El Ayatolá Jamenei señaló algunas de las características de las elecciones de este año, entre las que destacó la libertad de acción del pueblo, pues la gente con su decisión y motivación propia acudió a las urnas electorales.

Su Eminencia dijo que la segunda característica de los recientes comicios electorales ha sido su competitividad, debido a que hubo participación de todos los partidos, facciones, y la gente participó con sus consignas, además de que los medios de comunicación estuvieron emitiendo las opiniones de los diversos candidatos.

El Líder Supremo de la Revolución Islámica señaló que la tercera característica de estas elecciones ha sido la seguridad reinante en el ambiente electoral, y agregó: «en los países vecinos la vida de la gente transcurre entre atentados terroristas e inseguridad; pero en estas elecciones tan magníficas que han contado con la participación masiva de la gente, no se ha presentado ningún suceso triste».

«En una zona tan grande como la ciudad de Teherán, la gente acudió a emitir su sufragio desde las 8 de la mañana hasta la medianoche, en completa seguridad », dijo.Asimismo, el Ayatolá Jamenei dijo que las elecciones del pasado 26 de febrero fueron sanas y transparentes, y reiteró que esta fue otra de sus características, muy al contrario de la propaganda de los enemigos y algunos sectores internos.

«Las elecciones siempre han sido sanas y nunca ha habido movimiento alguno que trate de influenciar los resultados», enfatizó.Al final de esta parte de su discurso, Su Eminencia señaló que la confianza que depositó el pueblo en el Sistema islámico de Irán frustró toda tentativa del enemigo para abrir una brecha entre la nación y el Sistema, e «invalidar los comicios».El Líder Supremo manifestó que tras la celebración de las elecciones, le corresponde a los funcionarios iraníes cumplir con sus deberes y promesas, haciendo referencia a tres principales prioridades, cuyo cumplimiento garantizará el progreso del país.

En cuanto a la Asamblea de Expertos, el Ayatolá Jamenei ha enfatizado que «mantenerse comprometido con la Revolución, tener un pensamiento revolucionario y actuar según los principios de la Revolución [Islámica de Irán], son las tres principales labores de este órgano.

Su Eminencia, además, se refirió a las obligaciones de los representantes en la Asamblea Consultiva Islámica (Maylis o Parlamento Iraní), y exhortó a sus miembros a cooperar con el Gobierno, y agregó: «este acompañamiento y cooperación no significa que se deba abandonar las tareas legislativas de la MaÅ·lis».

El Líder Supremo de la Revolución Islámica dijo que la promoción de la economía de la resistencia, el continuar con el acelerado desarrollo científico y tecnológico, y la protección de la nación y sobre todo los jóvenes ante las agresiones culturales enemigas, son las tres principales prioridades del país en la época actual.

El Ayatolá Jamenei dijo que la hostilidad de Occidente para con la nación iraní proviene de la debilidad de la dinastía Qayar (que gobernó desde 1785 hasta 1925) y la dinastía Pahlaví (que gobernase entre 1925 y 1979), haciendo concesiones importantes a las potencias occidentales, y paralizando -consecuentemente- el desarrollo de la nación.

Su Eminencia enumeró algunos de los actos funestos ejecutados por la administración Pahlaví, diciendo: «reprimieron movimientos populares, fundaron el aparato infernal de la Savak, acabaron con la agricultura, detuvieron el desarrollo científico, nos despojaron de las mentes brillantes, y empujaron a los jóvenes hacia la corrupción y drogadicción».

En otra parte de su discurso, el Líder Supremo dijo que las potencias occidentales desde el mismo comienzo de la Revolución Islámica iniciaron su lucha contra Irán; dando dinero a los contra revolucionarios en las fronteras, además de armas y apoyo político.

«Fueron muy hostiles con el Imam Jomeini y la Revolución Islámica. Y en la guerra impuesta (Irak-Irán) le dieron a Saddam Hussein todo el apoyo militar, logístico y político, que les fue posible», agregaron.

El Líder Supremo se refirió también a la dependencia que Europa tiene de Estados Unidos, siguiendo y acompañando sus políticas, entre estas, las sanciones económicas y propaganda hostil.«Nosotros somos responsables de nuestro país y pueblo, y responsables de la historia y si no resistimos con valentía ante el «frente hostil de los enemigos», ellos devorarán al país y el pueblo, algo que no debemos permitir.

El Ayatolá Jamenei apreció los servicios de las autoridades del país, y agregó: «la experiencia de 35 años de la República Islámica ha mostrado que debemos ser fuertes de pensamiento, en el campo político, económico, cultural, y científico. Cuando lleguemos a esta etapa alcanzaremos el poder real».

Al inicio de su discurso, el Ayatolá Jamenei expresó sus condolencias por el martirio de Fátima Az-Zahra (P), y agregó: «al hablar de sus virtudes no se deben mencionar cuestiones que generen discrepancias, porque hoy la política diabólica del ''frente de la arrogancia'' es crear división entre sunitas y chiitas».

Es cierto que se debe explicar la historia -con educación- y tener en cuenta el beneficio de la Ummah, pero no se deben crear discrepancias, y reiteró: «las guerras actuales en la religión, tienen causas netamente políticas, sin embargo los enemigos tratan de que estas discrepancias se transformen en religiosas, y no debemos facilitarle las cosas para que alcancen este objetivo peligroso».