El Líder Supremo de la Revolución Islámica, el Ayatolá Seyyed Ali Jamenei se reunió el pasado martes con el presidente esloveno Borut Pahor. Durante la audiencia Su Eminencia se refirió a los amargos y dolorosos acontecimientos en la región de Asia Occidental y el papel desempeñado por algunas potencias mundiales en la imposición de la inestabilidad y la guerra contra las naciones.

«La República Islámica de Irán siempre ha pedido a los países independientes que desempeñen un papel activo en la lucha contra las presiones sobre las naciones y les ha pedido que no guarden silencio, siendo simples espectadores», agregó.
 
El Líder Supremo manifestó que los conflictos violentos de los países de la región de Asia Occidental y la creación de grupos terroristas tales como Daesh han sido resultados de la intervención e imposición de algunas potencias hegemónicas mundiales, y agregó: «todos los países deben hacer un esfuerzo para apagar las llamas de estos conflictos, y la República Islámica de Irán, pese a las propagandas de la corriente hegemónica [de medios de comunión], ejerce un papel activo y eficaz en este sentido, pero nunca ha interferido en los asuntos internos de otros países».
 
El Ayatolá Jamenei enfatizó entonces que la llamada coalición anti-Daesh, liderada por Estados Unidos, no ha tenido éxito en su supuesta misión y mencionó dos puntos de vista como posibles razones detrás de este fracaso: «según el primer punto de vista, los estadounidenses no tienen ningún plan para erradicar a Daesh y al igual que lo hicieron los británicos durante el período del colonialismo en la India, mantuvieron a Cachemira como la manzana de la discordia entre los dos países vecinos -India y Pakistán- sufriendo estos aflicciones hasta el día de hoy debido a las disputas y divisiones. [Los estadounidenses] quieren actuar de la misma manera respecto a Daesh, [desean] que este problema se quede sin resolver en Irak o Siria».
 
Su Eminencia argumentó: «de acuerdo al segundo punto de vista, los estadounidenses están dispuestos a resolver la cuestión de Daesh, pero los mecanismos [utilizados] no son los adecuados para tal propósito, por lo cual el resultado de ambos puntos de vista ha sido el mismo hasta el momento, y en la actualidad Irak y Siria en particular, están atravesando condiciones muy amargas y difíciles».
 
El Líder Supremo de la Revolución Islámica se refirió a las consecuencias de crear inestabilidad en los países de Asia Occidental, incluidos los problemas relacionados con los solicitantes de asilo, y señaló: «aunque los países europeos no han podido ofrecer refugio a unas pocas decenas de miles de solicitantes de asilo, Irán ha acogido a unos tres millones de afganos durante muchos años y les ha proporcionado [condiciones adecuadas] para estudiar y vivir [en el país] y ha tratado a los refugiados de manera humana y con total indulgencia».
 
Asimismo, el Ayatolá Jamenei se refirió al año y ocho meses de bombardeos continuos al pueblo de Yemen y la destrucción de su infraestructura por parte del gobierno saudí como otro amargo evento que actualmente está sucediendo en la región, y reiteró: «los gobiernos deben contrarrestar tales acontecimientos porque presionar a una nación es, de hecho, un sufrimiento y un dolor comunes para toda la humanidad».
 
Su Eminencia manifestó que Irán y Eslovenia gozan de grandes capacidades para impulsar la cooperación.
El Líder Supremo de la Revolución Islámica también señaló que Irán ha cumplido completamente sus obligaciones respecto al acuerdo nuclear con el grupo de países P5 + 1, faltando que la contraparte cumpla las suyas».
 
Durante la audiencia, en la que también estuvo presente el mandatario de Irán, Hassan Rohani; el presidente de Eslovenia, Borut Pahor, describió sus negociaciones con los funcionarios iraníes como muy buenas, diciendo: «buscamos profundizar nuestras relaciones con Irán en todos los campos».
 
A su vez, el mandatario esloveno consideró a Irán como un país «digno de respeto» y una «columna de estabilidad y seguridad» en la región. Asimismo, expresó su apoyo a los planes de inaugurar una sede diplomática en la República Islámica de Irán.