El Ayatolá Jamenei, Líder Supremo de la Revolución Islámica, se reunió el lunes por la mañana con los responsables de las Oficinas de la Literatura de la Resistencia y la Literatura de la Revolución Islámica.
«Este movimiento pionero e influyente ha hecho que el país prescinda de la literatura importada», agregó.
El Líder Supremo se refirió a los esfuerzos de varios de los llamados «movimientos intelectuales» para destruir y ocultar la realidad del gran e impresionante valor que la Revolución Islámica creó.
En este sentido, el Ayatolá Jamenei reiteró: «Los esfuerzos de los artistas comprometidos para poner de manifiesto y resaltar las grandes capacidades espirituales del país -las cuales son producto de la Revolución- han cambiado el enfoque y la tradición errónea de estos pseudo-intelectuales. Estos esfuerzos han reducido nuestra dependencia de obras traducidas, lo que ha llevado a que se produzca una gran cantidad de obras gloriosas-cuyo valor es inestimable- en las diferentes áreas literarias y artísticas».
Su Eminencia enfatizó la necesidad de mejorar la investigación sobre la literatura de la resistencia y la revolución, y agregó: «Por supuesto que esto no significa que debamos limitarnos a los métodos occidentales de investigación. Más bien, significa que debemos desarrollar ideas innovadoras y perspicaces, así como utilizar estos métodos».
Por otra parte, su Eminencia se refirió a la necesidad de llevar a cabo un estudio comparativo de la literatura sobre la época de la Defensa Sagrada y aquella literatura que está relacionada con otras guerras contemporáneas.
El Líder Supremo dijo que además es necesario hacer un estudio comparativo entre la Revolución Islámica de Irán y otras revoluciones en el mundo.
El Ayatolá Jamenei dijo que en comparación con otras revoluciones en el mundo, la Revolución Islámica de Irán es más profunda, tiene mayor intensidad y características más sublimes, y agregó: «Pese a ello, la Revolución Islámica de Irán no ha recibido suficiente atención a diferencia de otras revoluciones. Por lo tanto es preciso trabajar más en la producción de libros y novelas históricas. Debemos crear un mejor sistema de impresión, publicación, y divulgación de todas estas obras, así como traducirlas a otras lenguas extranjeras.»