Su eminencia se refirió a estas marchas multitudinarias como «una gran hazaña popular» y enfatizó que la participación masiva de los hombres y mujeres -de todas las edades y procedente de todos los estratos de la sociedad- «constituye un acontecimiento épico, pues el pueblo iraní después de haber pasado 34 años de la victoria de la Revolución Islámica, continúa siendo partícipe de la historia de la nación.»

«Esta participación del pueblo es la más grande de las mercedes divinas, y esto hay que agradecerlo toda la vida», reiteró el Líder Supremo.

El Ayatolá Jamenei haciendo una comparación entre la fiesta de aniversario de la victoria de la Revolución Islámica en Irán con la de otros países que han vivido una revolución, dijo: «La mayor y más destacada virtud de esta celebración es el hecho de que el pueblo iraní es el verdadero dueño de la Revolución, y rememorarla y conmemorarla es su propia responsabilidad.»

«Y el pueblo iraní defiende y protege este grandioso tesoro, porque es la fuente de su grandeza e independencia, y dondequiera que sea necesario lo demuestran a través de su participación», agregó su Eminencia.

El Líder Supremo agradeció a todo el pueblo iraní por ser participativo en los acontecimientos del país, y señaló: «En el momento que los enemigos de la independencia de la nación esperaban que la gente no respondiese al llamado de la Revolución y de la República Islámica, el pueblo salió a las calles a conmemorar su Revolución y el enemigo se quedó frustrado una vez más.»

Asimismo, su Eminencia dijo que los enemigos con su aparataje propagandístico unido a la imposición de estrictas sanciones económicas, realizan esfuerzos descomunales para tratar de que la gente se desencante de su Revolución, y agregó: «Con estos movimientos, el enemigo ha menospreciado continuamente al pueblo iraní. Sin embargo, cuando ven la amplia participación de la gente, analizan los hechos y llegan a la conclusión de que no se pueden enfrentar a la nación iraní.»