EN EL PRIMER DÍA DEL AÑO 1403 H. S., AÑO DEL SALTO EN LA PRODUCCIÓN CON LA PARTICIPACIÓN DE LA GENTE

En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso.

Wa-l-hamdu li-l-Lah rabbi-l-alamín wa-s-salat wa-s-salam ala sayyídina wa nabíyina Abi-l-Qásimi-l-Mústafa Muhámmad wa ala álihi-t-tayibini-l-athahirini-l-montayabín sáyyama Baqíati-l-Lah fi-l-Arazeyn (1).

¡Felices fiestas a todos! Este encuentro se celebraba todos los años en el bendito santuario del imam Abu-l-Hasan al-Rida (la paz de Dios sea con él). Este año nos vemos privados de esa bendición y le expresaremos nuestra devoción desde la distancia, pues no hay lejanía en las etapas del viaje espiritual (2). As-salamu alayka ya amina-l-Lahi fi árdihi wa huyátihi ‘ala ‘ibádihi ásh-hadu ánnaka yáhadta fi-l-Lahi haqqa yihádihi wa ámilta bi-kitábihi wa-ttába’ta súnana nabíyihi sal-lu-l-Lah ‘alayhi wa álihi hatta du’áka-l-Lahu ila yiwárihi wa qábadaka ilayhi bi-jtiárihi wá-lzama a’dá’aka-l-húyata maa laka mina-l-húyayi-l-báligati ‘ala yamí’i jálqihi (3). As-salam alayka ya Aba-l-Hasan ya ‘Alí ibni Musa al-Rida wa ráhmatu-l-Lah wa barakátuhu (4).

Una vez más, les felicito esta feliz fiesta de Nouruz a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, y a todo el pueblo de Irán. Cuando concurren la primavera de la naturaleza y la primavera de la espiritualidad, es que Dios Altísimo ha colocado los dos platos de la balanza de Su gracia ante Sus siervos para que se beneficien de ella. Por supuesto, entre ambas primaveras hay tanta distancia como entre la tierra y el cielo, pero hoy tanto la primavera de la naturaleza como la primaveral brisa de la espiritualidad pueden ser aprovechadas por todos los siervos fieles y justos de Dios. Se narra del Nobilísimo Profeta que dijo:

Dijo el Profeta a los grandes hombres:
«¡No os resguardéis de la brisa primaveral!»
 (5)

Porque la brisa primaveral, la brisa del mes de farvardín, además de dar frescura a la atmósfera, la da también a los cuerpos, siendo fuente de crecimiento, de prosperidad y de alegría. Y eso mismo se da con el alma y la brisa espiritual. La brisa espiritual de la primavera del Ramadán confiere al alma del ser humano claridad y frescura y sienta las bases para el crecimiento y la elevación de la persona. La suerte del siervo que no se descuide será la proximidad a Dios en el mes del Ramadán. ¿Y en qué consiste la brisa espiritual del Ramadán? En el ayuno. Una de las brisas del Ramadán es el ayuno. Es la Noche del Destino, es el íntimo acercamiento a Dios en la noche, al amanecer o durante el día en el mes del Ramadán; es la plegaria de Abu Hamza. Todo eso son brisas espirituales que soplan sobre el alma de la persona dotada de voluntad y de resolución, la hace crecer, le da frescura, hace que se desarrolle; incrementa en uno el entusiasmo por la sabiduría y por la acción; lo saca del letargo y de la indiferencia espirituales; hace de uno un siervo justo.

En el mes del Ramadán, ustedes avanzan hacia la bondad y se convierten en siervos justos [de Dios]. Y Dios Altísimo ha prometido al siervo justo en el mundo que anna-l-arda yarízuha ‘ibadia-s-salihún (7). Esa es la retribución del siervo justo en este mundo. Y en el otro, maa-l-ladina án’ama-l-Lahu alayhim mina-n-nabiyín wa-s-siddiqín wa-sh-shuhadá’i wa-s-salihín wa hásuna ulá’ika rafiqan (8). Allá, el siervo justo se sitúa junto a los profetas, junto a los veraces, junto a los mártires. Tal fuerza tiene el mes del Ramadán; tal habilidad para hacer que recorran esas etapas espirituales los informados, los conscientes, los despiertos. Esperamos que, Dios mediante, nuestro querido pueblo, toda la Umma y todos los siervos cuyos corazones están con Dios se beneficien de esa espiritualidad, crezcan y avancen.

