El Ayatolá Jameneí, Líder Supremo de la Revolución Islámica, emitió este miércoles un mensaje en ocasión del Noruz (año nuevo persa).
En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso
¡Oh Conquistador de los corazones y las vistas,
Oh Administrador de la noche y el día, O Transformador del poder y las circunstancias: Cambia nuestra situación a la mejor de las situaciones!
¡Oh Dios!, Tus saludos para la muy amada, la dama de todas las señoras del Paraíso, Fátima -la hija de Muhammad (que la paz y tu bendición sean con él y su descendencia purificada)
¡Oh Dios!, Tus saludos para ella, su padre, su esposo y sus hijos.
¡Oh Dios! Se para tu walî, Al Huyyat Ibn Al-Hasan, que Tus bendiciones con él y sus padres, en esta hora y en toda hora, Protector, Defensor, Guía, Auxiliador, Orientador, y Guardia, hasta que le hagas habitar en Tu tierra siendo obedecido y le hagas disfrutar en ella largamente.
¡Oh Dios!, concédele tanto a él como a su descendencia y a sus seguidores, a su nación, a sus seres cercanos, a toda su gente, a sus enemigos y a todos los habitantes de la Tierra, aquello que ilumina sus ojos y les brinda alegría. Y ayúdales a alcanzar sus mejores deseos tanto en este mundo como en el otro. ¡Ciertamente, Tú tienes poder sobre todas las cosas!
Felicito a todos nuestros queridos compatriotas en todo el país, a todos los iraníes que viven en diferentes partes del mundo y a todas las naciones que conmemoran el Noruz (Año Nuevo persa), especialmente a los abnegados, a las familias de los mártires, a los lisiados de guerra y a todas aquellas personas y familias que trabajan y se esfuerzan por el bien del Islam y nuestro querido país.
Espero que por la gracia y el favor divino, nuestra nación y todos los musulmanes del mundo tengan un feliz año colmado de alegrías, mucho entusiasmo y bendiciones. Y que se nos conceda el éxito en el cumplimiento de nuestros deberes.
Invito a todos nuestros queridos compatriotas a que tengan en cuentan que en estos días se recuerda el martirio de la noble Fátima (P); pues es preciso que respetemos estos días.
La hora en que el año cambia, ciertamente, es el margen entre un final y un principio. Pienso que con la llegada del fin de año y el inicio de uno nuevo, debemos enfocarnos principalmente en mirar hacia el futuro, en ver el año nuevo, prepararnos y programarnos para este nuevo periodo.
Sin embargo, no hay duda que es provechoso dar un vistazo hacia el pasado y ver el camino que hemos recorrido para darnos cuenta de qué es lo que hemos hecho, cómo nos hemos conducido y cuáles han sido los resultados de nuestro trabajo y tomar todo esto como una lección que venga a enriquecer aún más nuestra experiencia.
El año 91 (del calendario persa) fue un año lleno de diversidad, matices, alegrías, diferentes roles; hubo alegría y amargura, victoria y retraso. La vida siempre ha estado acompañada de altibajos, dificultades y facilidades, pero lo importante es levantarse cuando se cae y superar los desafíos hasta alcanzar la cúspide.
Durante el año 91, han sido por demás evidentes -en nuestra confrontación con el Imperialismo- los obstáculos que el enemigo impuso a nuestro pueblo y al sistema de la República Islámica. Aparentemente, la confrontación consistía en vencer los obstáculos impuestos por el enemigo, no obstante, la realidad fue que salió a luz la perspicacia de la nación iraní y su victoria en diferentes campos.
Los enemigos tenían como objetivo diferentes escenarios y campos, especialmente el campo económico y político. En el campo económico, dijeron claramente que querían doblegar y paralizar al pueblo iraní mediante duras sanciones, pero no lo consiguieron y, nosotros gracias al favor divino, obtuvimos enormes avances en diversas áreas; lo cual ya se lo hemos explicado al pueblo iraní en ocasiones anteriores y -si Dios quiere- lo puntualizaré nuevamente en el discurso del primer día del año.
