Citando problemas creados en la época contemporánea, debido a la ingenuidad de ciertos políticos iraníes y su confianza en Estados Unidos, dijo: «Estados Unidos es lo que solía ser, pero ciertas mentalidades sesgadas e ingenuas tratan de borrar -de la opinión pública del pueblo- la imagen de conspirador de este enemigo, mientras Estados Unidos apuñala por la espalda a la nación en el momento más preciso».

El Ayatolá Jamenei dijo que en el presente se está viviendo una época durante la cual se ha estabilizado la dignidad de la nación y se esboza el mapa de progreso de los iraníes.

El Líder de la Revolución Islámica también subrayó la gran importancia de la perspicacia y vigilancia pública, y la concienciación y comprensión de la coyuntura actual, sobre todo por parte de la joven generación.

Su Eminencia señaló que prestar atención a las experiencias instructivas de las naciones evita que se «vean espejismos y se cometan errores de cálculo», y agregó: «Incluso si dejásemos de lado las aleyas axiomáticas del Sagrado Corán acerca de la resistencia y la lucha contra la injusticia y la arrogancia, el gran acontecimiento del 28 de Mordad de 1332 (del calendario iraní que coincide con agosto de 1953 y que marca el golpe de Estado dirigido por Estados Unidos contra el entonces gobierno de Irán), muestra cómo Estados Unidos debe ser tratado».

Dilucidando los acontecimientos durante el período importante de la nacionalización de la industria petrolífera de Irán en la década de los años 50's, el Líder de la Revolución Islámica enfatizó que confiar y tener esperanzas en Estados Unidos fue el error histórico del entonces primer ministro Dr. Mohammad Mossadeq, y agregó: «Para contrarrestar a Gran Bretaña, Mossadeq se inclinó hacia Estados Unidos y este mismo optimismo, simpleza y negligencia despejó el terreno para el éxito de un golpe de estado estadounidense, un golpe de estado que echó a perder todos los esfuerzos de la nación durante la nacionalización de la industria petrolífera, revivió al régimen autocrático Pahlavi e hizo a nuestro querido Irán presa de los más severos daños político-económicos y atraso cultural, durante 25 años».

Refiriéndose a la profunda y extensa injerencia de los estadounidenses tras el golpe de 1953, el Ayatolá Jamenei, dijo: «A la vista de tales tribulaciones, las naciones que no tienen un líder cualificado se vuelven inactivas y se rinden, pero la nación iraní, beneficiándose de la bendición divina del liderazgo del Imam Jomeini, se hizo más consciente y apuntó con un movimiento islámico hacia el régimen dependiente Pahlavi y su principal partidario, es decir, Estados Unidos».

Citando declaraciones del Imam Jomeini hechas en el año 1963 acerca del profundo odio de la nación hacia el presidente de Estados Unidos, el Líder de la Revolución Islámica dijo: «Ese líder influyente y decidido que tenían una fe muy arraigada en las promesas divinas, le explicó a la gente -desde la formación misma del movimiento- que ''cualquier maldad y conspiración que venga ha sido tramada por Estados Unidos''».

El Ayatolá Jamenei recordó la enemistad de Estados Unidos hacia la Revolución Islámica de 1979 desde los primeros meses después de la victoria de la Revolución, diciendo: «Después de la Revolución, los estadounidenses tenían su embajada en Teherán y estuvieron en contacto con el gobierno iraní por algún tiempo, pero no dejó de conspirar ni un solo día y esta experiencia histórica debe hacer que algunas personas entiendan que ''el tener contacto y alguna clase de relación'' no le ponen fin a la hostilidad y conspiraciones de Estados Unidos».

El Líder de la Revolución Islámica dijo que la toma de la embajada de Estados Unidos por un grupo de estudiantes universitarios fue una reacción a la continuación de las conspiraciones de Washington y el apoyo y encubrimiento de los estadounidenses al enemigo declarado de la nación, Mohammad-Reza Pahlavi.

«Los documentos encontrados en la embajada de Estados Unidos mostraron que esta embajada era realmente un ''nido de espías'' y el centro de las constantes conspiraciones contra la nación iraní y su naciente Revolución Islámica», agregó Su Eminencia.

El Ayatolá Jamenei dijo que reflexionar sobre los documentos del «nido de espías» es algo necesario, importante e instructivo, y agregó: «Estos documentos demuestran claramente que durante toda la formación del movimiento islámico, los estadounidenses estaban haciendo esfuerzos constantes para asestar golpes a la nación iraní en apoyo al infame régimen monárquico que confrontaba al pueblo iraní, y esto continuó incluso después de la Revolución».

Citando las memorias del general estadounidense Robert E. Huyser, que había llegado a Irán en el invierno de 1979 para salvar al régimen monárquico opresor, el Ayatolá Jamenei, dijo: «Estas memorias muestran muy bien que Estados Unidos había estado prácticamente alentando y guiando a los generales del ejército Pahlavi para masacrar al pueblo iraní».

El Líder Supremo de la Revolución Islámica también enumeró los movimientos separatistas y contrarrevolucionarios, el golpe Nojeh por parte de un grupo de oficiales del ejército contra la República Islámica, la incitación a Saddam Hussein para invadir Irán y la ayuda y apoyo continuo al odiado dictador de Irak durante los ocho años de la guerra impuesta, como otros eslabones de la cadena de conspiraciones de Estados Unidos contra Irán.

