En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

Alabado sea Dios, Señor de los mundos, y la paz y las bendiciones sean con nuestro Maestro, Muhammad y con su descendencia inmaculada, especialmente con el representante de Dios en la tierra (el Imam Mahdi, que Dios apresure su aparición).
 
Me gustaría continuar con el hadiz anterior, que Abi Hamza al-Zumali ha citado de Hazrat SaÅ·Å·ad (P). Leímos algunas partes de este hadiz en los días anteriores: «Un creyente se despavore de lo que dicen».
Antes de explicar esta parte del hadiz, considero que es necesario plantear cierto punto. Parece que lo que dijimos ayer en la explicación de la parte anterior del hadiz ha sido mal interpretada.
 
Algunas personas lo han malinterpretado. Por supuesto, malentender [algo] no es malo per se. Sin embargo, cuando se llega a discutirlo en el ciberespacio, cuando alguien dice algo y otro dice algo más, en respuesta; y cuando se convierte en una fuente de exacerbación entre los hermanos creyentes, entonces se convierte en algo malo.
 
Este humilde servidor ha puesto un gran énfasis en la unidad de los corazones, en el moverse en un solo camino, y en la solidaridad de las fuerzas del país, sobre todo en la solidaridad de las fuerzas revolucionarias y creyentes. Dios nos libre, si se dice algo que se convierte en una fuente de discordia entre nuestras fuerzas, Dios nos guarde de ello. Esta clase de cosas no deben utilizarse como fuente de discordia.
 
Es cierto que alguien -una persona distinguida- ha venido a verme. Yo le he dicho que no debería participar en tal o cual cuestión debido a sus propios intereses y debido a los intereses del país. No le dije [prohibiéndole] que no participase, sino que no creo que sería el curso racional de acción para él, participar en eso. Eso es lo que le dije. Bueno, esto es algo normal. Debemos decirles a nuestros hermanos creyentes lo que vemos, lo que entendemos y lo que consideramos bueno para ellos. Después de todo, estamos más familiarizados con las condiciones del país que la mayoría de los hermanos. Conozco a las personas -en particular a las que se han reunido cientos de veces conmigo- más y mejor que otros.
 
Al ser testigo de la condición de uno de los aludidos y la condición del país, uno aconseja a una persona respetable que si participa en un evento determinado, provocaría una polarización en el país. Y la polarización es perjudicial para el país. Le dije -aconsejándolo- que no creo que sea conveniente para él entrar en la palestra. Esto no es una cosa muy importante, sino que es una cosa muy natural y sencilla.
 
Es cierto que di este consejo a uno de los respetables señores y hermanos. Ahora bien, si esto se convierte en una fuente de discordia entre hermanos creyentes, si alguien dice que «[el Líder Supremo] no dijo eso» y otra persona dice que «sí realmente lo dijo», y otra más dice: «¿por qué no lo dijo públicamente?», esto no va a conducir a nada bueno. Pues, aquí está: lo estoy diciendo públicamente.[1]
Los enemigos han agudizado sus oídos para aprovecharse de esta situación. Tened en cuenta que debéis prestar mucha atención.
 
Pues bien, ¿qué tiene que ver todo esto con Radio Fardâ y la BBC? Ellos discutiendo y analizando este tema. ¿Cuál es la razón? ¿Por qué hablan de ello? ¿Qué significa esto? Esto significa que el enemigo quiere aprovecharse de la situación. ¿Qué debemos hacer en respuesta? Debemos movernos en la dirección opuesta al enemigo. Esta es una cuestión muy simple. Es como lo que dije. Bueno, vosotros sois mis hermanos creyentes. Cuando considere que hay algo que [debo decir porque] forma parte de vuestros intereses, os lo voy a decir.
 
Esto está bien, es algo bueno. Y es religiosamente necesario, también. Un comentario bien intencionado es necesario. «Los consejos son para los creyentes» o «los consejos son para los hermanos creyentes» o «los consejos son para la comunidad de creyentes».
 
Este hadiz tiene varias versiones. Por lo tanto, esto es algo bueno. Debemos dar consejos. Un consejo es una observación bien intencionada. Por ejemplo, yo le digo a alguien: «sé que si participa en tal o cual cuestión, le afectará tanto a usted como al país». Por consiguiente, le aconsejo que no participe. Por supuesto, que no le mandaré no hacerlo. No se trata de una «orden». Algunas personas dicen que el Líder emitió una orden. No. Lo que dije es que no me parece prudente. «No me parece prudente». Esto es algo bueno, no se trata de algo malo.
 
Eso que también dicen que tal o cual persona está bajo la influencia de Fulano, Mengano y Zutano. ¿Qué clase de comentarios son esos? Tengo más información y más motivación que Fulano, Mengano y Zutano. Lo que es -realmente- en beneficio del país y lo que considero bueno para el país - Dios lo sabe- lo diré. Debemos responder a Dios.
 
Una de las súplicas que deberíamos decir constantemente es la siguiente: «Oh Dios empléame [y ayúdame] en lo que me vas a preguntar mañana [en el Día del Juicio]». En el futuro seremos cuestionados. Se nos dirá: «¿por qué dijiste esto o lo otro? ¿Por qué no dijiste esto o lo otro?» se nos preguntará acerca de lo que no dijimos, no solo acerca de lo que dijimos. También se nos preguntará: «¿por qué hiciste tal y tal cosa? ¿Por qué no hiciste esto o lo otro? Se nos preguntará acerca de lo que hicimos y no hicimos.
 
Por lo tanto, cuando explicamos ese hadiz ayer, no nos referimos a este asunto, de ninguna manera. Estábamos solo explicando el significado del hadiz, como lo estamos haciendo hoy. En cuanto a esta cuestión, es exactamente como he dicho. La discordia entre hermanos creyentes sobre estas cuestiones no es algo bueno, en absoluto. No es bueno que digáis algo para que otros reaccionen.
 
Al hacerlo, terceras personas podría aparecer tan pronto como tengáis una discrepancia. Sacando partido, desde el centro de los acontecimientos, y luego [solo] se marcha. Debemos tener cuidado con este tipo de cosas. Hoy en día, el país necesita de la unidad entre las fuerzas, en particular entre los hermanos creyentes y las fuerzas que están en el centro de la palestra. Ellos deben tratar de hacer algo para evitar que se creen discordias a partir de cuestiones como estas.
La paz, bendiciones y misericordia de Dios sean con vosotros.
 
[1] Esta última frase provocó la risa tanto de Su Eminencia como de sus alumnos.