«El Islam desea que el crecimiento intelectual, científico, social y político y, por encima de todo, el crecimiento en virtudes y espiritual de las mujeres llegue a su más excelso nivel, y que su existencia tenga la utilidad y el fruto más excelsos para la sociedad y para la familia humana como miembros de las mismas. Todas las enseñanzas del Islam, incluida la cuestión del hiyab, están basadas en eso. El sentido del hiyab no es aislar a la mujer. Si alguien lo entiende así, su comprensión es completamente errónea y desviada. El sentido del hiyab es evitar que el hombre y la mujer mantengan trato y unión en la sociedad de manera desordenada. Tal trato es nocivo para la sociedad, para las mujeres y para los hombres; en especial, para la mujer.
»El hiyab no es en manera alguna un estorbo ni un obstáculo para las actividades políticas, sociales y científicas. La prueba objetiva son ustedes. Quizá algunos se sorprendieran y aún se sorprendan de que haya mujeres de alto nivel científico en cualquier disciplina que se conformen a las enseñanzas islámicas, incluida la cuestión del hiyab. Esto resultaba increíble a algunos, que no podían ni imaginarlo» (16/01/1990).