He preparado hoy unas palabras para decirles sobre el lema de este año, y otras —apenas una o dos consideraciones— sobre los intereses generales y nacionales del país que es bueno que transmitamos a la nación iraní.

Sobre el lema del año, la motivación de eso que se ha planteado como máxima (9) es concentrar los esfuerzos y los pensamientos en esa parte de la estrategia fundamental del país. El lema del año es normalmente una parte de la estrategia fundamental del país. Proclamamos el lema del año, por un lado, para dirigir hacia ese punto la atención, el empeño y el esfuerzo de los responsables, y por otro para que lo reclame la opinión pública, la inteligencia colectiva de la gente. Es una tradición que hay entre nosotros desde hace años.

Lo que ha habido en este lema durante estos años es atención e insistencia en los asuntos económicos. El año pasado, la divisa que anunciamos fue Control de la inflación, crecimiento de la producción. Informes oficiales —confirmados, además— nos dicen que se han hecho cosas buenas en ese terreno, si bien a una distancia relativamente larga respecto de lo deseable para nosotros. Hay que esforzarse aún más. Por eso les digo aquí mismo que la divisa del año 1402 es también una de nuestras reclamaciones de este año. Es uno de nuestros deberes fundamentales, es una de las tareas de las que todos nosotros, responsables y activistas populares, deberíamos ocuparnos. Ahora, el lema de este año es más significativo. Este año, el lema es Salto en la producción. El salto en la producción puede parecer una tarea ingente —y quizá, a juicio de algunos, imposible—, pero un servidor está convencido de que, prestando atención a la segunda parte del lema, la participación de la gente, es factible. Si conseguimos llevar al terreno económico el empeño de la gente, el capital de la gente, la iniciativa de la gente y la presencia diligente de toda la gente, si en definitiva logramos una movilización popular en el campo económico, la producción podrá experimentar ese salto.

Bien, la economía es una de las cuestiones fundamentales del país. Por diversas razones, uno de nuestros puntos flacos es la economía. Si la economía del país llega a una situación adecuada, eso tendrá efectos en la totalidad de las circunstancias generales del país. Se puede decir que puede influir tanto en la fe como en la vida mundana de la gente. Y que no digan que hay países que están en buena situación en cuanto a riqueza y avance económico, pero en los que la situación de la gente no es buena. Eso viene de otro lado: de que no prestan atención a la justicia, de que no prestan atención a la importancia de las enseñanzas religiosas y de la fe. Esa es la causa de la mala situación de la gente. En todo caso, la economía es un factor muy influyente.

Hace años que los enemigos se esfuerzan por tumbar la economía del país. El enemigo tiene gran empeño en ello. Es algo que hemos experimentado a lo largo del tiempo en el comportamiento hostil de Estados Unidos y del resto que van con ellos. Su objetivo es el colapso de la economía de Irán. Su objetivo es poner al país de rodillas desde el punto de vista económico. Por supuesto, gracias al empeño de nuestros jóvenes y a los esfuerzos ingentes que se han hecho en este país por parte de la gente y de los responsables, el enemigo no ha tenido éxito ni, por el poderío y la fuerza divinos, lo tendrá. Sin embargo, el enemigo persiste y se mantiene activo en la cuestión económica contra la República Islámica. También nosotros debemos ser activos, debemos ser diligentes, debemos avanzar con resolución por este camino, pensando correctamente y haciendo esfuerzos incansables, día y noche.

