El Ayatolá Jamenei, Líder Supremo de la Revolución Islámica se reunió con funcionarios, embajadores de los países islámicos, y cientos de personas provenientes de los distintos sectores de la sociedad iraní.
El Líder Supremo exhortó al nuevo gobierno -que con pie firme, determinación y férrea voluntad ha asumido la tarea de administrar el país- a recordar y encomendarse a Dios, y confiar en su intercesión en todo momento durante el largo camino que tiene que recorrer llevando a cuestas esta pesada responsabilidad.
El Ayatolá Jamenei señaló que con la ayuda de Dios, los funcionarios y autoridades del gobierno podrán realizar de forma exitosa su gran tarea en beneficio del pueblo, resolviendo las dificultades y satisfaciendo las necesidades de la nación iraní, y agregó: «Hay que esforzarse y encomendarse a Dios, pues los indolentes no pueden esperar la misericordia y la bendición divina.»
En este sentido, su Eminencia enfatizó que se deben aprovechar las investigaciones, análisis, la planificación, el esfuerzo físico y mental, y en general todos los recursos disponibles para llevar al país hacia el desarrollo.
El Ayatolá Jamenei dijo que en los años posteriores al triunfo de la Revolución Islámica algunas personas se desilusionaban debido a que no tenían fe en las promesas divinas y no eran capaces de visualizar el futuro y prepararse para él, y agregó: «En esa misma época la nación iraní fue objeto de la misericordia divina, y lo mismo acontece hoy en día.»
Su Eminencia señaló que el hecho de que las conspiraciones de los enemigos no hayan conseguido su objetivo es una muestra de la misericordia divina, y reiteró: «En Irán las distintas denominaciones religiosas y los diferentes grupos éticos han luchado hombro a hombro y marchado de la mano como verdaderos hermanos.»
El Líder Supremo enfatizó que los complots del enemigo y sus esfuerzos por crear sedición y toda clase de conflictos no han podido surtir efecto gracias al espíritu religioso, de unión y hermandad que hay en la República Islámica de Irán.
«La fe en Dios y la unidad son dos factores que contribuyen al poderío, determinación y resistencia de las naciones, antes los dardos venenosos de los conflictos», agregó.
El Ayatolá Jamenei exhortó a los funcionarios del gobierno, personalidades del ámbito político y religiosos a aunar esfuerzos para promover la fe, unidad y cooperación de la nación, y agregó: Quiera Dios que los funcionarios y autoridades de los países islámicos que hoy son presas de los problemas y están sumergidos en diversos conflictos, puedan prestar doble atención y considerar mis palabras.»
Previo al discurso del Líder Supremo de la Revolución Islámica, el Dr. Hasan Rohaní -presidente de Irán- expresó sus felicitaciones en ocasión del Eid Al-Fitr, y se refirió a esta como «la fiesta de resistencia, firmeza y purificación del alma.»