En el campo económico, el pueblo se vio presionado. Surgieron dificultades, especialmente, se suscitaron problemas dentro del país y se incurrió en negligencias y desórdenes que favorecieron a los planes del enemigo; pese a todo, a nivel general, el movimiento conjunto del sistema y el pueblo fue hacia delante y, si Dios quiere, lo mismo ocurrirá en el futuro.
En el campo político, su objetivo era aislar a la nación y crear incertidumbre entre los iraníes para debilitarlos, pero, ciertamente, resultó todo lo contrario.
En sus intentos de aislar a la nación iraní, no solo no pudieron restringir nuestras lógicas políticas internacionales, sino que los acaecimientos se desarrollaron de un modo opuesto a lo deseado por los enemigos; ejemplo de ello fue la Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, celebrada en Teherán, y a la que asistió un importante número de autoridades de muchos países. Lo cual demostró que nuestro país no está aislado, y que por el contrario, el mundo ve con respeto y admiración a la República Islámica de Irán, a su sistema político y a su pueblo.
En el campo de los asuntos internos, cada vez que tuvo la oportunidad nuestra querida nación expresó su profundo sentir, especialmente con su espectacular participación en las marchas del 22 de Bahman; que fueron más entusiastas y más multitudinarias, que otros años, convirtiéndose en una verdadera epopeya.
Otro ejemplo, lo constituyó la amplia presencia de la gente de Jorasán del Norte, en pleno auge de las sanciones impuestas a nuestra nación; lo que bien demuestra el compromiso del pueblo iraní para con el sistema islámico, las autoridades y este su servidor. El año pasado se realizaron -gracias a Dios- todas estas grandes obras.
En el campo científico e infraestructura, gracias al esfuerzo de las autoridades y el pueblo se ha preparado el terreno para el avance y, si Dios quiere, tendremos adelantos en el campo económico, político y otros ámbitos.
Tenemos una perspectiva prometedora y esperanzadora para este año 92, y con la ayudad de Dios y nuestro pueblo musulmán, será un año de desarrollo, trabajo y esfuerzo de la nación iraní, eso no significa que disminuirá la enemistad de los enemigos, sino que la dedicación y preparación del pueblo iraní, su presencia e influencia aumentará y será mucho más eficaz. Y este pueblo construirá con sus manos, determinación y sabiduría, un mejor destino para sí mismo.
Por supuesto, lo que tenemos por delante en el año 92, se centra primordialmente en dos campos importantes, el económico y el político.
En el campo económico hay que tener en cuenta la producción nacional, tal como se enfatizó en el lema del año recién finalizado. Es cierto que se realizaron grandes labores, pero debemos considerar que la producción nacional y el apoyo al trabajo y el capital iraní es algo a largo plazo, por lo que no termina en un año.
Afortunadamente en la segunda mitad del año 91, se aprobaron y decretaron las políticas sobre la producción nacional que prepararon el terreno para que el Parlamento y el Gobierno pudiesen programar e iniciar un buen movimiento y, si Dios quiere, seguirán hacia adelante con una firme determinación.
En el campo político, lo principal en este año son los comicios presidenciales que, ciertamente, definirán la programación en el campo ejecutivo y político del país para los próximos cuatro años. Si Dios quiere, el pueblo con su participación en este campo construirá un futuro para el país y para sí mismo. Por su puesto, es necesario que la presencia del pueblo en el campo económico y político sea combativa, significativa y heroica, y mantenga su firme voluntad y esperanza a fin de que alcance sus objetivos.
Con esta visión denominamos el año 1392 como el «Año de la epopeya política y económica» y esperamos que este año -con el apoyo de Dios- las manos de nuestro querido pueblo y benevolentes autoridades del país materialicen la epopeya económica y política.
Le pido al Creador, que conceda al Imam Mahdi (nuestras almas se sacrifiquen por él y que Dios apresure su reaparición) felicidad y satisfacción por nuestras obras. Le pido a Dios Sus bendiciones para las almas puras de Imam Jomeini y nuestros queridos mártires.
La paz, la misericordia y las bendiciones de Dios sean con vosotros.