Durante su discurso, su Eminencia enfatizó la necesidad de honrar la memoria de los esfuerzos y sacrificios que se hicieron en las diferentes zonas en que se desarrolló la Defensa Sagrada, y agregó: «La mayor lección de la época de la Defensa Sagrada fue demostrar que un pueblo puede recorrer los caminos más difíciles si los hace bajo el amparo de la unidad, la fe y la confianza en Dios el Altísimo y Sus promesas. Y quedó demostrado que con su resistencia, un pueblo puede derrotar al enemigo y hacerlo retroceder.»

El Líder Supremo de la Revolución Islámica se refirió al edicto del Imam para levantar el asedio de Abadán y organizar la Operación Samenu-l-Aemah en la zona de Mared, al oriente de Karun -en el mes de Mehr del año 1360 del calendario iraní (Hégira solar), que dice: «La victoria de los soldados musulmanes en esta operación fue el comienzo de operaciones posteriores, como Tariqu-l-Quds, Fathu-l-Mubin y Baytul-Muqaddas. Estas operaciones pudieron haberle puesto fin a la guerra en aquellos años».

«El frente de los enemigos de la República Islámica -los gobiernos europeos y el gobierno de Estados Unidos- brindó todo su apoyo al régimen baasista de Saddam, dotándolo de armamento y suministros militares modernos y avanzados. Esto permitió que la guerra impuesta continuase y se prolongase ocho años», agregó.

Su Eminencia señaló que el objetivo del frente de la arrogancia era evitar que el pueblo iraní alcanzase la victoria en esta guerra y mostrar la «debilidad» de la República Islámica ante el enemigo baazista, que era totalmente patrocinado por las potencias arrogantes, y enfatizó: «Pero Dios el Altísimo mostró su mano poderosa y aplastó y destruyó a los enemigos de la República Islámica con los puños de acero de la tradición divina.»

El Líder Supremo de la Revolución Islámica señaló que uno de los objetivos de los enemigos de la República Islámica durante la guerra impuesta de ocho años era mostrar que nadie tiene el poder de resistir a las potencias hegemónicas del mundo, y agregó: «Un pueblo es derrotado solo cuando él mismo piensa que no puede hacer nada. Pero durante la época de Defensa Sagrada, el pueblo iraní le demostró al mundo entero que es todo lo contrario».

«Cada uno de los momentos de la época de la Defensa Sagrada es inolvidable para el pueblo iraní. La época de la Defensa Sagrada tiene gran influencia en la marcha de la gente que avanza en pos de alcanzar sus ideales», reiteró.