El Ayatolá Sayyid Ali Jamenei, Líder Supremo de la Revolución Islámica se reunió con una congregación entusiasta de miles de peregrinos y vecinos del Santuario del Imam Ridha (P) sábado por la tarde, en Mashhad, en el primer día del Año 1394 del calendario iraní (Hégira solar).
Congregados en el atrio Imam Jomeini y -otros atrios- del magnífico santuario del Imam Rida, Su Eminencia explicó la consigna de este año: «El Gobierno y la Nación, Empatía y Unanimidad»..
Al respecto, el Líder Supremo enfatizó la obligación de ambas partes, y agregó: «Es preciso tanto el apoyo de la gente al gobierno legítimo del país, así como el amplio pensamiento de las autoridades ante las críticas racionales y lógicas».
Además, el Ayatolá Jamenei definiendo los cuatro principales fundamentos de la geometría del Sistema Islámico y las oportunidades y dificultades de este sistema, dijo: «Es la gran tarea de todos proponerse el desarrollo económico a través de un programa implementado por el gobierno y el apoyo de toda la gente, especialmente los activistas económicos y los medios de comunicación».
Su Eminencia citando la aleya «Aquellos que, si les damos poder en la Tierra, hacen la oración, dan el impuesto religioso purificador de la riqueza, ordenan lo que está bien y prohíben lo que está mal. Y la conclusión de todos los asuntos está en manos de Dios». (Corán 22:41), dijo: «Esta aleya enuncia cuatro indicadores que constituyen la geometría y moldeador del Sistema Islámico, es decir, ''la oración, el azaque, ordenar el bien y rechazar el mal'', y Dios Altísimo ha prometido que a cualquier nación que posea estos indicadores le dará el triunfo y la alejará del dominio de los poderes opresores».
El Líder Supremo señaló que cada uno de estos indicadores posee un aspecto individual y social que juegan un papel efectivo en la formación del Sistema Islámico, y agregó: «Por ejemplo, el aspecto individual de la oración tiene un rol determinante en la felicidad y bienaventuranza de los jóvenes creyentes. Respecto a sus aspectos sociales, allana el camino para concentrar y unir los corazones de los musulmanes en un tiempo y en un núcleo único: la alquibla en La Meca.»
Sobre el azaque, el Ayatolá Jamenei dijo que -a nivel individual- este prepara el terreno para fortificar el espíritu de ayuda y cooperación del ser humano, y -a nivel social -muestra que un musulmán no es indiferente ante la sociedad islámica, los pobres, los débiles y menesterosos.
Su Eminencia enfatizó que ''ordenar el bien y rechazar el mal'', es la base de todos los mandatos islámicos porque todos los creyentes -en cualquier parte del mundo- tienen la obligación de conducir a la sociedad hacia la magnanimidad y lo bueno, y apartarlos de cualquier inclinación hacia la maldad y perjudicial.
«La atención debe estar focalizada en los actos más importantes incluidos en el precepto de ''ordenar el bien'', puesto esto es mucho más imperioso que el simplemente decir que ''hay que crear o proteger el Sistema Islámico''», reiteró.
El Líder Supremo dijo que salvaguardar el respeto de la nación iraní, la sublimidad de la cultura, la salud del ambiente moral y del ambiente familiar; aumentar y educar a la joven generación, la economía y la producción; desarrollar y extender el modelo islámico - de modo que llegue a todos- y la ciencia y tecnología; establecer la equidad judicial y económica, luchar por la unidad islámica, engrandecer al pueblo y el poderío de la nación islámica, son algunos de los actos más importantes incluidos en el precepto de ''ordenar el bien'', que todos tienen el deber de esforzarse para realizarlos.
Asimismo, el Ayatolá Jamenei brindó ejemplos de los actos más importantes incluidos en el precepto de ''rechazar el mal'', en los que incluyó: La perversidad cultural, ayudar y cooperar con los enemigos; debilitar el sistema, la cultura islámica y la economía; socavar la ciencia y tecnología.
«La esencia sagrada y divina -Dios Todopoderoso- y el Profeta del Islam (PB) y los Imames infalibles (P) son los más elevados y más grandes entes que ordenan el bien y rechazan el mal, y es necesario que todos los creyentes en cualquier parte del Mundo Islámico practiquen esta obligación divina», agregó.
Su Eminencia continuó explicando la consigna del año nuevo persa «El Gobierno y la Nación, Empatía y Unanimidad», manifestó: «La elección de esta consigna está basada en estos cuatro indicadores principales y en la unidad nacional y la cooperación social entre toda la gente y el Sistema Islámico.»
