El Ayatolá Jamenei, Líder Supremo de la Revolución Islámica, se reunió la mañana del lunes con los responsables de la organización de las elecciones presidenciales y de los concejos municipales.
El Ayatolá Jamenei señaló que las elecciones son un precioso don nacional e islámico que hay que proteger, y que el Concejo de Guardianes de la Revolución, los organismos de control y las organizaciones encargadas del buen desarrollo de las elecciones, deben asumir esta importante y valiosa tarea que tendrá una influencia duradera.
Su Eminencia refiriéndose al rol de las elecciones en la vitalidad del país y el sistema, dijo: «La participación de la gente en todos los comicios realizados durante los últimos 34 años, ha hecho retroceder los problemas y desgracias que acechaban al país, y ha fortalecido a la República Islámica, al pueblo y a la Revolución.
El Líder Supremo dijo que las próximas elecciones son mucho más importantes que las anteriores debido a que abarcan dos ámbitos, es decir, la presidencia y los concejos municipales que son el símbolo de la participación concreta y constante del pueblo en los asuntos y las decisiones nacionales. El Ayatolá Jamenei exhortó también a los líderes e intelectuales a no subestimar las elecciones municipales a causa de la relevancia de la elección presidencial.
Su Eminencia señaló que otro aspecto importante de las elecciones del próximo mes se debe al conjunto de posibilidades, responsabilidades y atribuciones del presidente en la Constitución y otras leyes.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que el Imam Jomeini fue el teórico, fundador y arquitecto de la «gran obra monumental» basada en el imponente rol del pueblo en el sistema de la República Islámica, y se refirió a la insistencia del Imam Jomeini para organizar un referéndum sobre el modelo del sistema iraní, y otras elecciones.
«La presencia y la orientación del pueblo en las diferentes áreas, fueron decisivas y determinantes, y este entusiasmo y este compromiso son algunas de las características de la República Islámica, que se han mantenido intactas hasta nuestros días», agregó.
Asimismo, el Ayatolá Jamenei se refirió a los esfuerzos de los enemigos para debilitar la participación de la gente en las elecciones y promover de esta forma el abstencionismo.
«Hay algunos que han tratado de debilitar el entusiasmo electoral o de impedir que las elecciones se realicen en la fecha prevista, pero por la gracia de Dios han fracasado y en el futuro fracasarán nuevamente. La participación popular es un apoyo a la República Islámica que se mueve hacia los ideales y la realización de grandes objetivos.
Es por esta razón que el enemigo está tratando de debilitar esta participación. La República Islámica se basa en el corazón, los sentimientos, la reflexión, la perspicacia y el compromiso del pueblo. Sin este apoyo, los arrogantes y malvados del mundo habrían rápidamente puesto fin a este sistema. Por supuesto, con la ayuda de Dios y la participación masiva de la gente, las próximas elecciones serán las mejores y más entusiastas de todas las elecciones que hemos tenido», reiteró su Eminencia.
Asimismo, el Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo: «En el año 2009, los extranjeros obligaron a alguien a actuar en contra de la ley, pensando que así empujarían a la gente a levantarse contra el gobierno y el sistema islámico, sin embargo ellos fracasaron por completo. Y aquellos que en esa época actuaron en contra de la ley, le hicieron grandes daños al país, pero -gracias a Dios- la democracia que se vive en Irán, le puso punto final a esta terrible conspiración.»
Por otra parte, su Eminencia dijo que todas las personas en cada uno de los pueblos y ciudades, deben controlar la legalidad de las declaraciones y afirmaciones que se hacen en cada una de las etapas de estas elecciones,a saber, el control de la calificación de los candidatos, la organización de las elecciones, el recuento y protección de las papeletas y urnas electorales.
«Los organizadores deben proteger aquello que les ha sido confiado y actuar de acuerdo a la ley ya que -por la gracia de Dios- siempre ha sido así », enfatizó.