Para que la economía del país florezca, han de ponerse en funcionamiento todos los engranajes del país, grandes y pequeños. Todos deben esforzarse. Han de aprovecharse las infraestructuras del país, igual que deben aprovecharse las iniciativas populares y el poder de gestión de los actores económicos y los directivos. Debe aprovecharse de verdad la fuerza de los jóvenes con estudios. Se debe apoyar a las empresas basadas en el conocimiento. Todo eso son instrumentos que, si se les presta atención de manera conjunta, sin duda harán florecer la economía del país —por supuesto, junto al esfuerzo constante de los responsables—. A Dios gracias, el gobierno actual es un gobierno que obtiene una puntuación alta en cuanto a esfuerzo, dinamismo y actividad, y su esfuerzo está a buen nivel. Pues bien, eso es lo que hemos tenido en consideración en el lema de este año. Tenemos la convicción de que debe insistirse en la cuestión de la economía y aprovecharse de verdad la colaboración de la gente para que haya éxito en este camino. Queremos que se movilicen todas las fuerzas para esta causa. Corresponde a la habilidad de nuestros responsables, que Dios mediante deberían encontrar el camino y llevar a cabo ese movimiento.

Este año es el primero del Séptimo Plan de Desarrollo (10). El Séptimo Plan empieza este año. Bien, el objetivo general del Séptimo Plan es el florecimiento de la economía, con justicia. Sin embargo, para el término del plan se han señalado metas que son muy importantes: inflación de un solo dígito, reforma de la estructura del presupuesto, transformación del régimen tributario, producción dentro del país de al menos el noventa por ciento de los productos básicos —se trata de grandes tareas—, aumento del aprovechamiento del agua de uso agrícola —que es uno de los problemas del país y en este Séptimo Plan se ha contemplado— y otros inmensos proyectos nacionales. Pues bien, si queremos alcanzar esos objetivos, a mi juicio eso no es posible sin la participación del pueblo. Debe hacerse con la participación de la gente. Yo quiero que el pueblo de Irán preste atención a esto. Claro está que cada uno tiene unas capacidades, que no todos están al mismo nivel y que la ayuda no es toda de la misma clase, pero el conjunto de la ayuda de la gente —para la que se deben hacer planes— puede llevar esos objetivos a término (11). Muchas gracias por anunciar esa disposición. Un servidor tiene la seguridad de que nuestro pueblo está listo. Ahora bien, deben encontrarse vías para que se participe en la acción y que, Dios mediante, esa disposición se vea en la práctica, como se vio en la Sagrada Defensa. En la Sagrada Defensa, la gente demostró su disposición en todos los aspectos. Deberíamos hacer eso en todos los campos difíciles, Dios mediante. Por supuesto, esa misma movilización general puede resolver problemas en el ámbito de la ciencia, en el de la moral, en el del arte, en el de la cultura y en otras grandes tareas del país, y eso hace falta, pero el objeto de nuestra discusión ahora mismo se sitúa en el ámbito económico. Un servidor tiene la convicción de que el sector popular y las capacidades de la gente son considerables. Hace poco se organizó en esta misma husainiya una exposición para que un servidor viera de cerca las actividades productivas del sector privado y lo que la gente había hecho con su propio capital y su propia iniciativa (12). Yo vine y pasé unas cuatro horas, quizá más de cuatro horas, viendo esos programas populares con detenimiento. Era asombroso. Estaban muy bien, reflejaban las grandes capacidades para la producción y las iniciativas económicas de la gente; muchos, jóvenes. Vinieron los jóvenes aquí y hablaron de las grandes cosas que habían hecho con sus propias iniciativas en el terreno económico. De manera que la capacidad existe, las habilidades están ahí y esas habilidades deben aprovecharse. En sectores como la gran industria, como la optimización del consumo de agua, como el petróleo, como la artesanía, como el transporte… en todos ellos, los jóvenes innovadores y creativos se han esforzado, han trabajado y han realizado trabajos sobresalientes.

