Ante el martirio del Ayatolá Hakim, Jefe del Consejo Superior de la Revolución Islámica de Irak, y de un numeroso grupo de orantes de la Oración del Viernes en la bendita ciudad de Nayaf, el Ayatolá Jameneí, el honorable líder de la Revolución Islámica, emitió un mensaje de condolencias.
El texto del mensaje es el siguiente:
En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso
«Ciertamente que somos de Dios y a Él retornaremos».
La mano criminal y vil de los mercenarios del imperialismo, ha provocado una gran tragedia y ha despojado al pueblo de Irak de una preciada personalidad que se contaba como una sólida y firme trinchera ante los ocupacionistas de Irak, y esa trinchera fue destruida.
Hoy, en los lindes del santuario celestial del señor de los timoratos, ‘Ali -con él sean miles se saludos y elogios- el Ayatolá Seyyed Muhammad Baqir Al-Hakim bebió del néctar del martirio junto a decenas de otros hombres y mujeres de fe que se habían beneficiado de la pureza del recuerdo de Dios y el sometimiento al Creador, en el rezo del Viernes, y se remontaron al seguro entorno de la Misericordia y el especial Favor Divino.
Este querido mártir, fue un sabio luchador que combatió por muchos años contra el perverso régimen de Saddam para restablecer los derechos del pueblo de Irak, y luego del derrumbe de esa representación del mal y la corrupción, se irguió como una sólida muralla frente a los ocupacionistas norteamericanos e ingleses, y comenzó una difícil lucha contra sus planes nefastos. Él se había preparado para ser martirizado en el sendero de esa gran lucha santa, y de esa manera unirse a la tropa de mártires de la gran familia Hakim y otros mártires de Irak de entre las gentes del conocimiento y la virtud.
La tragedia acaecida hoy en la honorable ciudad de Nayaf, y el martirio de este noble Seyyed y sabio luchador, sin lugar a dudas fue realizada al servicio de los propósitos norteamericanos y pérfidos sionistas.
El mártir Ayatolá Al-Hakim, fue un exponente de las legítimas demandas de una nación que ve que su religión, independencia y el futuro de su país, se encuentran amenazados, que sus propias casas se encuentran bajo las botas de los ocupacionistas, y que quiere defender su propia identidad religiosa y nacional frente a los invasores. El Martirio de este gran Seyyed conforma una trágica desgracia para el pueblo de Irak, y otra prueba de los crímenes de los ocupacionistas que imponen la inseguridad y el caos mediante su ilegitima presencia en Irak.
Pero los enemigos del Irak independiente y musulmán deben saber que con este Martirio, no se debilitará la voluntad y resistencia de la nación de Irak frente a los planes y propósitos del imperialismo y el sionismo, ni su fe y espíritu de sacrificio en la línea del Islam y el liderazgo de la religión, sino que todo lo contrario: sus demandas se consolidarán aún más, in sha'a Allah.
Le recuerdo a la creyente y celosa nación de Irak que el único camino para salvaguardar la dignidad de la nación y salvar al país de la malicia de los peligrosos planes del imperialismo y el sionismo, es la unión de palabra bajo la orgullosa bandera del Islam. Hoy ellos, mediante el hecho de aferrarse a este sólido cordel divino, pueden configurar un futuro para su propio país y las generaciones venideras, en el que se manifieste un Irak islámico e independiente, cual una estrella radiante en el mundo del Islam.
Es sólo mediante el hecho de aferrarse al Islam y su propia unión que las grandes personalidades y las mentes religiosas y políticas de Irak podrán cumplimentar esa gran tarea que soportan en estas circunstancias particulares. Y así habrá esperanzas de que den pasos firmes y tengan éxito en este camino.
Doy el pésame por esta gran desgracia al Imam de la Época (P) -que mi alma sea sacrificada por él-, al pueblo de Irak y de Irán, a las escuelas religiosas y los sabios referentes de la religión, a los sabios de Nayaf y Qom, al Consejo Superior de la Revolución Islámica de Irak y en particular a la gran familia Hakim forjadora de mártires, en particular a su honorable hermano el Seyyed ‘Abdul ‘Aziz Hakim y a la familia y queridos hijos de este Mártir de la Mezquita. Asimismo, ¡felicidades por el honor de tal martirio! lo cual hago extensivo a las familias de los demás mártires de este desgraciado suceso.
Ruego a Dios para ellos una digna paciencia y una copiosa recompensa, un grado elevado para todos esos mártires oprimidos, y el pronto restablecimiento de los heridos.
En homenaje a la memoria de este querido mártir y sus compañeros de lucha, anuncio tres días de duelo general.
«Y ya sabrán aquellos que oprimieron qué destino les espera» (Sagrado Corán: Los Poetas; 26: 227)
Seyed Ali Jameneí
29 de agosto de 2003
1 de rajab 1424