El Líder Supremo de la Revolución Islámica, el Ayatolá Sayyid Ali Jamenei, se reunió la tarde del jueves con miembros del centro de operaciones del e'tekaf (retiro espiritual), que se realizó recientemente en el ámbito del festival general del e'tekaf, en la Facultad Imam Jomeini en la ciudad santa de Qom.Durante el encuentro, el Líder Supremo de la Revolución consideró el entusiasmo general y la espléndida acogida a la noble tradición del e'tekaf, entre las bendiciones divinas y símbolos del poder de la Revolución Islámica en la institucionalidad, y enfatizó: «las autoridades y funcionarios encargados de esta tradición profética deben identificar los perjuicios y amenazas a través de una planificación inteligente y definida, a fin de ayudar a las personas -que participan en estos retiros espirituales- a acercar su mente y corazón cada vez más a Dios, y nutrirse de Su pureza espiritual.»
El noble Ayatolá Jamenei, explicó que la adoración del e'tekaf conlleva laboriosos ejercicios espirituales, entusiasmo y deseos de incrementar la espiritualidad, y agregó: «el amor inefable que los jóvenes le tienen al e'tekaf -después de la Revolución Islámica- y que hoy se puede apreciar en las mezquitas y universidades de todo el país, debe ser considerado una oportunidad muy valiosa.
Asimismo, su Eminencia, señaló que la oportunidad del e'tekaf debe ser aprovechada de la mejor manera posible para para incrementar la adoración y atención hacia Dios, y reiteró: «el aprender y experimentar la comunión islámica, las relaciones cordiales y fraternas con todos aquellos que participan en este retiro espiritual, además de la enseñanza y el aprendizaje del conocimiento religioso son parte de las oportunidades de esta ceremonia luminosa.»
El Líder Supremo señaló que es necesario que la planificación inteligente y conocedora de los grandes perjuicios sea proporcional al espíritu y el significado del e'tekaf, y agregó: «una planificación auténtica debe contemplar la manera de poder acercar a Dios la mente y corazones de los participantes del e'tekaf, en contraposición de la inercia que produce la cotidianidad de los tumultos y alborotos de la sociedad y la vida.»