Por supuesto, en el ámbito económico, tenemos también dinamismo exterior e internacional, como debemos tenerlo; sin eso, la actividad económica no progresa. A quien me dirijo aquí es a los estimados responsables del gobierno. En asuntos exteriores, con los países con los que tenemos relación económica, sería necesario que esos memorandos que se firman y que no tienen mayor efecto se conviertan en contratos jurídicos susceptibles de cumplirse y ser implementados en la práctica, que tengan efecto. De eso hay que ocuparse diligentemente.

Y otro motivo de reflexión es la cuestión de la productividad, en la que no voy a entrar. Si alcanza la vida, de la productividad hablaré en el futuro. Nuestra productividad es baja en el país. La cantidad de capital que consumimos —ya sea agua, electricidad, tiempo, vida— no genera beneficio ni tiene una productividad proporcional a ese capital y a lo que gastamos. Estas son cosas que tienen remedio; hay experiencia. También en este terreno deberían, Dios mediante, hacerse algunas cosas.

Bien, esto en cuanto al lema del año. Y ese lema que hemos anunciado este año no es algo de un año; no es específico de un año. Es algo que continúa. No son tareas que se terminen en un año. Sería necesario, Dios mediante, que este año —el año 1403 H. s.— los responsables se lo propongan, den el primer paso, hagan planes y luego, Dios mediante, que eso continúe. Esto, en lo referente a esa cuestión.

Claro que existe una preocupación. Algunas personas que observan con inquietud las cuestiones del país tienen la preocupación de que, si introducimos en las cuestiones económicas los capitales de la gente, los medios de la gente, es posible que eso conduzca a abusos, discriminación, fracturas de clase, corrupción, etc., lo que ya ha ocurrido antes. Esa preocupación es oportuna. En el pasado, hubo personas que se beneficiaron de medios gubernamentales, se beneficiaron de préstamos, se beneficiaron de divisas, pero no conforme a las pautas que hubieran debido aplicar. Cambiaron esas pautas, abusaron, se generó corrupción, se generó discriminación. Eso es así. Esto requiere que los responsables competentes abran los ojos, presten atención y que cualquier cosa que se haga se haga con total cuidado. Esta es una de las cosas necesarias; uno de los esfuerzos y cuidados necesarios e imprescindibles. Bien, pongo fin aquí a la discusión sobre el lema y las cuestiones de la economía y lo doy por suficiente.

Déjenme hacer también una o dos consideraciones sobre las cuestiones generales del país. La primera es que, hoy, nuestros intereses nacionales y el radiante horizonte de nuestro futuro dependen de la esperanza y la fe, que es algo de lo que ya hablé con profusión en el año 2023 (13). En lo que quiero insistir es en eso: esperanza y fe. Si se apaga en los corazones el destello de la esperanza, no se producirá avance alguno. Con tantas capacidades como tenemos para progresar, con tantos jóvenes talentosos, con este pueblo tan dispuesto para el trabajo, estos recursos naturales únicos que tenemos y esta aventajada ubicación geográfica, podemos progresar; podemos realizar grandes progresos. Y desde el comienzo de la Revolución hasta hoy, hemos avanzado mucho. Los enemigos lo disimulan; otros no saben expresarlo bien, pero tenemos la posibilidad de progresar mucho más que esto. Sin embargo, que esos progresos sean posibles dependen de que ustedes y yo tengamos esperanza en el futuro; de que tengamos esperanza; de que sepamos que se puede progresar, que se puede trabajar, que se puede avanzar.

A Dios gracias, en el país no escasean además elementos esperanzadores. Las cosas que generan en uno esperanza abundan en el país: esos avances científicos en el ámbito industrial, en el de la salud, en el espacial, en el de la política, los progresos que hemos hecho en política exterior y lo que se considera en el país en materia de seguridad; la seguridad que existe en el país. Los Veintidós de Bahmán (14), millones de personas de nuestro pueblo se ponen en marcha por todo el país, gracias a Dios, con total seguridad. Las elecciones se celebran con total seguridad. Pocos lugares en el mundo gozan de esta estabilidad, de esta seguridad, de esta presencia popular, de estos rápidos y asombrosos avances. Bien, son elementos ilusionantes; nos dan esperanza; refuerzan en nuestro pueblo el sentimiento de dignidad, el orgullo.