El Líder Supremo reiteró la importancia de las próximas elecciones y la influencia decisiva de la elección de las personas en el futuro del país, diciendo: «Es necesario evaluar con justicia las capacidades, la fe, la honestidad y preparación de los candidatos, y luego actuar de acuerdo a nuestro propio entendimiento.
«Sabed que cualquier persona que con buenas intenciones, trate de cumplir con su deber -por el futuro del país- se verá favorecida por Dios. A quién le queremos entregar las llaves del poder ejecutivo del país debe ser una persona valiente, popular, respetuosa de los valores y de la ley, alguien cuya resistencia contra los enemigos sea palpable, alguien inteligente, que se preocupe por el bienestar de todos los estratos de la sociedad y sea sensible ante los problemas de la gente.»
Asimismo, el Ayatolá Jamenei exhortó a todos a participar en las elecciones y señaló: «No hay que pensar que un voto no va a afectar al futuro del país, por el contrario, los votos se cuentan por millones de voces que decidirán el destino de las elecciones. Dios quiera que con la máxima participación en las elecciones, el país pueda acelerar su progreso y su marcha hacia los ideales a los que aspira el pueblo iraní ».
En otra parte de su discurso, Su Eminencia se refirió también a la profanación del santuario de Hojr ibn Odi, compañero del Profeta Muhammad (PB) y del Imam Ali (P), en la región de Adra, cerca de Damasco, y dijo que los musulmanes y en especial los intelectuales, políticos y grandes personalidades del mundo religioso del Islam debe responder a este acto atroz y evitar divisiones en la comunidad.
A continuación el Líder Supremo exclamó: «Lo que hace que este acontecimiento sea doblemente repugnante es la presencia de gente retrógrada y malvada -en el seno de la nación islámica (Ummah)- que considere que el respeto a las brillantes personalidades de los primeros tiempos del Islam es una forma de politeísmo y paganismo.
Estas mismas personas son las que en su pasado destruyeron las tumbas de los Imames purificados y si no hubiese sido por el levantamiento general de los musulmanes en contra ellos, habrían destruido también el santuario purificado del Profeta (PBD). Esta gente de pensamiento perverso cree que visitar las tumbas de las grandes personalidades del Islam y rogar por la misericordia de Dios para sus almas y las nuestras mismas, es un acto politeísta. Son personas con pensamiento falso y espíritu sucio y perverso»
El Ayatolá Jamenei dijo que el verdadero politeísmo consiste en ser un objeto en las manos de los servicios de espionaje británico y estadounidenses, arrodillarse ante los arrogantes y causarle daño a los musulmanes, y reiteró: «La existencia de dicha secta perversa -que cuenta con toda clase de apoyo, principalmente económico- es una verdadera tragedia para el Islam.»
«¿Cómo calificar a esta ideología que no considera politeísmo el servir a los taghuts de nuestra época, pero si considera el respecto a las santidades y personalidades del Islam como una forma de politeísmo?», cuestionó su Eminencia.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que los shiitas no deben caer en el juego de los enemigos que quieren atizar el fuego de la discordia entre sunnitas y shiitas. Al contrario deben mostrar su elevado nivel de reflexión y perspicacia»
El Ayatolá Jamenei dijo que es menester que continúen las reacciones de los musulmanes y las condenas ante este amargo acontecimiento.
Por otra parte, su Eminencia lamentó el silencio de las personalidades y organizaciones internacionales, así como de los políticos ante este hecho y recordó que estas personas que hoy se hacen las desentendidas son las mismas que otras veces han llorando ante la destrucción de algún un monumento.
«Todo ello indica que detrás de estos sucesos se encuentra la mano de los enemigos», reiteró.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica afirmó: «Dios está observando y sin duda alguna Su decisión vencerá las conspiraciones de los enemigos y a la secta que está poniendo obstáculos para evitar la unidad y el desarrollo de la nación islámica (Ummah).»