Miles de personas creyentes y revolucionarias de todo el país se hicieron presentes en el mausoleo del Imam Jomeini y expresaron al unísono su lealtad hacia el Imam Jomeini y el Líder Supremo de la Revolución Islámica, el Ayatolá Seyyed Ali Jamenei. Asimismo, renovaron -con fervor- su compromiso con el Islam.
Durante esta multitudinaria congregación su Eminencia el Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que tres creencias del Imam Jomeini prepararon el terreno para el desarrollo y continuidad de la Revolución Islámica, y reiteró: «Estas eran: la creencia en Dios, la creencia en la gente, y la creencia en sí mismo.
El Ayatolá Jamenei después de hacer algunas recomendaciones a la gente y a los candidatos presidenciales, enfatizó: «Con la ayuda de Dios, el pueblo iraní será el protagonista entusiasta de la epopeya del 14 de junio (las elecciones presidenciales) y saldrá orgulloso y victorioso de esta gran prueba.»
Su Eminencia se refirió al levantamiento memorable del 15 de Jordad del año 1342 (del calendario iraní) como una parte muy importante de la historia de Irán, y reiteró: «Después de la detención del Imam Jomeini tras su discurso del 13 de Jordad de 1342, una gran ola del movimiento popular -de Teherán, Qom y otras ciudades - se volcó a las calles, manifestando así la fuerte relación del pueblo con los clérigos musulmanes y su oposición al gobierno déspota del sah.»
El Líder Supremo de la Revolución Islámica explicó que ese día, el régimen opresor del sah mostró su verdadero rostro masacrando salvajemente a cientos de personas, y agregó: «Uno de los puntos a destacar es que las organizaciones internacionales que pretendían ser defensoras de los derechos humanos guardaron absoluto silencio sin siquiera proferir una tan sola crítica, pero el Imam Jomeini -pese a todas las dificultades- le mostró al mundo y a la historia su rostro de Líder celestial, obteniendo el apoyo del pueblo.»
El Ayatolá Jamenei señaló que las tres creencias del Imam Jomeini -la creencia en Dios, la creencia en la gente, y la creencia en sí mismo- se manifestaban en su personalidad y en cada uno de sus movimientos, y reiteró: «El Imam Jomeini le hablaba de todo corazón al pueblo y el pueblo le respondía de la misma manera, la gente se hizo presente en el escenario de los hechos, resistiendo, y continuando con determinación y así este movimiento consiguió la victoria sin necesitar la ayuda de ningún país.»
Explicando estas tres creencias, su Eminencia manifestó: «El Imam Jomeini confiaba con todo su ser en Dios y en la realización de la promesa de la ayuda divina, es por ello que todo lo que hacía era por y para Dios», agregó.
El Líder Supremo señaló que el Imam Jomeini creía -también- profundamente en la nación religioso, piadosa, inteligente y heroica de Irán y confiaba que si esta llegaba a tener los líderes adecuados brillaría como el sol en los diferentes campos, y agregó: «Para el Imam Jomeini, lo más amado era el pueblo y lo más odiado, los enemigos. Esta creencia en la gente y el pueblo fue otro de los fundamentos de la resistencia ante los opresores y arrogantes.»
El Ayatolá Jamenei refiriéndose a la tercera característica del Imam Jomeini - la creencia en sí mismo - enfatizó: «El Imam Joemini con la frase ''nosotros podemos'' hizo revivir los corazones de la gente y que si manifestase su potencial en todos los campos. Su comportamiento heroico ante el régimen déspota Pahlavi, la 'Defensa Sagrada' y su confrontación con los opresores mundiales fueron vivas manifestaciones de su confianza en sí mismo.»
«El heroísmo, la confianza y la férrea determinación que el Imam Jomeini proyectaba en sus palabras y conducta transformó poco a poco al pueblo, convirtiendo a esta nación en un modelo de resistencia y perspicacia», agregó.
Su Eminencia dijo que esa era la razón por la cual el Imam Jomeini nunca -incluso ni en los últimos momentos de su bendita vida- perdió las esperanzas, ni mostró pasividad ni inactividad, y reiteró: «Es por ello que en las cartas de sus últimos años de vida el Imam Jomeini se muestra más entusiasta y más revolucionario que al comienzo.»