Ahora mismo, miles de grupos de jóvenes trabajan en distintos campos por todo el país. De algunos tenemos noticia someramente; a otros, los conocemos en detalle. Verdaderamente hay trabajando y esforzándose miles de grupos de jóvenes capaces, motivados y entusiastas. Hacen investigaciones científicas, investigaciones industriales. Operan en la industria, en la agricultura. Trabajan en la sanidad, en asuntos médicos. Realizan investigaciones académicas. En los seminarios islámicos, hay trabajando en ámbitos religiosos jóvenes virtuosos y talentosos; trabajos innovadores, ideas nuevas. Actividades culturales por todo el país, en distintos lugares, en escritura, en producción de libros, en poesía, en cine, en arte, en pintura, en artes visuales, en actividades de difusión y religiosas, en enriquecer la atmósfera de la sociedad… Esas grandiosas marchas que se celebran en todo el país con motivo de Arbaín, de las fiestas del 15 de Shaabán, Gadir, etc., son obra de esos mismos jóvenes. Todo esto son elementos esperanzadores. Ahí se ve lo dinámicos que son nuestros jóvenes. Lamentablemente, nuestras capacidades de difusión no tienen el alcance necesario para exponer al público lo que está sucediendo. Todo eso son aspectos ilusionantes. Son manifestaciones de la vitalidad del país, manifestaciones de la esperanza del país que muestran que el conjunto de nuestra nación —en especial, nuestra juventud— es alegre, es dinámico, es innovador y tiene esperanzas.

Ahora, por otro lado, uno ve como algunas personas —a mi juicio, inconscientes—, caen en el catastrofismo. Niegan las esperanzas de los jóvenes ¡e intentan sacarles esas esperanzas del corazón! ¿Por qué? ¿A quién beneficia eso? Se ponen a escribir para argumentar ¡que no se pueden albergar esperanzas respecto del futuro! Eso existe; son cosas que veo yo mismo. Escriben artículos en que argumentan que no se puede tener esperanza en el futuro. ¿Pero por qué? ¿Por qué no ha de haber esperanza con todos esos elementos prometedores? Como si estuvieran al acecho para destruir y matar en los jóvenes el espíritu de la esperanza. El enemigo ha estado haciendo eso durante años y no ha tenido éxito. Desde hace años, tratan de exagerar nuestras debilidades con propaganda diversa, con todo tipo de trucos propagandísticos, mediáticos, etc. Claro que en el país tenemos ciertas carencias, ¡pues ellos las multiplican por diez! Logramos avances y los silencian. A veces, ¡hasta los niegan! Pongamos que nuestros responsables militares crean un instrumento defensivo, un misil, y lo lanzan. Pues, en su propaganda, se dice que es mentira, ¡cuando el lanzamiento se ha hecho a la vista de cualquiera! En fin, el enemigo hace eso, pero ¿Por qué lo hacen dentro del país? Esa inconsciencia se da a mi parecer en algunas personas. No deberíamos permitirnos esa inconsciencia; no debemos cometer ese error.

Yo, a los queridos jóvenes, les recomiendo, les digo que la juventud debe ir por delante de los planes del enemigo. Los jóvenes tienen que adelantarse a los planes del enemigo. El enemigo los quiere a ustedes desanimar. Pues ustedes deben esforzarse más por generar esperanza, por hacer florecer la esperanza en el corazón de los jóvenes, de lo que se esfuerza él por hacer que desesperen. El enemigo quiere que algunas voces no sean escuchadas, ni al nivel nacional ni al internacional. Hagan ustedes que esas voces se oigan a pesar del enemigo. Hoy hay instrumentos diversos a disposición de todos. Una reflexión es esa.

