A continuación el texto completo del mensaje:

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

El ser humano por naturaleza, tiene la necesidad de orar y mostrar humildad ante Dios, que es el Creador de toda la bondad y belleza, y la oración satisface estas necesidades. Por medio de la oración, las religiones divinas sacian esta sed del ser humano y lo rescatan de la perdición.

Repetir la oración todos los días y todas las noches constituye una oportunidad y una merced divina para salvar al ser humano de ahogarse en el letargo. Dios le da la oportunidad al orante de presentarse ante Él con plena conciencia, para que su Señor pula su alma y haga brillar su joya interior.

Cuando el recuerdo de Dios, la oración y la súplica se combinan con la estructura de la vida social, revelan el milagro del Islam en la constelación de los mandamientos divinos. La mezquita es una manifestación de esta combinación. Los musulmanes orando en comunidad en el interior de una mezquita es como si se sentasen juntos a la mesa de Dios, lo que intensifica y embellece esta lluvia de bendiciones.

La bendición de la oración perfuma e ilumina la mezquita. La enseñanza y el aprendizaje de la religión, la moral y la política en la mezquita, gratifican y deleitan el corazón y el alma más que en cualquier otro lugar, y por otra parte, le brindan una orientación divina a la vida del individuo y la sociedad.

Así es como la mezquita debe ser vista. El espíritu de la mezquita infunde vitalidad y entusiasmo a las vidas. Donde sea que haya vida, la mezquita debe ser el principal centro y núcleo básico. En la construcción de ciudades y aldeas, escuelas y universidades, y en otros lugares públicos -desde los centros comerciales, hasta los aeropuertos y carreteras, desde las terminales hasta los geriátricos y hospitales, parques y centros recreativos- la mezquita debe ser el polo y eje.

Dondequiera que se encuentre, la mezquita debe estar siempre pura, limpia, bella y ser fuente de sosiego. La gestión material y espiritual de la mezquita -a cargo del religioso responsable- debe ser racional, responsable y basada en el amor. Los seminarios teológicos (hauzas) tienen el deber fundamental y natural de capacitar religiosos para esta importante labor.

Si la mezquita logra recuperar su rol y la posición original, la sociedad y sus líderes se ahorrarán incontables gastos y esfuerzos materiales y espirituales (ya que la sociedad será más sana y no habrá necesidad invertir tanto en enmendar situaciones y disminuir falencias sociales).

Con la esperanza de llegar a ese día, los saludos sean para el Imam Mahdi (nuestras almas se sacrifiquen por él).

Wa salaam alaykum wa rahmatullah

Seyyed Ali Jameneí

11 de octubre de 2011