En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

Dijo Dios el Altísimo, el Prudente: «Ciertamente que nosotros hemos revelado el Corán y somos sus custodios»

A la gran nación iraní y a la gran comunidad islámica:

El insulto insensato, odioso y repugnante hacia el generoso Corán en Estados Unidos, ocurrido bajo la sombra de la seguridad policial de aquel país, es un evento amargo y grande que no se puede considerar un acto que se limita al necio movimiento de algunos individuos despreciables y mercenarios. Ésta es una medida calculada y premeditada por parte de algunos núcleos que desde hace años pusieron en su agenda la política de la Islamofobia y la lucha en contra del Islam.

Así, a través de cientos de métodos y miles de medios propagandísticos y prácticos, emprendieron la lucha en contra del Islam y del Corán. Esto es otro eslabón de la misma vergonzosa cadena que comenzó con la traición de Salman Rushdie y continuó con el perverso caricaturista de Dinamarca y las decenas de películas anti-islámicas de Hollywood, llegando hasta este odioso espectáculo. ¿Quiénes están detrás de dichos movimientos malvados?

Un estudio de este proceso maligno que durante años ha estado acompañado de las prácticas criminales en Afganistán, Irak, Palestina, Líbano y Pakistán, no dejará duda alguna en que el plan y su comandancia está en las manos de los líderes del sistema dominador y los centros de planificación sionista que gozan de la mayor influencia sobre el gobierno de Estados Unidos y sus organismos de seguridad y militares, así como sobre el gobierno de Inglaterra y algunos otros gobiernos europeos.

Éstas son las mismas personas que las investigaciones independientes que buscan la verdad señalan cada vez más como culpables de la aventura del ataque del 11 de septiembre a las torres gemelas. Aquella aventura le ofreció al criminal presidente de ese tiempo - que anunció una cruzada - el pretexto para atacar a Afganistán e Irak. Esa misma persona, según se pudo ver en reportajes, ayer anunció que esta cruzada ha llegado a su perfección con la entrada de la iglesia a la escena.

El objetivo de esta repugnante medida consiste en que por un lado el enfrentamiento en contra del Islam y los musulmanes se extienda en la sociedad cristiana a niveles públicos y que con la intervención de la Iglesia, tome un matiz religioso y encuentre respaldo de los fanáticos y sus dependencias religiosas y por otro lado que las naciones musulmanas enfurecidas y heridas por este gran insulto, se desentiendan de las cuestiones y cambios en el Mundo Islámico y el Oriente Medio.

Esta medida hostil no es el comienzo de un proceso sino que se trata de una etapa en un largo proceso de lucha contra el Islam bajo el mando sionista y el régimen estadounidense. En la actualidad, todos los líderes de la arrogancia e incredulidad toman posición contra el Islam, que es la religión de la libertad y la espiritualidad. Por su parte, el Corán es el libro de la misericordia, sabiduría y justicia. Es deber de todos los seres libres del mundo y los seguidores de las religiones abrahámicas unirse a los musulmanes para enfrentarse a esta nefasta política de islamofobia y sus odiosos métodos.

Los líderes del régimen estadounidense no pueden liberarse del delito de ser cómplices de este grotesco acontecimiento. Desde hace ya años están siendo pisoteados los derechos más sagrados y la dignidad de millones de inocentes musulmanes en Afganistán, Pakistán, Irak, Líbano, y Palestina.

Cientos de miles han muerto asesinados, decenas de miles de mujeres y hombres han sido hecho prisioneros y torturados, miles de niños y mujeres han sido raptados y millones heridos, lisiados, expatriados. ¿Por qué se hacen llamar ellos ‘víctimas'? ¿A pesar de la inocencia de los musulmanes, por qué se les presenta en los medios de comunicación occidental como el símbolo de la violencia y al Corán y el Islam como un peligro para la humanidad?

¿Quién puede creer que este vasto complot fuese posible y factible sin la ayuda e intervención de los elementos sionistas en el seno del gobierno de Estados Unidos? Hermanos y hermanas musulmanes de Irán y el mundo entero, veo necesario recordar algunos puntos:

En primer lugar este suceso y los que le precedieron demuestran claramente que lo que el sistema de la arrogancia mundial está atacando es el querido Islam y el generoso Corán. La franqueza de los arrogantes en cuanto a su enemistad con la República Islámica proviene de la franqueza del Irán islámico en su enfrentamiento con la arrogancia. Y el hecho de que aparenten el no ser enemigos del Islam y otros musulmanes es una gran mentira, un engaño diabólico. Ellos son enemigos del Islam y de cada uno de sus practicantes y símbolos.

En segundo lugar, esta serie de odios contra el Islam y los musulmanes se origina del hecho que desde hace varias décadas hasta el día de hoy, la luz del Islam está brillando más que nunca y ha aumentado su influencia en los corazones del Mundo Islámico e incluso en Occidente.

Estos odios parten de que la nación del Islam está más despierta que nunca y las naciones islámicas han decidido romper las cadenas de dos siglos de colonialismo y violencia de los arrogantes. Este acontecimiento en el que se ha insultado al Corán y al gran profeta (la paz sea con él y su descendencia), a pesar de toda su amargura posee una gran albricia: El brillante sol del Corán se levantará cada día más y será más deslumbrante.

En tercer lugar, todos debemos saber que este insulto no está relacionado con la Iglesia y el cristianismo. Y los movimientos títeres de algunos pastores necios y mercenarios no deben ser pauta para los cristianos y sus religiosos. Nosotros, los musulmanes jamás mancharemos nuestras manos en un acto semejante en cuanto a lo sagrado de otras religiones. La disputa entre el musulmán y el cristiano en un nivel general es el anhelo de los enemigos y los planificadores de este espectáculo demente y la lección que el Corán nos da, es todo lo contrario.

En cuarto lugar, quien debe responder a todos los musulmanes, hoy día es el gobierno de Estados Unidos y sus políticos. Si ellos son veraces en su alegación de no ser cómplices de este suceso deben condenar adecuadamente, a los principales involucrados en este gran crimen, quienes han herido el corazón de mil quinientos millones de musulmanes.

Seyed Ali Jameneí

22 de Shahrivar de 1389