La siguiente reflexión, relacionada con el interés nacional, es la cuestión de la unidad de corazón entre la gente; unidad de las determinaciones y las voluntades de la gente. Lamentablemente, en este terreno tenemos ciertos problemas, ciertos atrasos. La comunicación y la solidaridad dentro de la sociedad son algo muy importante. Este terreno lo hemos descuidado. Nosotros mismos generamos deterioros en nuestra unidad nacional. En ese descuido, todos nosotros somos cómplices. Todos tenemos el deber de mantener la unidad nacional, la unidad entre la gente, la unidad entre el pueblo y los responsables, y de reforzar esa unidad día a día. Esa ha sido la decidida política de la República Islámica desde el primer día. Desde el primer día, una de las cosas en las que siempre insistía el ilustre imam [Jomeiní] era la cuestión de la unidad. Cuando entre algunos surgían diferencias en cuestiones de facciones, en cuestiones políticas, el imam (Dios le conceda Su favor) los reprendía diciéndoles: «Cualquier cosa que tengan que gritar, grítensela a Estados Unidos» (15). En cualquier país es normal que haya diferencias de pensamiento, diferencias de estilo, diferencias políticas, pero difundir odio es otra cosa. Bien, usted tiene una opinión, otro tiene otra y no coinciden. No pasa nada, pero eso no debe conducir a la difusión de odio. No hay que hacer que las personas se odien, se vuelvan enemigas unas de otras. No se debe permitir que cualquiera suscite los insultos entre los demás, las crispaciones, etc., por el medio que sea; y que en ocasiones eso vaya acompañado de calumnias, mentiras, etc., que es algo muy problemático. A mi juicio, las rivalidades internas tienen su lugar —por supuesto que hay rivalidades dentro del país en distintos ámbitos políticos o no, eso tiene su propio lugar—, pero todos deben estar juntos y colaborar. En una familia, puede ocurrir que dos hermanos tengan gustos distintos, pero no por ello dejan de ser hermanos. Las cosas no deben llegar al punto de los insultos, las mentiras, las ofensas, etc. Todos deben cuidar de ello. Esta es además una cuestión fundamental. Lo recalco y recomiendo a nuestros queridos jóvenes que intenten que no se difunda odio dentro de la sociedad. Bien, hay diferencias de estilo y no pasa nada, pero en las cuestiones generales de la sociedad y en el enfrentamiento con los oponentes del país, los oponentes de la República Islámica de Irán, los oponentes de la nación iraní, todos deben mantenerse juntos y avanzar como hermanos.

Entre los asuntos internacionales importantes, la cuestión primordial es la de Palestina y Gaza; déjenme decirles unas palabras al respecto. La Resistencia en la región de Asia Occidental es hoy una cuestión fundamental que ha atraído la atención del mundo. La cuestión de Palestina puede contemplarse desde varios ángulos.

En primer lugar, los hechos de Gaza han mostrado la injusticia y la negrura que reinan sobre el mundo. Ese mundo occidental —ese mundo que llaman “civilizado”, que alardea de derechos humanos y esas cosas— ha mostrado la negrura que rige sus vidas, sus pensamientos y sus actos. Más de treinta mil personas son masacradas, desde recién nacidos hasta adolescentes, pasando por jóvenes, viejos, mujeres, hombres y enfermos; en un breve período de tiempo, treinta y tantas mil de esas personas son aniquiladas, sus casas arrasadas, las infraestructuras de su país destruidas, y el mundo civilizado se queda mirando. Y no solo no lo impide, ¡sino que incluso ayuda! Ya en los primeros días de la salvaje agresión del régimen sionista al pueblo de Gaza, los estadounidenses estuvieron yendo y viniendo regularmente; los europeos fueron y vinieron uno detrás de otro sin cesar, y mostraron su solidaridad y su apoyo a los criminales sionistas; lo proclamaron abiertamente. Y no se limitaron a hacer esa proclamación, sino que enviaron armas, procuraron medios y prestaron ayuda de todo tipo. Tal es la negrura del mundo de hoy. Tal es el mundo que tenemos enfrente. Esa es una perspectiva; una perspectiva desde un ángulo que muestra el estado del mundo actual.