El Líder Supremo enfatizó que el Islam promueve la unión, harmonía y mutua cooperación entre todas las tendencias sociales, y agregó: «Entonces, cualquier gobierno y sistema islámico debe ser apoyado por la gente, incluyendo a aquellas personas que no han votado por él.»
Hoy la obligación de cada persona de la nación es ayudar y cooperar con las autoridades del país y autoridades del gobierno.
El Ayatolá Jamenei refiriéndose al tema de las negociaciones nucleares dijo que la contraparte de Irán en los diálogos nucleares representa en su mayoría a Estados Unidos, y ha delineado una programación y planificación política minuciosa, y agregó: «Sobre todo Estados Unidos, necesita esas pláticas y las diferencias entre las autoridades estadounidenses no significan que ellos no abogan por conversaciones».
Su Eminencia denunció también la falta de honestidad del presidente estadounidense, Barack Obama, en su reciente mensaje dirigido al pueblo persa, y reiteró: «El mensaje de Nouruz del presidente de Estados Unidos incluyó afirmaciones carentes de sinceridad, y su reclamación de amistad hacia el pueblo iraní no fue sincera».
Al respecto, el Líder Supremo de la Revolución Islámica explicó que Barack Obama en su mensaje dijo que algunas facciones políticas en Irán buscan impedir un convenio entre Teherán y el G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), y enfatizó: «Esto es mentira porque en Irán nadie se opone a una solución a la cuestión nuclear a través del diálogo.»
El Ayatolá Jamenei aseguró que a lo que la nación iraní se opone firmemente es al abuso, despotismo e imposición del gobierno norteamericano, y agregó: «Ni las autoridades ni la delegación iraní en las negociaciones aceptarán en absoluto el despotismo y presión de los norteamericanos».
Su Eminencia aseveró que Irán solo conversará sobre el tema nuclear y no abordará otros asuntos, y reiteró: «Nosotros nunca mantendremos conversaciones sobre asuntos regionales, internos y armas, y los diálogos solo se dedican al tema nuclear y a cómo llegar a un resultado vía diplomacia; mientras que lo que Estados Unidos quiere es crear inseguridad y arremeter contra la ola del Despertar Islámico -creado por los pueblos- con el fin de dirigir a las naciones de la región hacia la desgracia, y esto está en contra de la política medular de la República Islámica de Irán».
El Líder Supremo rechazó las reiteradas declaraciones de las autoridades estadounidenses de que el levantamiento de sanciones se realice como un resultado de las conversaciones nucleares, y afirmó: «Estados Unidos dice ''nosotros firmaremos el acuerdo y supervisamos el comportamiento (de Irán) y después levantamos las sanciones''. Esto es una mentira, y son declaraciones inaceptables porque el levantamiento de sanciones es una parte incluida en las mismas negociaciones y no el resultado de estas».
El Ayatolá Jamenei explicó que los republicanos no quieren que la Administración estadounidense, gobernada por su rival demócrata, sea el que haya resuelto el caso nuclear iraní jactándose de este éxito.
Su Eminencia, al indicar la ineficacia de las amenazas del Occidente con imponer más sanciones y realizar ''movimientos bélicos'' en contra del pueblo iraní, en caso de no alcanzar un acuerdo, dijo: «La nación iraní nunca se arrodillará ante tales amenazas, pues no la asustan, y superará esta gran prueba».
El Líder Supremo de la Revolución Islámica señaló que la ayuda divina es el factor principal de la nación de Irán en este camino, y agregó: «Hay grandes obras sobre los hombros del gobierno y el pueblo iraní, entre estas: la unión islámica, ayudar a las naciones oprimidas, expandir la influencia espiritual en la región cuya bandera está en manos de la nación iraní».
Al final de su discurso, el Ayatolá Jamenei recordó que el inicio del año coincide con la fecha del martirio de la noble Fátima Az-Zahra (P), y enfatizó: «La alta estima y consideración de nuestro pueblo a la familia del Profeta y la hija del gran Profeta tiene características, que, seguramente todos deben respetar y, ciertamente, respetarán».
«Espero que estos días y este año estén colmados de las bendiciones de Fátima (P); y el nombre bendito de esa dama gloriosa y su recuerdo produzcan efectos profundos y permanentes en la vida de nuestra gente durante el año 1394», agregó.
Su Eminencia, reiteró sus buenos deseos en el comienzo del año nuevo de la Hégira Solar, para la nación iraní y todos los pueblos que celebran el Nouruz».