Durante, el encuentro su Eminencia dijo que una de las dimensiones importantes del evento del 19 de Dei del año 1356 del calendario persa, fue la determinación y acción basadas en la fe profunda, aunadas a la perspicacia y en medio de las condiciones más difíciles.

El Líder Supremo señaló que la lección más importante de este acontecimiento es que para superar las dificultades se debe brindar apoyo a los recursos, capacidades, creatividad e innovaciones internas y los talentos de los jóvenes de la nación sin tener los ojos puestos en el extranjero, y reiteró: «Todo ello, teniendo una fe profunda siempre y siendo perspicaces ante el enemigo sin olvidar nunca su enemistad.»
 
El Ayatolá Jamenei en este encuentro realizado en conmemoración del 36 aniversario del levantamiento histórico de la gente de Qom se refirió a la aleya 47 del sura Los Bizantinos, del Sagrado Corán, donde Dios Todopoderoso, dice: «Y es una obligación para Nosotros auxiliar a los creyentes.» Al respecto, su Eminencia manifestó: «La promesa de Dios en esta aleya, se da en un momento en que los creyentes no tenían ninguna esperanza de triunfar ante el poderoso frente de los enemigos.»
 
Y aludiendo al evento del 19 de Dei del año 1356, el Líder Supremo de la Revolución Islámica, dijo: «Ese día, la gente de Qom y en especial sus jóvenes y clérigos, salieron a las calles para defender al Imam Jomeini, enarbolaron la bandera de la lucha contra el despotismo y mientras su sangre regaba la tierra nadie imaginó que este acontecimiento tendría en el futuro tantos efectos y traería tantas bendiciones.»
 
El Ayatolá Jamenei enfatizó que si la fe profunda se aúna a la determinación y actitud práctica, la ayuda divina vendrá insoslayablemente, y agregó: «Si en algunos casos no llega la ayuda divina a los creyentes, es porque la fe de estos es débil o está equivocada o se trata de una fe sin perspicacia, porque no tener perspicacia es como ser ciego y el ciego no puede visualizar su camino y lo sigue sin rumbo. Esta es la causa por la que siempre enfaticé el tema de la perspicacia: El evento del 19 de Dei del año 1356».
 
Su Eminencia señaló que algunas naciones no obtienen la victoria debido a que no cumplen algunos de los requisitos necesarios para ser merecedores de la ayuda divina, y agregó: «La nación iraní pudo preparar todas estas condiciones, como la fe profunda, perspicacia, decisión y resistencia, porque tenía un líder sincero y eficiente como el Imam Jomeini, que era un jurisconsulto consciente del acontecer mundial, que tenía un gran desapego por lo material y que no actuaba por intereses personales, además de tener un gran conocimiento sobre el Sagrado Corán, su traducción y exégesis.»
 
El Líder Supremo enfatizó la necesidad de estudiar y aprender las lecciones del pasado, teniendo en cuenta tanto fortalezas como debilidades, y reiteró: «Por ello, nadie debe imaginar que los enemigos de la Revolución Islámica han abandonado su postura hostil y enemistad con la Revolución, nadie debe cometer esta gran equivocación.»
 
«Con toda certeza, al final, el enemigo no tendrá otro remedio más que retirarse, pero nunca se debe ser negligente con él y su frente hostil, tampoco hay que creerle al enemigo cuando nos sonríe, ni dejarse engatusar por él», agregó.
 
El Ayatolá Jamenei dijo que el objetivo de la República Islámica es alcanzar los ideales del Islam, es decir, lograr que el ser humano logre su desarrollo espiritual y material, y reiteró: «No se puede alcanzar este objetivo sublime y valioso, si no se tiene una fe profunda y sin ser perspicaces en las cuestiones del mundo, tampoco se puede alcanzar este objetivo siendo negligentes ante el enemigo.»
«En muchas ocasiones he dicho que los horizontes de Irán son claros, porque nuestra gente tiene fe, perspicacia, y conoce al enemigo; el nuestro es un pueblo trabajador e innovador», agregó.
 