Cuando lo miramos desde otro ángulo, este asunto ha mostrado la legitimidad de la formación del Frente de la Resistencia. Algunos preguntaban, al fin y al cabo, ¿qué necesidad había de este Frente de Resistencia en Asia Occidental? Pues se ha visto que la presencia del Frente de la Resistencia en esta región es de lo más vital que hay, y este Frente de la Resistencia debería reforzarse día tras día. Es natural que las personas que tienen una conciencia despierta en esta región, cuando ven la opresión que cometen los sionistas —y esa opresión hace setenta años que perdura—, no se queden calladas, no se queden quietas y piensen en resistir. A eso obedece la formación del Frente de la Resistencia: a hacer frente a esa opresión continua y constante de los criminales sionistas contra el pueblo de Palestina y contra sus partidarios.

Si observamos la cuestión desde otro ángulo, vemos que, en estos últimos meses, el Frente de la Resistencia ha desvelado su verdadera situación. Quizá ni los norteamericanos, ni los demás occidentales ni los gobiernos de la región conocieran la fuerza y las capacidades de la Resistencia en esta región como verdaderamente eran y son; ahora las han comprendido. ¡Miren ustedes la resistencia de Palestina! ¡Miren la paciencia y el aguante del maltratado pueblo de Gaza! ¡Observen esa voluntad y motivación de los combatientes de la Resistencia palestina, de Hamás y de los demás grupos! ¡Vean esa fuerza de voluntad en la Resistencia, en Líbano, en Yemen, en Irak! Esa es la Resistencia. La Resistencia ha revelado su verdadero ser, sus capacidades y su disposición; ha mostrado al mundo lo que es la Resistencia. Ha echado por tierra todos los cálculos de Estados Unidos. Lo que buscaban los estadounidenses con su presencia era enseñorearse de todos los asuntos de esta región, ya fuera en Irak, en Siria, en Líbano… en toda la región. Operaban conforme a ese cálculo errado, a esa idea, y la fuerza de la Resistencia desbarató ese cálculo; mostró que tal cosa no es posible y los norteamericanos no pueden permanecer en esta región. No tienen más remedio que abandonar la región.

Otro ángulo desde el que ver esta cuestión es que ha quedado clara para todos la situación del régimen sionista. Ha quedado claro que el régimen sionista no solo está en crisis en lo relativo a su propia protección, ¡sino que está también en crisis en cuanto a la salida de la crisis! Está atrapado en un atolladero y no puede salvarse a sí mismo. Entrar en Gaza ha metido al régimen sionista en un atolladero. Hoy por hoy, si sale de Gaza, habrá sido derrotado; y si no sale, también. Esa es la situación del régimen sionista. Esas contradicciones que hay en sus decisiones y el aturdimiento en el que han caído han hecho que aparezcan dentro del régimen profundas divergencias entre los propios responsables sionistas y no puedan decidir. A día de hoy, el régimen sionista no puede tomar decisiones. Eso lo va a acercar al borde de la caída, si Dios quiere.

En cuanto a Estados Unidos: en el asunto de Gaza, Washington ha elegido la peor situación posible. Estados Unidos ha elegido la peor situación posible en la región de Gaza. Ha hecho que lo odien en todo el mundo. Esas personas que se manifiestan a favor de Palestina en las calles de Londres y París y en el resto de países europeos, en realidad, están proclamando su odio a Estados Unidos. Estados Unidos ha pasado a ser odiado en el mundo. En la región era odiado ya y ahora lo es diez veces más. Yerran tanto en su comprensión de los asuntos de la región como en las decisiones que toman de acuerdo con esa comprensión equivocada.

Dondequiera que en esta región —en Yemen, en Irak, en Siria, en Líbano…— hacen algo las combativas y valerosas fuerzas de la Resistencia, los estadounidenses lo atribuyen en sus cálculos a Irán. Con toda seguridad, ese error de cálculo tumbará a Estados Unidos. No conocen a la gente. Insultan a los pueblos y a los jóvenes audaces de esos pueblos, que piensan por sí mismos, que tienen voluntad propia; que son decididos y valientes.

