El Líder Supremo de la Revolución Islámica, Ayatolá Seyed Ali Jameneí, emitió un mensaje de parabienes y condolencias por el martirio de decenas de hermanos shiitas y sunnitas, así como de algunos comandantes de los Guardianes de la Revolución, especialmente los mártires Shustari y Muhammadadé.
El texto completo del mensaje de su Eminencia es el siguiente:
En el nombre de Dios, el compasivo, el Misericordioso
Este crimen de los sanguinarios terroristas en Beluchistán ha dejado al descubierto -aún más que antes- el diabólico rostro de los enemigos de la seguridad y la unión, así como el hecho de que estos terroristas son apoyados por las organizaciones espías de algunos gobiernos arrogantes.
El martirizar a creyentes que se auto sacrifican, como el fiel comandante y mártir Nurali Shustari y otros comandantes de esta región del país, así como a decenas de hermanos shiitas, sunnitas, persas, beluchíes, es un crimen contra el derecho de la nación de Irán y especialmente contra la región de Beluchistán, por la cual estos nobles hombres habían decidido esforzarse sinceramente hasta alcanzar y mantener su seguridad y lograr su desarrollo.
Que sepan los enemigos que estos actos salvajes no podrán debilitar la decisión firme de la nación y sus autoridades, de seguir el camino del poder y el honor que es el mismo camino del Islam y la lucha contra el ejército del demonio, tampoco podrá dañar la unión y compañerismo de las escuelas doctrinales (shiita y sunnita) ni de las diversas etnias.
Los sucios mercenarios de la arrogancia deben tener la certeza de que la poderosa mano del sistema islámico no vacilará -en ningún momento- en defender esta oprimida región y a su pueblo fiel. Y la gente juzgará a los agresores -con sus almas y medios- por sus actos criminales.
Yo ofrezco mis parabienes y condolencias a los respetables familiares de quienes alcanzaron el martirio durante este suceso, especialmente de los comandantes Shustari y Muhammadzâdé, y el resto de queridos mártires. Asimismo, a le pido a Dios Altísimo que les brinde a los mártires la posición que se merecen y la pronta curación para los heridos y damnificados.
Seyed Ali Jameneí