El Ayatolá Jamenei describió el 7 de Tir como el escenario de la completa desgracia para los que pretenden apoyar los derechos humanos, y agregó: «Desde entonces, los autores del crimen y los asesinos de miles de iraníes han estado disfrutando del apoyo de los occidentales y actualmente, están siendo acogidos por el Congreso de los EE.UU. y otras organizaciones no gubernamentales de ese país».

«Mientras que los que pretenden apoyar los derechos humanos reciben con los brazos abiertos a los terroristas sanguinarios que han atentado contra el pueblo iraní, la República Islámica de Irán -que es una víctima del terrorismo y la violación de los derechos humanos- es acusada de tales crímenes y este es un buen criterio para evaluar los reclamos y pretensiones de los occidentales», Agregó.

Su Eminencia, refiriéndose al bombardeo de la ciudad iraní de Sardasht con armas químicas -el día 7 de Tir del año 1366 del calendario iraní- que perpetrase el régimen baasista de Saddam, dijo: «A pesar de utilizar armas químicas contra la población de Sardasht y antes que en el pueblo de Halabja [en Irak], Estados Unidos y Europa apoyaron al régimen baasista durante muchos años y mientras pudieron utilizar a Saddam, no se le opusieron. Este es otro criterio para aclarar la verdad de los reclamos y pretensiones de los occidentales».

El Líder Supremo de la Revolución Islámica enfatizó que los fracasos de los enemigos durante las últimas tres décadas han reforzado su rencor contra el pueblo de Irán, diciendo: «Las potencias de la arrogancia mundial -que le guardaban antipatía al Imam Jomeini (ra), la Revolución y el pueblo de Irán- no dejan de planificar conspiraciones. Por esta razón, el pueblo y los funcionarios deben estar completamente alerta y tener mucho cuidado».
El Ayatolá Jamenei, refiriéndose a los acontecimientos regionales, dijo: «Hoy en día, los enemigos del Islam han invertido en hacer guerras internas dentro de las naciones, para que puedan enfrentar a la gente unos contra otros, y haciéndolas ver como guerras tribales y confesionales.»

«Se refieren erróneamente a los acontecimientos en Irak como una guerra entre chiitas y sunitas, pero esta guerra es la guerra del terrorismo contra los opositores al terrorismo, es la guerra de los amantes de los objetivos de Estados Unidos en contra de los partidarios de la independencia de las naciones. Es la guerra de los valores humanos en contra de la brutalidad y el salvajismo», reiteró.

Señalando los esfuerzos de los enemigos del Islam para repetir los acontecimientos de Irak en otros países, su Eminencia dijo: «Las naciones deben seguir atentamente las actividades del enemigo, tenerlas bajo vigilancia y deben saber que el enemigo no tiene miedo de hacer cualquier cosa con el fin de destruir la independencia y la dignidad de los musulmanes».
El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo: «Por la gracia de Dios, la querida y valiente nación iraní ha frustrado -hasta hoy- los planes del enemigo, con unidad, perspicacia y previsión».

«Sin lugar a dudas, a partir de ahora, también harán fracasar todos los ataques y complots del campamento de la arrogancia, y los imperialistas finalmente serán derrotados en su lucha contra el Despertar Islámico», enfatizó.