Nosotros, por supuesto, defendemos a la Resistencia. Nosotros, hasta donde nos resulta posible, apoyamos y damos respaldo a los grupos de la Resistencia y alabamos lo que hacen, pero son ellos mismos quienes están tomando decisiones y quienes actúan; y en esa acción son ellos quienes tienen razón. Nosotros creemos que, con la existencia del régimen sionista, se está cometiendo una gran injusticia en esta región. Es una injusticia inmensa, que perdura desde hace décadas. A esa injusticia hay que ponerle fin. Quienquiera que acometa ese gran Yihad —Yihad en humanidad, Yihad islámico, Yihad de la conciencia—, nosotros estamos a su favor, lo apoyamos y lo ayudamos, y con la ayuda de Dios alcanzaremos nuestro objetivo.

Con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.

Notas

(1) «Alabado sea Dios, Señor de los mundos, y vayan las bendiciones y la paz para nuestro maestro y profeta Abulqásim al-Mústafa Muhammad y para su familia excelsa, purísima y selecta, en especial para el Imam de la Época».

(2) De un gazal del diván de Hafez: Si bien estamos lejos, hablamos y evocamos tu recuerdo / pues no hay distancia en las etapas del viaje espiritual.

(3) «La paz sea contigo, fiel custodio de Dios sobre Su tierra y prueba de Él para Sus siervos. Doy testimonio de que hiciste Yihad por la causa de Dios, actuaste conforme a Su libro y seguiste los métodos de Su profeta (la paz de Dios sea con él y su familia), como debía hacerse, hasta que Dios te llamó a su lado; por Su poder de decisión, tomó tu espíritu, y obligó a tus enemigos a argumentar ante todas Sus criaturas frente a tus claros argumentos».

(4) «Sean contigo la paz, Abu-l-Hasan Alí ibn Musa al-Rida, la misericordia de Dios y Sus bendiciones».

(5) Kamil al-ziarat, pág. 39.

(6) Yalaloddín Baljí («Rumi»), Masnaví maanaví, libro primero. Alusión al hadiz igtánimu barda-l-rabí’i fa-ínnahu yáf’alu bi-abdánikum ma yáf’alu bi-ash-yárikum. Bihar al-anwar, vol. 59, pág. 271.

(7) «Que la tierra la heredarían Mis siervos rectos» (Sagrado Corán, 21:105).

(8) «Estará con aquellos a los que Dios ha agraciado: los profetas, los veraces, los mártires y los justos. ¡Qué excelentes compañeros!» (Sagrado Corán, 4:69).

(9) «Año del salto en la producción con la participación de la gente». Véase el mensaje de Nouruz del Líder de la Revolución Islámica (20/03/24).

(10) Séptimo Plan de Desarrollo de la República Islámica de Irán, de 1403 a 1407 [de la Hégira solar, años correspondientes a 2024- 2028 d. J. C.].

(11) Entre los asistentes se corea ¡Oh magnánimo Líder, estamos listos! ¡Estamos listos!

(12) Visita del Líder de la Revolución Islámica a la Exposición de Capacidades de Producción Nacional en la Husainiya Imam Jomeiní (29/01/2024).

(13) Véase el discurso del 3 de junio de 2023 en la ceremonia de conmemoración del trigésimo cuarto aniversario del fallecimiento del imam Jomeiní (q. e. p. d.).

(14) El 22 de bahmán de 1357 H. s. (11 de febrero de 1979 d. C.), se produjo el triunfo de la Revolución Islámica de Irán frente al régimen de los Pahlaví. En recuerdo del acontecimiento, el pueblo iraní participa de todos los años en el día 22 de bahmán en marchas conmemorativas por todo el país.

(15) Sahifé-ye emam, vol. 11, pág. 121: Discurso ante un grupo de miembros teheraníes del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica (25/11/1979).