«Debido a la incomprensión e incapacidad para analizar las realidades de Irán, los estadounidenses tienen 37 años de tratar de derrocar y derrotar la Revolución Islámica, pero gracias a Dios, los derrotados han sido ellos y lo seguirán siendo en el futuro», dijo el Ayatolá Jamenei.

El Líder Supremo dijo que la idea de hacer una revisión de la cadena de conspiraciones del Gran Satán es obtener un conocimiento más preciso de lo que Estados Unidos es, y agregó: «En los últimos años, ha habido a quienes despechada o ingenuamente se les ha dado por seguir a Estados Unidos, tratando de hacerse de la vista gorda a las experiencias frecuentes de la nación y pintar una imagen retocada de Estados Unidos y crear la impresión de que los estadounidenses eran una vez el enemigo de Irán pero que ahora se han alejado de las conspiraciones».

«El objetivo perseguido por estos esfuerzos es limpiar el verdadero rostro del enemigo en las mentes para que los estadounidenses puedan continuar su enemistad de forma encubierta y apuñalen a la nación en el momento preciso», dijo el líder de la Revolución Islámica.

«El hecho es que los objetivos de Estados Unidos para con la República Islámica de Irán no han cambiado en absoluto y no vacilarían ni un segundo -si pudiesen- para aniquilar a la República Islámica, pero no pueden, y con la ayuda de Dios, bajo la égida de los esfuerzos de los jóvenes, la ampliación y profundización de la perspicacia de la nación y el progreso de Irán, ellos -también en el futuro- seguirán siendo derrotados y sus objetivos frustrados», dijo el Ayatolá Jamenei.

El Líder de la Revolución Islámica dijo que los funcionarios estadounidenses han mostrado cierta flexibilidad ostensible en las negociaciones nucleares, y agregó: «La esencia de la conducta de Estados Unidos está persiguiendo los mismos objetivos hostiles del pasado y la nación no va a olvidar esta realidad».

A tal efecto, el Ayatolá Jamenei, dijo: «Durante las negociaciones, uno de los funcionarios estadounidenses habló de ''odio y rechazo a la guerra e incluso derramó unas lágrimas. Algunos ingenuos pueden creer esta historia, pero el firme apoyo e incesante ayuda de Estados Unidos al régimen criminal y carnicero de Israel, y su apoyo a los crímenes cometidos contra el pueblo yemení ponen al desnudo la realidad de esa pretensión y esas lágrimas».

El Ayatolá Jamenei se refirió a la persistencia del gobierno de Estados Unidos en su accionar contra la República Islámica, y reiteró: «Se han dado cuenta poco a poco que la resistencia de la nación iraní se debe a sus creencias y convicciones religiosas. Por esta razón, se han enfocado en estas creencias con nuevas herramientas, pero los estudiantes y universitarios y -en general- todos nuestros jóvenes neutralizará esta artimaña».

«El enemigo está haciendo esfuerzos enormes para transformar las universidades en un puente de conexión a Occidente, igual que en la época vergonzosa del régimen monárquico, pero gracias a la vigilancia de nuestra querida juventud, las universidades se han convertido en una escalera importante que conduce a los ideales a largo plazo y nuestros jóvenes van a preservar esta situación influyente», dijo el líder de la Revolución Islámica.

El Líder de la Revolución Islámica dijo que insistir en que hay que conocer la profundidad de la hostilidad de Estados Unidos hacia la nación iraní no significa que se deban ignorar las debilidades internas, y agregó: «Pero no se debe olvidar al principal enemigo con el pretexto de las debilidades y los problemas internos, porque ello constituyen un gran error».

Asimismo, Su Eminencia aclaró que no hay que confundir al enemigo con aquellos con los que se tiene diferencias de opinión, y agregó: «El enemigo es el que está haciendo todo lo posible para dañar a la nación y llevar al poder a un gobierno títere que sea sumiso e intimidado por Occidente, y no debemos de ninguna manera olvidar a este enemigo vengativo, consciente y serio».

«La crítica contribuye al progreso y la sociedad es libre y tiene derecho de ser crítica, pero nunca debe olvidarse la frase histórica del Imam: ''Si tenéis algo que gritar hacedlo contra Estados Unidos''», dijo el Ayatolá Jamenei.

El Ayatolá Jamenei, cuyo discurso fue acompañado por las consignas de «Muerte a Estados Unidos» por parte de los estudiantes y universitarios, aclaró: «El lema y grito de ''Muerte a Estados Unidos" de la nación iraní tiene una fuerte base lógica y racional, resultado de la Constitución y pensamientos fundamentales que no toleran la injusticia y la opresión, y significa ''muerte a las políticas de Estados Unidos y las potencias arrogantes'' y esta lógica es aceptada por todas las naciones, cuando se explica en términos claros».

Al final de su discurso, Su Eminencia dijo que la nación iraní continuará su camino con determinación y esperanza, con la ayuda de Dios y el esfuerzo de los jóvenes de la nación iraní.