Su Eminencia manifestó, posteriormente: «Mi consejo permanente a las autoridades es que para resolver los problemas del país, deben poner atención a la fuerza y recursos internos del país y no tener los ojos puestos en el extranjero.»
El Líder Supremo de la Revolución Islámica enfatizó que se debe tener una presencia activa en el campo internacional, pero poniendo todas las esperanzas en la ayuda divina y la fuerza interna de la nación, y esta manera de proceder es como un «seguro» para nuestro país.
 
El Ayatolá Jamenei señaló que el error recurrente de los enemigos es su desconocimiento sobre la nación iraní, y agregó: «Los enemigos en la actualidad hablan de tal forma que parece que Irán ha levantado sus manos y se ha rendido debido a las presiones, bloqueo y sanciones económicas que nos han impuesto, pero ellos está muy equivocados, porque esta nación no es de las que se rinden ni doblegan.»
 
Su Eminencia dijo que la nación iraní no se ha rendido incluso estando en condiciones mucho más difíciles que las actuales, y el ejemplo más claro de esta verdad irrefutable son los ocho años de «Defensa Sagrada», en que las potencias mundiales de Occidente y Oriente apoyaron al criminal Saddam para que atacase a Irán.
 
«Pero gracias a la determinación y profunda fe de la nación iraní para convocar a sus poderes internos y traerlos al escenario de acciones, la ayuda de Dios llegó y todos los nudos fueron desatados uno por uno, y el régimen de Saddam y sus patrocinadores se vieron obligados a retirarse acompañados del desprestigio internacional», agregó.
 
El Líder Supremo de la Revolución Islámica afirmó que al igual que en el pasado, resolver los problemas actuales, solo es posible si se sigue el camino de la resistencia ante la hostilidad de los enemigos y se obtiene la ayuda de Dios Altísimo; las dificultades se solucionarán además si brindamos apoyo a los recursos y capacidades internas.
 
El Ayatolá Jamenei señaló que cuando el enemigo se enfrenta con una nación determinada, paciente y resistente, no tiene más remedio que emprender la retirada, y enfatizó: «Y esta fantasía de que Irán aceptó las negociaciones debido a las presiones del bloqueo y sanciones económicas es apenas una equivocación más del enemigo, y el pueblo iraní despejará este error.»
 
«Nosotros antes ya habíamos anunciado que el sistema de la República Islámica debatiría con este demonio algunas cuestiones especiales, para eliminar la maldad y resolver problemas», agregó.
Su Eminencia señaló que una de las últimas negociaciones fue muy esclarecedora porque quedó en evidencia la hostilidad de los funcionarios estadounidenses hacia Irán y los iraníes, y hacia el Islam y los musulmanes, y agregó: «Quedó completamente claro y todos han sido testigos de ello.»
 
Asimismo, el Líder Supremo dijo que si las autoridades norteamericanas no toman decisiones en alguna cuestión es simplemente porque no pueden, y agregó: «Ellos dijeron: ''de poder detendríamos por completo todas las actividades nucleares de Irán, pero no podemos''.»
«Es cierto, ellos no pueden porque la decisión de esta nación es resistir de pie y hacer valer su determinación. En los últimos debates los norteamericanos, además de dejar en invidencia su enemistad, mostraron debilidad», reiteró.
 
El Ayatolá Jamenei refiriéndose a la continuación de las declaraciones hostiles de las personalidades, políticos y medios norteamericanos contra el sistema islámico y la nación de Irán, dijo: «Los estadounidenses siempre han pretendido ser defensores de los derechos humanos, y yo digo que cualquier persona que quiera hablar sobre los derechos humanos que lo haga, pero los norteamericanos no tienen derecho de hacerlo porque el gobierno de Estados Unidos es el mayor violador de los derechos humanos del mundo.»
 
Su Eminencia también abordó otros temas como la promesa del presidente de Estados Unidos de cerrar la prisión de Guantánamo y el incumplimiento de esta promesa, después de todos estos años; y el ataque de los aviones no tripulados norteamericanos a la gente de Paquistán.
 
«Estos y otros miles de crímenes, son una muestra de la verdad y de cómo el gobierno de Estados Unidos viola los derechos humanos», agregó.
 
El Líder Supremo enfatizó que la nación iraní con la ayuda divina superará todos los obstáculos y alcanzará sus sublimes objetivos.
 
Al final de su discurso, el Ayatolá Jamenei dijo: «Qom es el centro religioso del Islam chiita y el símbolo de la grandeza de la República de Irán».