Entre los asuntos internacionales importantes, la cuestión primordial es la de Palestina y Gaza; déjenme decirles unas palabras al respecto. La Resistencia en la región de Asia Occidental es hoy una cuestión fundamental que ha atraído la atención del mundo. La cuestión de Palestina puede contemplarse desde varios ángulos.
En primer lugar, los hechos de Gaza han mostrado la injusticia y la negrura que reinan sobre el mundo. Ese mundo occidental —ese mundo que llaman “civilizado”, que alardea de derechos humanos y esas cosas— ha mostrado la negrura que rige sus vidas, sus pensamientos y sus actos. Más de treinta mil personas son masacradas, desde recién nacidos hasta adolescentes, pasando por jóvenes, viejos, mujeres, hombres y enfermos; en un breve período de tiempo, treinta y tantas mil de esas personas son aniquiladas, sus casas arrasadas, las infraestructuras de su país destruidas, y el mundo civilizado se queda mirando. Y no solo no lo impide, ¡sino que incluso ayuda! Ya en los primeros días de la salvaje agresión del régimen sionista al pueblo de Gaza, los estadounidenses estuvieron yendo y viniendo regularmente; los europeos fueron y vinieron uno detrás de otro sin cesar, y mostraron su solidaridad y su apoyo a los criminales sionistas; lo proclamaron abiertamente. Y no se limitaron a hacer esa proclamación, sino que enviaron armas, procuraron medios y prestaron ayuda de todo tipo. Tal es la negrura del mundo de hoy. Tal es el mundo que tenemos enfrente. Esa es una perspectiva; una perspectiva desde un ángulo que muestra el estado del mundo actual.
Cuando lo miramos desde otro ángulo, este asunto ha mostrado la legitimidad de la formación del Frente de la Resistencia. Algunos preguntaban, al fin y al cabo, ¿qué necesidad había de este Frente de Resistencia en Asia Occidental? Pues se ha visto que la presencia del Frente de la Resistencia en esta región es de lo más vital que hay, y este Frente de la Resistencia debería reforzarse día tras día. Es natural que las personas que tienen una conciencia despierta en esta región, cuando ven la opresión que cometen los sionistas —y esa opresión hace setenta años que perdura—, no se queden calladas, no se queden quietas y piensen en resistir. A eso obedece la formación del Frente de la Resistencia: a hacer frente a esa opresión continua y constante de los criminales sionistas contra el pueblo de Palestina y contra sus partidarios.
Si observamos la cuestión desde otro ángulo, vemos que, en estos últimos meses, el Frente de la Resistencia ha desvelado su verdadera situación. Quizá ni los norteamericanos, ni los demás occidentales ni los gobiernos de la región conocieran la fuerza y las capacidades de la Resistencia en esta región como verdaderamente eran y son; ahora las han comprendido. ¡Miren ustedes la resistencia de Palestina! ¡Miren la paciencia y el aguante del maltratado pueblo de Gaza! ¡Observen esa voluntad y motivación de los combatientes de la Resistencia palestina, de Hamás y de los demás grupos! ¡Vean esa fuerza de voluntad en la Resistencia, en Líbano, en Yemen, en Irak! Esa es la Resistencia. La Resistencia ha revelado su verdadero ser, sus capacidades y su disposición; ha mostrado al mundo lo que es la Resistencia. Ha echado por tierra todos los cálculos de Estados Unidos. Lo que buscaban los estadounidenses con su presencia era enseñorearse de todos los asuntos de esta región, ya fuera en Irak, en Siria, en Líbano… en toda la región. Operaban conforme a ese cálculo errado, a esa idea, y la fuerza de la Resistencia desbarató ese cálculo; mostró que tal cosa no es posible y los norteamericanos no pueden permanecer en esta región. No tienen más remedio que abandonar la región.
Otro ángulo desde el que ver esta cuestión es que ha quedado clara para todos la situación del régimen sionista. Ha quedado claro que el régimen sionista no solo está en crisis en lo relativo a su propia protección, ¡sino que está también en crisis en cuanto a la salida de la crisis! Está atrapado en un atolladero y no puede salvarse a sí mismo. Entrar en Gaza ha metido al régimen sionista en un atolladero. Hoy por hoy, si sale de Gaza, habrá sido derrotado; y si no sale, también. Esa es la situación del régimen sionista. Esas contradicciones que hay en sus decisiones y el aturdimiento en el que han caído han hecho que aparezcan dentro del régimen profundas divergencias entre los propios responsables sionistas y no puedan decidir. A día de hoy, el régimen sionista no puede tomar decisiones. Eso lo va a acercar al borde de la caída, si Dios quiere.
En cuanto a Estados Unidos: en el asunto de Gaza, Washington ha elegido la peor situación posible. Estados Unidos ha elegido la peor situación posible en la región de Gaza. Ha hecho que lo odien en todo el mundo. Esas personas que se manifiestan a favor de Palestina en las calles de Londres y París y en el resto de países europeos, en realidad, están proclamando su odio a Estados Unidos. Estados Unidos ha pasado a ser odiado en el mundo. En la región era odiado ya y ahora lo es diez veces más. Yerran tanto en su comprensión de los asuntos de la región como en las decisiones que toman de acuerdo con esa comprensión equivocada.
Dondequiera que en esta región —en Yemen, en Irak, en Siria, en Líbano…— hacen algo las combativas y valerosas fuerzas de la Resistencia, los estadounidenses lo atribuyen en sus cálculos a Irán. Con toda seguridad, ese error de cálculo tumbará a Estados Unidos. No conocen a la gente. Insultan a los pueblos y a los jóvenes audaces de esos pueblos, que piensan por sí mismos, que tienen voluntad propia; que son decididos y valientes.
Nosotros, por supuesto, defendemos a la Resistencia. Nosotros, hasta donde nos resulta posible, apoyamos y damos respaldo a los grupos de la Resistencia y alabamos lo que hacen, pero son ellos mismos quienes están tomando decisiones y quienes actúan; y en esa acción son ellos quienes tienen razón. Nosotros creemos que, con la existencia del régimen sionista, se está cometiendo una gran injusticia en esta región. Es una injusticia inmensa, que perdura desde hace décadas. A esa injusticia hay que ponerle fin. Quienquiera que acometa ese gran Yihad —Yihad en humanidad, Yihad islámico, Yihad de la conciencia—, nosotros estamos a su favor, lo apoyamos y lo ayudamos, y con la ayuda de Dios alcanzaremos nuestro objetivo.
Con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.