En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso:

Querido hermano, sr. Hoyyatual islam Seyed Hasan Nasrullah:

El martirio del hermano combatiente, sincero y sacrificado, el señor Imad Moughniyah, ha sido para él mismo -quien rebosaba de amor y entusiasmo por la lucha en la senda de Dios- una magna victoria y un final feliz, así como un orgullo para el pueblo libanés, que ha criado semejantes hombres y ofrecido al campo de la reivindicación de la libertad y de la lucha contra la tiranía.

Aun cuando la pérdida de este hombre noble, sacrificado y destacado es dolorosa para todas aquellas personas nobles y para aquellos que lo conocían, en especial, para sus padres, esposa, hijos y demás personas y amigos, sin embargo, tanto la vida como la muerte de las personas como él generan una epopeya que despierta a las naciones, propone un modelo a la juventud, alumbra los horizontes y delinea la senda que nos llevará hasta esos horizontes.

Los sionistas sanguinarios y criminales tendrían que saber que la sangre pura de mártires como Imad Moughniyah formará a cientos de Moughniyahs más y que duplicara la resistencia ante la injusticia y la corrupción así como la rebeldía. Los hombres como este distinguido mártir sacrifican su vida, su sosiego y su beneficio material en la defensa del oprimido y en la lucha contra la injusticia y al imperialismo. Y esto es un inestimado valor frente al cual todas las conciencias humanas se inclinan. Que el vergel de Dios sea para él y para todos los que luchan en la senda de la verdad.

Yo felicito y doy mi pésame por este gran martirio a la persona de usted, a su amada familia, a los orgullosos jóvenes de Hizbolá, a la Resistencia y a todo el pueblo libanés.

La paz y la misericordia de Dios sea sobre él y sobre vosotros.

Seyed Ali Jameneí