Después del bendito Ramadán, mes en que los musulmanes ayunan y se entregan en adoración a Dios, la nación creyente y monoteísta de Irán realizó en todo el país -en un ambiente de unidad, agradecimiento al Creador y cordialidad- la oración de la «Fiesta del Fitr», que puso sello a treinta días de esplendor espiritual.
Durante su sermón, el Líder Supremo felicitó a los musulmanes de todo el mundo en ocasión del Eid Al-Fitr, y señaló que la oración y el ayuno en los largos y calurosos días de Ramadán es motivo de satisfacción para Dios y regocijo espiritual para la gente.
«Espero que Dios Altísimo nos dé la oportunidad de conservar las bendiciones que hemos obtenido durante el mes bendito de Ramadán», agregó.
El Ayatolá Jameni dijo que una de las grades victorias de la nación en el mes de Ramadán fue la participación masiva y entusiasta de la gente en el 'Día Mundial de Quds', y agregó: «Con estas marchas a lo largo de todo el país, la nación iraní afirmó que está viva y que apoya de forma contundente a Palestina, que es uno de los asuntos más importantes del mundo y la historia del Islam. Y esta resistencia y apoyo es un movimiento inefable de la nación iraní.»
Asimismo, su Eminencia manifestó que otro acontecimiento importante que se pudo presenciar durante el Ramadán de este año fue la propagación de la tradición del Iftar[1] sencillo en las mezquitas y lugares públicos.
El Líder Supremo enfatizó que romper el ayuno con un Iftar sencillo en las mezquitas o lugares públicos constituye una tradición linda, y criticó -a su vez- a quienes suelen hacer Iftares fastuosos.
En el segundo sermón, el Ayatolá Jamenei exhortó a la gente a ser piadosa tanto de palabra como de obra, y a asumir posturas en los ámbitos económico, social y político.
Posteriormente, su Eminencia refiriéndose a los importantes acontecimientos en Irán y el Oriente Medio dijo: «En Irán, la elección del nuevo presidente de la República y la conformación de su gabinete ministerial fue un suceso que se llevó a cabo con la ayuda, voluntad y esfuerzos de todos. Y es que las elecciones presidenciales -que ya son toda una tradición-se realizaron con todo éxito y dentro del marco legal y el plazo que había sido estipulado.»
El Líder Supremo de la República Islámica señaló que contrariamente a lo acontecido en Irán, es lamentable y preocupante la situación en algunos países islámicos del Oriente Próximo, y agregó: «Podemos citar como ejemplo la opresión y tiranía que padece el pueblo palestino.»
Asimismo, el Ayatolá Jamenei enfatizó que en la actualidad una de las calamidades del mundo es el apoyo a los -por demás evidentes- crímenes del régimen usurpador sionista, por parte de quienes pretenden defender los derechos humanos y promover la democracia.
Su Eminencia también dijo que el diálogo entre la autoridad palestina y los sionistas no tiene ningún provecho, y que lo único que se conseguirá con esto es pisotear el derecho de los palestinos y estimular al agresor para que aumente la represión y cometa mucho más crímenes.
El Líder Supremo refiriéndose a la mediación de Estados Unidos en el diálogo entre Israel y la autoridad palestina, dijo: «Estados Unidos es aliado del régimen ocupante y sionista de Israel, por tanto el resultado de estas negociaciones será en contra de los palestinos.»
El Ayatolá Jamenei expresó su preocupación sobre la peligrosa situación en Egipto, y agregó: «Hay posibilidades de que se desate una guerra interna en Egipto, lo cual sería una verdadera catástrofe».
Su Eminencia a exhortó a las distintas facciones políticas involucradas en la crisis en Egipto, y en general a todos los sectores de la sociedad a que reflexionen en la delicada situación que están atravesando, y cuestionó: «¿Acaso no representa una lección para los egipcios lo que está aconteciendo en Siria? ¿Acaso no ven la guerra interna y los trágicos y amargos sucesos suscitados por los mercenarios terroristas al servicio de Occidente e Israel?»
El Líder Supremo dijo que una guerra interna sólo le serviría de pretexto a las potencias extranjeras, para que continuasen trayéndole más calamidades al pueblo egipcio, y agregó: «Es necesario que todos -en Egipto- piensen en una solución democrática. Las facciones políticas, las personalidades, los intelectuales y los sabios religiosos pueden desatar el nudo con ayuda de la democracia e impedir así la injerencia extranjera.»
Por otra parte, el Ayatolá Jamenei se refirió a la lamentable situación en Irak, y explicó: «En Irak hay un gobierno que maneja los asuntos del país, un gobierno electo a través del voto popular, pero las potencias hegemónicas y los países reaccionarios se sientes incómodos con este gobierno.»
Su Eminencia dijo que las matanzas y atentados terroristas en Irak, son financiados sin lugar a dudas por los poderes reaccionarios de dentro y fuera de la región, con el objetivo de que este país no tenga sosiego y frenar así su progreso y desarrollo.
Al final de su sermón, el Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que los sionistas y los enemigos observan complacidos lo que está aconteciendo en Egipto e Irak. Además, recomendó a todos los grupos políticos, religiosos, étnicos de Irak y Egipto, a no incurrir en discrepancias, porque «una guerra interna destruye las bases y el futuro de las naciones.»