El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que rescatar a Irán de su repugnante dependencia de Estados Unidos e Inglaterra, y sustituir a las autoridades corruptas, embusteras y lascivas por gobernantes legítimamente elegidos por el pueblo transformó a Irán, que dejó de ser un país atrasado y se convirtió en un país cuyo índice de desarrollo científico anual está entre los primeros a nivel mundial.
«Los avances de Irán en las diversas ciencias, en la medicina, enseñanza superior y el campo de la construcción, son parte de las bendiciones del gran movimiento del Imam Jomeini que a la luz de la creencia en Dios y en la nación, pudo concretarlos», agregó.
El Ayatolá Jamenei dijo que este largo pero orgulloso camino puede recorrerse con las mismas tres creencias del Imam Jomeini, y agregó: «La nación iraní a través de los jóvenes creyentes y aferrándose a estas tres creencias puede alcanzar rápidamente las sublimes cumbres del Irán Islámico.»
«La nación de Irán tiene plenamente cartografiado este camino que debe ser recorrido con los mismos principios del Imam, por lo tanto los horizontes de esta nación son realmente esperanzadores», reiteró.
Su Eminencia dijo que los principios del Imam Jomeini están en su discurso y en su testamento, y enfatizó: «Son los mismos principios que transformaron a la nación atrasada y dependiente de Irán en una nación pionera y orgullosa.»
El Líder Supremo de la Revolución Islámica recordó que algunas personas le guardan respeto al Imam pero que esto no es suficiente, y enfatizó: «No basta con respetar al Imam Jomeini pues hay que creer en sus principios y el mapa que él trazado para guiarnos.»
«Y es que la realidad del Imam solo puede conocerse, entenderse y practicarse sus enseñanzas a través de estos principios y la guía que nos ha dejado para que recorramos su camino», agregó.
Posteriormente, el Ayatolá Jamenei detalló la aplicación de los principios del Imam Jomeini en diversos ámbitos:
1. En la política interna: Apoyar la opinión y el voto de la gente, garantizar la unión y unidad del pueblo, que los gobernantes y personas que ostenten el poder emerjan del seno del mismo pueblo y no de la aristocracia, que las autoridades estén al servicio de la nación y trabajen en beneficio de la gente y que -absolutamente todos- luchen y se esfuercen por el desarrollo del país.
2. En la política externa: La resistencia ante las políticas intervencionistas y hegemónicas de las potencias arrogantes, la hermandad con las naciones musulmanas, las relaciones igualitarias con todos los países excepto con aquellos países que sean una amenaza para la nación de Irán, la lucha contra el sionismo, la lucha por la liberación de Palestina, el apoyo a los oprimidos del mundo, y la férrea resistencia ante los opresores.
3. En el campo cultural: Negar la cultura del libertinaje occidental, negar la intransigencia y la obstinación, negar la ostentación religiosa, defender de modo determinante la moral y las normas islámicas, luchar contra la propagación de la corrupción y el engaño en la sociedad.
4. En el campo económico: Apoyar la economía nacional y luchar por ser auto sostenibles, practicar la justicia económica en la producción y la distribución, defender los sectores desvalidos de la sociedad, enfrentar la cultura del capitalismo, respetar la propiedad, la riqueza y el trabajo, no dejarse envolver ni tragar por los vaivenes de la economía mundial, y tener una economía nacional independiente.
El Líder de la Revolución Islámica reiteró que es así como se ponen en práctica los principios y el mapa trazado por el noble Imam Jomeini.
El Ayatolá Jamenei dijo que los jóvenes iraníes con su fe profunda, capacidades y talentos y con su firme decisión y voluntad pueden continuar -a través de la aplicación de estos principios- el camino trazado por el Imam Jomeini, y enfatizó que incluso pueden recorrerlo de una forma más acelerada.
«Es así como el Irán islámico se transformará en un modelo verdadero y perfecto para todas las naciones, sean estas musulmanas o no», agregó
Al final de su discurso el Ayatolá Jamenei se refirió a los próximos comicios presidenciales -a celebrarse el 14 de junio- y exhortó al pueblo y a los candidatos a trabajar con sensatez y un espíritu reflexivo.