su Eminencia enfatizó que las acciones adecuadas de los funcionarios del gobierno le traerán calma y serenidad a la sociedad, y reiteró: «A través de la resistencia y acciones oportunas, podemos estimular a nuestra sociedad y, por supuesto, debemos saber que este movimiento de la nación iraní no titubeará y no fracasará ni se detendrá por el cansancio y la impaciencia de ciertos individuos.»
Al final, el Líder Supremo de la Revolución Islámica, señaló que se le dará continuidad al camino que se inició con la Revolución Islámica, y agregó: «Ya habéis visto como aquellos que no pudieron soportar el peso de sus responsabilidades durante el movimiento popular de la nación iraní fueron sustituidos incontinenti por jóvenes inspirados y motivados. Y por la gracia de Dios, estos jóvenes llevarán a cabo dichas responsabilidades.»